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Más de 100 años de historia de La Naval por la borda: entra en concurso de acreedores
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en peligro 1.800 puestos de trabajo

Más de 100 años de historia de La Naval por la borda: entra en concurso de acreedores

Los accionistas del astillero han adoptado esta medida en junta extraordinaria ante la falta de inversores para cubrir los 42 millones de euros necesarios para responder a la ampliación de capital

Foto: Trabajadores de La Naval se manifiestan en protesta por su situación laboral. (EFE)
Trabajadores de La Naval se manifiestan en protesta por su situación laboral. (EFE)

Los malos augurios se han materializado. Los accionistas de La Naval han aprobado solicitar el concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) ante la falta de inversores que dé viabilidad a un proyecto que, todo indica, se va a ir a pique con más de un siglo de historia a flote. La junta extraordinaria celebrada este miércoles en la sede del astillero de Sestao, en Vizcaya, ha certificado la propuesta planteada por el consejo de administración ante la “inviabilidad de las propuestas analizadas” para hacer frente a la deuda que permita su saneamiento financiero tras las pérdidas acumuladas en los últimos años.

Inmersa en una grave crisis desde hace meses, las grandes esperanzas de encontrar una salida estaban depositadas principalmente en el empresario asturiano afincado en Miami Manuel del Gago, principal accionista de Naviera del Norte, propietaria del 10,5% de las acciones de La Naval, y que había mostrado interés en hacerse con el 80% de estas acciones. Para ello, visitó las instalaciones del astillero a finales de julio, momento en el que expuso su intención de depositar los 42 millones de euros necesarios para responder a la ampliación de capital que requería la empresa, lo que infundió esperanza a los trabajadores .

El empresario asturiano Manuel del Gago había mostrado interés en hacerse con el 80% de las acciones, pero no ha planteado oferta en firme

Sin embargo, el compromiso de palabra no se ha formalizado en una propuesta en firme y ahora, ante la falta de este o cualquier otro inversor, este astillero con más de 100 años de historia va camino de hundirse con sus 230 trabajadores fijos, si bien la carga humana que arrastraría podría alcanzar los 1.800 empleados si se atiende a las contratas externas. A este respecto, el comité de empresa ha advertido de las “nefastas” consecuencias de la decisión adoptada por los accionistas para toda la industria de la margen izquierda de Bilbao que depende del astillero. “Se la van a llevar por delante”, ha asegurado.

El astillero se encontraba en preconcurso de acreedores desde principios de junio, y desde entonces los diferentes intentos por lograr la ampliación de capital necesaria para hacer frente a las importantes pérdidas de los últimos años (80 millones en 2015 y 2016) y que han dejado una deuda de 150 millones de euros con la banca, tarea que ha implicado al Gobierno vasco, han sido infructuosos. Ante la cercanía del vencimiento de los plazos previstos en el preconcurso de acreedores para encontrar una solución (fijado para el 7 de octubre), los accionistas no han dejado pasar el tiempo y han aprobado ya la propuesta del consejo que aboca a La Naval a la quiebra.

El comité de empresa alerta de las "nefastas" consecuencias de la medida: "Se van a llevar por delante la industria de la margen izquierda", avisa

La empresa ha comunicado a los trabajadores que la pretensión es optar al concurso de acreedores con “intención de continuidad”. En todo caso, en este difícil escenario, la dirección ha trasladado “su compromiso de realizar todos los esfuerzos necesarios para mantener la actividad” en La Naval, que en la actualidad acomete la construcción de cuatro buques en fases diferentes (el más avanzado es un barco para la firma holandesa Tideway al que le faltan siete meses para su construcción). De momento, la empresa se ha comprometido a explicar a la plantilla los detalles de la situación y las posibles salidas en un encuentro que se celebrará el próximo 7 de septiembre.

Ahora, los trabajadores ultiman un calendario de movilizaciones para evitar un desenlace que parece inevitable: el cierre del astillero. “El concurso no es la solución”, denuncia el comité de empresa, que ha pedido la implicación del Ejecutivo de Iñigo Urkullu y de los partidos políticos vascos. Por lo pronto, el lunes mantendrán sendos encuentros con las dos fuerzas que integran el Gobierno vasco, PNV y PSE, a la que acudirán sus líderes, Andoni Ortuzar e Idoia Mendia respectivamente.

A la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos, no se descarta que Del Dago muestre ahora en esta nueva fase un verdadero interés en hacerse con La Naval después de unas promesas incumplidas a un precio inferior a los 42 millones que necesitaba la empresa para acometer la ampliación de capital. Pero se trata de una suposición o especulación. Mientras tanto, no solo la industria de la margen izquierda vizcaína está en peligro. “Está en riesgo gran parte del tejido industrial vasco”, alerta el comité de empresa.

Los malos augurios se han materializado. Los accionistas de La Naval han aprobado solicitar el concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) ante la falta de inversores que dé viabilidad a un proyecto que, todo indica, se va a ir a pique con más de un siglo de historia a flote. La junta extraordinaria celebrada este miércoles en la sede del astillero de Sestao, en Vizcaya, ha certificado la propuesta planteada por el consejo de administración ante la “inviabilidad de las propuestas analizadas” para hacer frente a la deuda que permita su saneamiento financiero tras las pérdidas acumuladas en los últimos años.

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