Arantza Quiroga: el efímero paso de una ultraconservadora al frente del PP vasco

Católica, antiabortista y segunda mujer en ser presidenta del Parlamento Vasco. El paso de Arantza Quiroga por la política –que ha anunciado su dimisión al frente del PP vasco– siempre fue 'in crescendo' desde que en 1998 fuera elegida por primera vez parlamentaria. Nacida en Irún –País Vasco– el 26 de julio de 1973, esta abogada forma parte de la generación de gobernantes que afiló su carácter después del asesinato del popular Gregorio Ordóñez al recibir un tiro en la nuca disparado por ETA.

De hecho, su discurso siempre se ha caracterizado por un férreo apoyo a las víctimas de la organización terrorista, así como por una fuerte condena a todo lo que con esta banda se vinculaba. Precisamente la relajación a esas reclamaciones de condena a la violencia ha sido la que, según algunos de sus compañeros populares, ha motivado su silencio durante los últimos seis días, tras verse obligada a retirar su polémica ponencia de Libertad y Convivencia en la que proponía no exigir una explícita condena a los atentados.

Sorpresa en el partido tras conocer un discurso del que no habían sido avisados, sobre todo a sabiendas de la autoclasificación que la propia Quiroga hacía de ella: se veía dentro del “ala conservadora del Partido Popular”, consecuencia lógica –según explicó– de su fe en la religión cristiana. Ahora, sin embargo, el PP vasco se encuentra en una inestable situación: ha perdido la bandera que siempre había enarbolado como símbolo moral de la formación y no sabe cómo atinar en todos los frentes que tiene abiertos: corrupción a nivel nacional e independencia de la región, entre otros.

"Si alguien es defensor del Estatuto de Gernika, del autogobierno, de los derechos históricos, de la foralidad, es precisamente el PP, que lo lleva en su ADN y lo ha defendido desde la acción de gobierno a lo largo de toda la historia democrática", afirmaba Quiroga en una entrevista concedida a Europa Press el pasado mes de agosto. Otra declaración de intenciones que dejaba clara su opinión respecto a la independencia vasca: "Abrir un melón para luego no saber cómo cerrarlo, es un error", indicó en referencia a la postura de los socialistas cercana a un modelo de Estado federal. Para ella, el firme límite de la reforma constitucional "debe ser aquel que establece qué es España".

Abrir un melón para luego no saber cómo cerrarlo, es un error

Licenciada en Derecho por la UNED, Arantza Quiroga tuvo los primeros contactos con la política a los 19 años, cuando se afilió a las Nuevas Generaciones del Partido Popular. Dos años más tarde, y a instancia de José Eugenio Azpiroz –actualmente diputado de la formación por Guipúzcoa–, presentó su nombre entre los candidatos a las elecciones municipales de su localidad, resultando elegida como concejala.

1998 fue un año especialmente prolífico a nivel político para esta vasca de ascendencia vallisoletana por parte de padre: conoció a José María Aznar después de pronunciar un discurso –quedando impresionado el expresidente del Ejecutivo por sus dotes de gobierno– y fue elegida parlamentaria por primera vez. Desde entonces no ha salido de la Cámara de Euskadi. Una década después, su carrera en el PP dio un salto hacia delante tras ser nombrada vicesecretaria general de la formación en el País Vasco a la vez que Antonio Basagoiti pasaba a presidirlo en sustitución de María San Gil.

Madre de cinco hijos –Andrés, Pablo, Álvaro, Pedro y Jesús–, se presentó como número uno en las elecciones vascas de 2009. Tres años después, en las elecciones al Parlamento Vasco, fue de nuevo elegida a pesar de que la mayoría nacionalista obtenida le impidió volver a ser presidenta de la Cámara al no poderse revalidar el pacto entre PP y PSE. El 14 de mayo de 2013, Quiroga se convirtió en presidenta de la formación en el País Vasco sustituyendo a Antonio Basagoiti.