El histórico Lhardy se reinventa con un nuevo espacio gourmet: cafetería de lujo en este exclusivo hotel de Madrid

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Lhardy prepara dar un salto muy medido para reforzar su vínculo con Madrid: abrir una nueva cafetería de lujo en el barrio de Salamanca, impulsada por Pescaderías Coruñesas (propietaria del histórico restaurante desde 2021) y pensada para funcionar todo el día. El proyecto llega con aspiración de icono local, sin copiar al original de la Carrera de San Jerónimo y con guiños a la gran cafetería europea.

El movimiento responde al deseo del grupo (propietario también de El Pescador, O’Pazo, Filandón y Desde 1911) de acercar la marca a una de las zonas más dinámicas de la capital. Tras el rescate del negocio, la estrategia pasa por sumar un concepto más informal, con servicio continuado y un perfil claramente social, del desayuno al afterwork.

La ubicación elegida confirma la ambición del estreno: el nuevo Café Lhardy abrirá a finales de año dentro del Hotel Wellington, en la calle Velázquez. Por tanto, ocupará el espacio de La Llave de Oro, con más de 300 m², dos plantas, terraza a pie de calle y aforo para más de un centenar de clientes.

Así será el nuevo Café Lhardy

El diseño abrazará una personalidad propia, pero conservará señas históricas: el samovar de plata del siglo XIX, para servirse el consomé caliente, y el croquetero de plata y cristal que mantiene a punto croquetas de cocido y hojaldres salados. No será una réplica del restaurante madre, sino un espacio complementario pensado para “no parar” desde la mañana hasta la medianoche.

La oferta gastronómica, a cargo del chef ejecutivo Diego Murciego, tendrá un aire más informal con barra de producto en crudo (como ostras y salmón), coctelería y brunch dominical. Junto a los imprescindibles de la tienda de Lhardy, se espera una carta fluida y de picoteo fino que mire a los cafés de París y Nueva York.

Habrá capítulo dulce de peso: desayunos y meriendas con la repostería que distingue a Lhardy gracias al maestro chocolatero Ricardo Vélez (Moulin Chocolat, The Pâtissier, Macaron Glacé), con un repertorio que incluye ensaimadas, brioches, panettones, pastas de té, macarons, trufas, chocolates y roscones.

Historia viva de un emblema de Madrid

Lhardy fue fundado en 1839 por Emilio (Émile) Huguenin y está considerado pionero del restaurante moderno en España: implantó precio fijo, minutas por escrito y mesas separadas, al estilo de la restauración francesa de la época. Su sede de la Carrera de San Jerónimo conserva salones legendarios, como el Isabelino, el Blanco y el Japonés, y una estética decimonónica inconfundible.

Desde 1885, el consomé de su samovar de plata se convirtió en ritual de la casa. A Lhardy acudieron Isabel II (fue uno de los primeros establecimientos madrileños que permitieron la presencia de mujeres sin acompañante) y Alfonso XII; la frase “He visto al monarca, entraba en Lhardy” quedó asociada a su clientela real.

Entre anécdotas célebres figura la detención de Mata Hari tras almorzar en sus salones, el préstamo de candelabros para el estreno de ‘Tosca’ en 1900 o tertulias que reunieron a nombres como Azorín, Ramón Gómez de la Serna, Gregorio Marañón o Julio Camba. También fue escenario de reuniones políticas clave y de la Sociedad Filarmónica Madrileña nacida en 1901.

Fundado en 1839, las paredes de Lhardy atesoran muchos secretos de la historia de España

La casa ha preservado una atmósfera aristocrática e intelectual y un patrimonio de artes decorativas —maderas nobles, botillería, papeles pintados— que hoy forma parte de la memoria sentimental de la ciudad. Con la entrada de Pescaderías Coruñesas, el objetivo declarado ha sido actualizar sin traicionar el legado, recuperando platos históricos y reforzando su papel como lugar de encuentro madrileño.