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"Niñas con pene" y "niños con vulva" toman las marquesinas del País Vasco y Navarra
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POLÉMICA CAMPAÑA

"Niñas con pene" y "niños con vulva" toman las marquesinas del País Vasco y Navarra

Chrysallis Euskal Herria pone en marcha una campaña publicitaria para concienciar sobre la realidad de los menores transexuales que ya se ha topado con la censura de Facebook

Foto: Marquesina con la campaña.
Marquesina con la campaña.

"Niñas con pene" y "niños con vulva". Hace más de un año y medio que la asociación de familias de menores transexuales Chrysallis Euskal Herria lleva reclamando al Gobierno vasco la puesta en marcha de una campaña en condiciones para concienciar sobre la realidad que viven estos pequeños. Esta organización ya no se conforma con pegar carteles Din A4 por su cuenta en unos pocos establecimientos. Cerrada, de momento, la ayuda institucional en Euskadi, el respaldo financiero a una campaña “como dios manda” ha llegado a más de 5.700 kilómetros de distancia, desde Nueva York. Exactamente 30.000 dólares que han salido del bolsillo de un alto cargo del mundo de las finanzas con ascendencia navarra (su abuela es de esta tierra) y que ha donado este dinero tras ver un reportaje sobre el primer material didáctico específico a nivel internacional que ha elaborado esta asociación para trabajar en las aulas el tema de la transexualidad con menores, y que ya está traducido a ocho idiomas.

Foto: la-escuela-que-abraza-a-los-ninos-transexuales

Fue todo muy rápido. Este "hombre poderoso” se puso en contacto con la asociación, se informó del trabajo que realiza y donó los 30.000 dólares para poner en marcha una campaña publicitaria con la condición de que su nombre permaneciera en el anonimato. Superado el escollo de la financiación, Chrysallis tenía que solventar el obstáculo de cómo enfocar el mensaje. La pregunta fue: ¿cómo queremos transmitir la realidad de los menores transexuales? La respuesta, tras “muchas vueltas” al mensaje y a la imagen, llegó con una ilustración en la que se ve a niños con vulva y a niñas con pene desnudos y sonrientes sobre el mensaje escrito de “hay niñas con pene y niños con vulva, así de sencillo”. “Esta formulación es la manera más fácil de entender la situación que atraviesan estos niños”, defiende el sexólogo y presidente de la asociación, Aingeru Mayor.

Esta imagen se puede ver desde este martes en las marquesinas de autobuses de las tres capitales vascas y Pamplona, en el metro de Bilbao y en anuncios en prensa. La campaña va a dar mucho que hablar. Seguro. Es más, la primera polémica ya está servida. Los carteles físicos no habían hecho acto de presencia cuando los rótulos virtuales, lanzados el día anterior a través de la página de Facebook de esta asociación con enorme éxito (a las pocas horas, había llegado “a más de 50.000 personas”), sufrieron la censura de esta red social, que ha llevado a Chrysallis a tapar las partes íntimas de los pequeños con el emblema de la compañía de Mark Zuckerberg.

Campaña para dar visibilidad a los menores transexuales sin tapujos

La censura llega a oídos de Mayor la noche del lunes nada más colgar el teléfono a El Confidencial. Un wasap a los 35 minutos de conversación da cuenta a este medio de la noticia. “Y yo que me quería ir a descansar…”, se resigna el presidente de Chrysallis,

consciente de que por delante le esperan unas horas muy ajetreadas. En previsión de una polémica que no tardó en llegar, este sexólogo había defendido minutos antes con vehemencia las virtudes de esta campaña. “Podemos disfrazar esta realidad o esconderla en un baúl. Hemos querido transmitir el mensaje de la manera más sencilla, clara y directa posible. Hablar con esta claridad contribuye a entender las realidad de nuestros pequeños”, argumenta.

Los niños están desnudos para “no esconder” su situación y se muestran con una sonrisa para dejar constancia de que “están alegres cuando se les posibilita ser como son”. El cartel “impacta, sí”. Mayor no lo esconde, pero apunta a un dato que impacta más todavía: la tasa de suicidios entre la población adulta transexual a quien no se le vio reconocida su identidad en edad infantil es del 43% frente al 1,2% del índice general. Y también alude a estudios que constatan que “cuando las familias aceptan esta realidad, se los acompaña y realizan el tránsito social, estos niños tienen una tasa de felicidad a la par que el resto” de los niños. “Acompañar o no acompañar puede equivaler a la vida o la muerte”, sentencia.

El impacto, a juicio de Mayor, obedece a que aparecen las palabras 'pene' y 'vulva' en letras grandes en un espacio público y a que se ilustra a niños desnudos. “Escribir pene y vulva todavía choca cuando no debería ser así”, lamenta. Se podían haber obviado estos términos y reemplazarlos por el adjetivo 'transexual', pero se descartó por ser "una etiqueta”. “¿Qué se entiende por transexual? Además, los niños no dicen transexual”, expone el sexólogo, quien asegura que esta campaña está hecha “con mucho gusto y cariño”, sin que quepa espacio para lo soez y grosero. “Se ha realizado con mucho mimo, conocimiento y tras mucho reflexionar sobre cómo queríamos transmitir el mensaje. Simplemente expresa: esto es lo que somos”, remarca. Incluso reconoce que para los responsables de 'marketing' de la campaña había “muchas palabras” en la misma.

Pero Chrysallis considera que hay que “comunicar sin tapujos” sobre la transexualidad infantil. Primero, a los propios padres, que en su mayoría no son capaces de entender y aceptar la realidad que viven sus hijos por “falta de conocimiento e incapacidad”, y después a la ciudadanía, para que “acepte y acompañe” a los progenitores que dan el paso de reconocer lo que expresan sus pequeños en un viaje que “no resulta fácil” por las barreras del entorno escolar y social. “La identidad no se encuentra entre las piernas, sino en el cerebro”, asevera Mayor.

Chrysallis está muy activa en las redes sociales para concienciar de esta realidad. “Nos está costando la vida a más de uno”, bromea Mayor, para dar cuenta del “gran esfuerzo” que se está haciendo. Las pasadas navidades, publicaron un vídeo muy valorado en las redes sociales con voces de niños transexuales que “un día consiguieron que sus familias les escucharan” y reconocieran su identidad. “Mamá, no me pongas coletas que soy un chico” o “ahora soy un niño muy guapo y feliz” son algunos de los testimonios de estos pequeños. “El escuchar sus voces hace que caigan todos los prejuicios”, resalta este sexólogo.

Los niños están desnudos para “no esconder” su situación y se muestran con una sonrisa para dejar constancia de que "están alegres"

Es difícil poner cifras a esta realidad. Los estudios sobre la prevalencia de la transexualidad en menores son muy dispares y los datos oscilan entre una de cada 100.000 personas que recogen los informes más antiguos y el baremo de una de cada 1.000 que reflejan las investigaciones más recientes. De acuerdo a esta última escala, que es la que Chrysallis considera más certera, se puede decir que en el País Vasco y en Navarra hay del orden de 400 niños en situación de transexualidad. Si se atiende a que esta asociación engloba en la actualidad a 40 familias (nació en marzo de 2015 con ocho familias), se puede concluir que hay más de 350 niños en estas dos comunidades que "están sufriendo” porque no se les ve reconocida su identidad.

Poco a poco se van dando pasos. Mayor celebra que “cada vez se habla más de la transexualidad en los menores, y con más respeto y conocimiento”, si bien lamenta que “todavía es una realidad muy desconocida”. En todo caso, España “está a la cabeza” de Europa en cuanto a su aceptación. A esta mayor concienciación ha contribuido el eco mediático que suscitó hace ahora un año el caso de Lucía, la niña que a sus cinco años logró que un juzgado autorizara su cambio de nombre en el Registro Civil, en el que fue el caso más prematuro del Estado. La situación de esta niña de Asteasu, un pueblo pequeño de Guipúzcoa, fue “un punto de inflexión en la socialización de esta realidad”, como también lo fue el caso de Leo, el primer niño transexual de Euskadi tratado con bloqueadores hormonales durante la pubertad para que su cuerpo responda a la identidad masculina. Ahora, Chrysallis confía en que la campaña publicitaria sea “otro hito más”. “Veremos cuánto poso deja a nivel social”, indica su presidente. De momento, ha dejado el poso de la censura de Facebook.

"Niñas con pene" y "niños con vulva". Hace más de un año y medio que la asociación de familias de menores transexuales Chrysallis Euskal Herria lleva reclamando al Gobierno vasco la puesta en marcha de una campaña en condiciones para concienciar sobre la realidad que viven estos pequeños. Esta organización ya no se conforma con pegar carteles Din A4 por su cuenta en unos pocos establecimientos. Cerrada, de momento, la ayuda institucional en Euskadi, el respaldo financiero a una campaña “como dios manda” ha llegado a más de 5.700 kilómetros de distancia, desde Nueva York. Exactamente 30.000 dólares que han salido del bolsillo de un alto cargo del mundo de las finanzas con ascendencia navarra (su abuela es de esta tierra) y que ha donado este dinero tras ver un reportaje sobre el primer material didáctico específico a nivel internacional que ha elaborado esta asociación para trabajar en las aulas el tema de la transexualidad con menores, y que ya está traducido a ocho idiomas.

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