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Montoro y Azpiazu inician la negociación del cupo vasco y los Presupuestos de 2017
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cita el lunes entre madrid y el gobierno vasco

Montoro y Azpiazu inician la negociación del cupo vasco y los Presupuestos de 2017

Los titulares de Hacienda de los gobiernos español y vasco mantendrán un encuentro este lunes en plena disposición a llegar a acuerdos económicos

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, conversa con el diputado del PNV Pedro Azpiazu (i) tras asistir a la sesión de investidura. (EFE)
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, conversa con el diputado del PNV Pedro Azpiazu (i) tras asistir a la sesión de investidura. (EFE)

Si la política se mide exclusivamente por los gestos se podría llegar a la conclusión sin miedo a equivocarse de que el frío helador que ha congelado las relaciones entre los gobiernos español y vasco durante los últimos cinco años ha dado paso a un ambiente cálido que abre la puerta a un entendimiento vestido de utopía hasta hace pocas semanas. Son solo gestos públicos, pero a la vista de los antecedentes, son más que meros guiños. Es toda una declaración de intenciones. Del inicial juego dialéctico en tono conciliador en el Congreso entre Mariano Rajoy y el portavoz del PNV, Aitor Esteban, se ha pasado en un visto y no visto a la voluntad pública de proceder al deshielo institucional y a los hechos prácticos.

El primer acercamiento oficial llegará este lunes, con la reunión de los titulares de Hacienda de ambos gobiernos. Cristóbal Montoro y Pedro Azpiazu pondrán la primera piedra para tratar de desbloquear las cuestiones pendientes del concierto y del cupo, en un encuentro que además servirá para preparar el terreno de cara a un posible pacto presupuestario en Madrid con repercusión en las cuentas de Euskadi. Pero más allá del campo de juego económico, esta cita constituye el primer paso para recuperar esa “bilateralidad” en las relaciones que ansía el Ejecutivo de Iñigo Urkullu y a la que ha abierto la puerta la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

El PNV quiere recuperar la “bilateralidad” en las relaciones con el Ejecutivo de Rajoy, a quien exigirá retirar los recursos judiciales contra las leyes vascas

La número dos del Gobierno ha dicho mucho con palabras y sin palabras. Muy significativa fue su presencia en la investidura del sábado de Urkullu como lendakari en representación del Ejecutivo central. Con el árbol de Gernika como testigo, Sáenz de Santamaría, a quien Rajoy le ha encomendado la labor de restaurar las maltrechas relaciones con Euskadi y Cataluña, no escatimó en acercamientos a la cúpula nacionalista, con conversaciones y encuentros distendidos y conciliadores que no pasaron por alto entre la élite institucional, política y empresarial presente en la Casa de las Juntas. Unos acercamientos que se han fortalecido ahora con la anunciada intención de la vicepresidenta de “reanalizar” la veintena larga de recursos judiciales interpuestos contra normas vascas para primar la resolución del conflicto por la vía del diálogo. La apuesta por la vía judicial para dirimir la conflictividad competencial ha irritado al Ejecutivo de Urkullu, que ha puesto como condición para la llegada de acuerdos el respeto a las leyes que emanan de la soberanía vasca.

Una cita a toda prisa

En este clima favorable, llega la reunión entre los primeros espadas económicos de ambos gobiernos, que se produce apenas una semana después de que Azpiazu y el resto de consejeros del gabinete de Urkullu juraran sus cargos. Una celeridad que evidencia la pretensión de ambos gobiernos de iniciar una nueva etapa y resolver las cuestiones pendientes con la negociación de los Presupuestos como telón de fondo. El titular de la Hacienda vasca, que no acudió ayer a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera por no ser el “foro adecuado” para abordar estos asuntos, tiene el encargo prioritario del lendakari de abordar la actualización del Cupo —lo que Euskadi paga al Estado por las competencias no transferidas—, cuando está pendiente aún la liquidación de 1.600 millones desde 2007, según los cálculos del Gobierno vasco. También se abordarán el endeudamiento, el objetivo del déficit y el concierto. En esta demandada “relación bilateral”, el PNV reclama que se convoque la comisión mixta del Concierto Económico para desatascar la cuestión del cupo entre otras cuestiones que afectan al régimen fiscal vasco y la retirada de los recursos judiciales.

En Sabin Etxea existe disponibilidad para llegar a un acuerdo presupuestario con el Gobierno. Rajoy ha iniciado los contactos con conversaciones con el líder ‘jeltzale’, Andoni Ortuzar, y ahora las comunicaciones se están reforzando en los últimos días en sus diferentes escalas. Además de Ciudadanos, el PP tiene en el PSOE su primera opción para sacar adelante sus cuentas, quiere aprovechar su debilidad para que el plan económico de 2017 no sea bloqueado en el Congreso. Pero, con independencia del éxito o fracaso de la opción socialista, Rajoy quiere transitar por la vía del nacionalismo vasco, consciente de que su apoyo no solo puede ser clave para las cuentas del próximo ejercicio sino que se antoja fundamental en una legislatura necesitada de acuerdos. Y más ahora que los caminos catalanes están intransitables por las piedras soberanistas.

El PNV ve "una actitud diferente"

Por lo pronto, en estos contactos preliminares, el PNV ya ve una “actitud diferente” en el PP tras las “constantes agresiones” de la pasada legislatura. En todo caso, a expensas de que el Gobierno plasme sus intenciones sobre el papel en forma de concesiones a Euskadi, los ‘jeltzales’ apelan a la prudencia. Su postura dependerá de hasta dónde está dispuesto el Ejecutivo español a llegar, no solo en la inyección de músculo financiero, en especial para el avance de la alta velocidad, sino también en el compromiso político de respetar las leyes aprobadas por el Gobierno y Parlamento vascos. Y en esta partida de ajedrez que ahora se inicia, la formación de Ortuzar sabe que tiene en su mano el jaque de la debilidad popular en el Congreso, una situación que tratará de exprimir al máximo. Quiere vender cara su piel.

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), durante una reunión mantenida en el Palacio de la Moncloa con el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban. (EFE)

Por su parte, el PP se guarda la baza de la vía presupuestaria en el Parlamento vasco, consciente de que el Gobierno en coalición de PNV y PSE necesita de un voto para sacar adelante su plan presupuestario para el próximo ejercicio. Las posiciones están muy definidas. Los 'jeltzales' tienen asumido que las cuentas de 2017 están en manos de los populares, ya que el entendimiento con EH Bildu se da casi por descartado por las grandes diferencias económicas entre ambos, y la vía de Podemos está cerrada desde el inicio. En este escenario, el PNV requiere al menos de la abstención desde la bancada del PP. En todo caso, en el partido nacionalista no creen que la formación liderada en Euskadi por Alfonso Alonso se sume a "un frente por la inestabilidad" con la antigua Batasuna y Podemos como actores, por lo que respiran con cierta tranquilidad. Pero el exministro de Sanidad no quiere ponérselo fácil a Urkullu.

'A priori', ninguno de los dos partidos quiere vincular la negociación de las cuentas en España con la que se abrirá en las próximas semanas en Euskadi, pero ambos son conscientes de que lo que ocurra en Madrid tendrá su efecto en Vitoria. De cara al calendario más inminente, Azpiazu, quien ha sido el hombre fuerte del PNV en materia económica en el Congreso durante largos años, comenzará a abonar el terreno del acuerdo con su encuentro de este lunes con Montoro, a quien le hará llegar unas primeras propuestas concretas. El que será el primer encuentro oficial de los nuevos gobiernos español y vasco podría dar pistas sobre el entendimiento a futuro entre ambas instituciones. En los prolegómenos de la cita, el consejero vasco ya ha dejado claras sus intenciones y confía en que la reunión sea el “inicio” de una fructífera relación que permita “recuperar el espíritu del concierto y la bilateralidad”. De ser así, se “facilitarían muchas cuestiones”.

Si la política se mide exclusivamente por los gestos se podría llegar a la conclusión sin miedo a equivocarse de que el frío helador que ha congelado las relaciones entre los gobiernos español y vasco durante los últimos cinco años ha dado paso a un ambiente cálido que abre la puerta a un entendimiento vestido de utopía hasta hace pocas semanas. Son solo gestos públicos, pero a la vista de los antecedentes, son más que meros guiños. Es toda una declaración de intenciones. Del inicial juego dialéctico en tono conciliador en el Congreso entre Mariano Rajoy y el portavoz del PNV, Aitor Esteban, se ha pasado en un visto y no visto a la voluntad pública de proceder al deshielo institucional y a los hechos prácticos.

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