Un cine mítico de Madrid vende sus butacas: así puedes llevártelas a casa

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​El centro de Madrid atesora pequeñas joyas que solo algunos saben apreciar al caminar por las atosigantes calles del centro. Más allá de las tiendas de moda que se convierten cada fin de semana en un destino de peregrinaje, como el Primark gigante de Gran Vía, existe una forma de hacer turismo que llena el estómago de los madrileños y turistas más eruditos. En este grupo se encuentran los entusiastas y amantes de la cultura y de aquellos espacios que, aunque pasen los años, son un emblema inconfundible de la ciudad.

Un emblema de la ciudad que no pasa de moda

Hay un cine situado en plena plaza de Callao que ha visto desfilar por sus pasillos a grandes figuras del cine español. Este histórico edificio, que fue el primer rascacielos de Madrid, se hizo popular por la proyección de películas en VOSE y por acoger preestrenos de filmes como Un año y un día o series recientes de Netflix como El refugio atómico. Se trata del Palacio de la Prensa, situado en el número 46 de la calle Gran Vía, el cine que fue inaugurado un 7 de abril de 1930 por Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, y que antes de ser un espacio cultural abierto al público, fue sede de publicaciones como La Codorniz. Además, fue el lugar donde Federico García Lorca organizaba las giras de La Barraca, la compañía de teatro universitario fundada por el poeta durante la Segunda República.

El Palacio de la Prensa fue el primer edificio de Madrid en utilizar en ladrillo en la fachada. Influenciado por la arquitectura norteamericana, se levanta sobre una planta pentagonal y tiene un total de 16 plantas y unos 58 metros de altura. Su fachada integra pantallas LED de gran formato, operadas comercialmente por Super 8 Media, donde se proyectan anuncios y próximos estrenos. En su origen, el edificio contaba con tres salas (hoy suman casi mil butacas). La conversión a multisalas llegó en 1991.

El fenómeno que llena butacas

Los monólogos y las grabaciones de pódcast han ido desplazando al séptimo arte y hoy concentran el mayor tirón del Palacio de la Prensa. Por su escenario pasaron, cuando aún daban sus primeros pasos, humoristas que ahora llenan salas por toda España y suman seguidores a diario, como Martita de Graná o Valeria Ros. Además, el edificio se ha consolidado como sede de formatos sonoros de referencia como Estirando el chicle, Premio Ondas en 2021.

¿Qué pasará con sus butacas?

Tal y como confirmó El Confidencial, el Palacio de la Prensa cerrará sus puertas hasta el año 2028 con motivo de una reforma orientada a recuperar la esencia original de las salas de cine, y dar prioridad a las charlas que preceden o suceden a las proyecciones. "Nos hemos dado cuenta de que cuando se plantean, por ejemplo, coloquios después de las obras se dispara la ocupación", mencionan desde la empresa Forter, promotora de las obras que darán comienzo en 2026. Una de las curiosidades más reseñables referidas a estos trabajos de remodelación es cuál será el destino de sus butacas. Y es que te las podrás llevar a casa.

El Grupo Envera, Asociación de Empleados de Iberia Padres de Personas con Discapacidad, se hará cargo de distribuir y poner a la venta estos emblemáticos asientos donde miles de personas han disfrutado de su película favorita. Los coleccionistas interesados en adquirir estas joyas deberán acudir a partir de enero de 2026 a los centros comerciales de Islazul y Carrefour Ciudad de la Imagen que pondrán a disposición del público estas reliquias.

El objetivo del Palacio de la Prensa en esta nueva etapa es seguir creciendo sin renunciar a su esencia

Declarado Bien de Interés Patrimonial en 2017 por la Comunidad de Madrid, el Palacio de la Prensa, proyectado por el arquitecto Pedro Muguruza, promete volver a hacer historia con una vuelta a su esencia más genuina. Su objetivo es recuperar las galerías comerciales y ampliar su oferta cultural no solo con la proyección de cintas de diverso ámbito, sino acogiendo eventos de muy variada índole, y multiplicar su tasa de ocupación.