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¿Qué hace esta planta en Rascafría? El lirio de los valles se documenta por primera vez en Madrid
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PODRÍA HABER SUPERADO UNA GLACIACIÓN

¿Qué hace esta planta en Rascafría? El lirio de los valles se documenta por primera vez en Madrid

Una veintena de pies de 'Convallaria majalis' forman la primera población de esta planta hallada en la Comunidad de Madrid, donde agentes forestales estudiarán su evolución

Foto: Imagen del lirio de los valles.
Imagen del lirio de los valles.

Desde hace unos días, la Comunidad de Madrid cuenta en su haber con una nueva especie de planta. El lirio de los valles o Convallaria majalis ha sido descubierta por primera vez por agentes forestales de la región en una zona recóndita del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, en el municipio de Rascafría. Los expertos apuntan varias posibilidades en cuanto a su procedencia, incluso podría haber superado con éxito una glaciación. Por el momento, el Gobierno autonómico estudia su inclusión en el catálogo de especies protegidas.

Miguel Higueras, jefe del operativo del Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad, señala que entre sus funciones está la de custodiar y vigilar las especies protegidas de fauna y flora. Distribuidos a lo largo de 15 comarcas en la región, es habitual que realicen rutas de vigilancia por aquellas zonas en las que se encuentran este tipo de especímenes. Además, actualmente realizan un ímprobo trabajo de campo, ya que a petición de la Dirección General de Biodiversidad intentan actualizar el catálogo regional de especies amenazadas.

El experto recalca que del lirio de los valles hay reseñas en la región madrileña muy antiguas, de hace décadas, por lo que pensaban que se encontraba extinta en la zona. "Es muy raro encontrarla en un hábitat como este. Normalmente, esta planta ha sido ubicada en puntos del Pirineo, País Vasco, Sistema Ibérico, Sierra de Gredos y Segovia", comenta. Además, es propia de climas atlánticos, más común en el centro de Europa, que se establece en forma de extensos grupos en zonas altas, húmedas y sombrías. Así pues, es la primera vez que personal de la Administración madrileña se ha cruzado con ejemplares de Convallaria majalis.

La sorpresa para estos agentes forestales llegó cuando se cruzaron con una población de lirio de los valles de unos 50 metros cuadrados. Normalmente, sus tallos tienen entre 15 y 30 centímetros de altura, con una o dos hojas de color blanco o rosa, que miden entre 10 y 25 de longitud, mientras que las flores se hallan dispuestas en un racimo de 5 a 15. La corola presenta una forma acampanada, de color blanco o rosa, y desprende un agradable olor.

No descartan más poblaciones cercanas

Eso fue precisamente lo que encontraron. Tras reconocerla, tomaron algunos datos básicos para poder atestiguar en próximas visitas la evolución de su población. También analizaron si existe alguna amenaza en la zona, quizá por la presencia de jabalíes o su ubicación cercana a una vía de comunicación o sendero, lo que facilitaría que pudiera ser pisada o que alguien recolectara sus flores.

El próximo año volverán al lugar para ver cómo ha cambiado la situación de esta planta. Por el momento, los agentes forestales han encontrado una población que ocupa una superficie de hasta 50 metros cuadrados, con una veintena de pies de la planta. "Seguiremos estudiándola porque no descartamos que pueda haber otra población cercana que comparta hábitat", añade Higueras. Él mismo subraya la buena noticia que es el haberla encontrado en flor. "Eso significa que la planta ha encontrado las condiciones óptimas para que invierta energía en su reproducción", completa.

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La historia de la planta

Jesús Palá Paul, profesor del área de Botánica del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), destaca que el lirio de los valles es una planta frecuente en Centroeuropa raramente hallada en el sur. En el gran herbario (MACB) que atesora esta Facultad, donde están incluidas referencias de 200.000 plantas y hongos, aparece en varias ocasiones la Convallaria majalis, aunque nunca en la Comunidad de Madrid.

"No es tan extraño como yo pensaba encontrarla en España", adelanta el especialista, quien apunta que, precisamente, a partir de este septiembre comenzará en la UCM el primer máster en Estudios Avanzados de Botánica de España. En este sentido, otra de las cosas que llamó la atención a Palá es que todas las entradas registradas en el herbario de esta planta están realizadas por botánicos de prestigio.

La primera inclusión de Convallaria majalis en el herbario fue realizada por Juan Antonio Alejandre desde Burgos en 1991 y 1992. Santiago Castroviejo le siguió en 1992, hallada en León. José María Gabriel y Galán fue el siguiente: la vio en Lleida en el 2004. El último registro que conservan en el herbario de la Facultad de Ciencias Biológicas es de 2018, cuando Alejandre volvió a encontrar la planta en Burgos.

Foto: Campos de lavanda en plena floración en la Alcarria madrileña (Ayuntamiento de Pezuela de las Torres)

Palá admite que lo primero que se le pasó por la cabeza al pensar cómo ha podido llegar el lirio de los valles a la Comunidad de Madrid es que fue debido al factor antrópico. "Hoy en día ha cambiado mucho la cultura, pero mucha gente cuando viaja se encapricha de una planta y se la intenta llevar a su casa. En Rascafría hay zonas de chalés y es posible que alguien la tenga en el jardín, además de que se trata de un lugar más frío que otros tantos de la región", precisa el experto.

La Convallaria majalis aparece como planta venenosa o tóxica en las entradas conservadas en el herbario. El especialista, en este sentido, agrega que tampoco es una especie urticante, tal y como él ha podido comprobar cuando la ha tenido en sus manos al poderla apreciar en muchos jardines europeos. De todas formas, la Comunidad de Madrid ha alertado a los excursionistas y montañeros y les ha aconsejado tomar "especial precaución por su alta toxicidad. No se debe ingerir ninguna de sus partes, así como evitar cogerla o arrancarla para no dañarla".

Sin embargo, las bayas y las semillas sí que pueden ser ingeridas por algunos animales, como los pájaros. "Otra opción es que algún pájaro haya migrado desde Europa a África y las semillas se hayan conservado en sus heces", explica el propio Palá.

Por otra parte, este docente de la UCM ilustra que el lirio de los valles podría ser resultado de un relicto glaciar. "Durante las glaciaciones, muchas plantas centroeuropeas se escondieron al sur, y muchas no pasaron de la península ibérica. En el periodo posglacial, muchas volvieron a su entorno, pero otras tantas no pudieron hacerlo al ver impedido ese proceso por las montañas", ejemplifica Palá.

La mejor protección: que pase desapercibida

Este botánico destaca que la Convallaria majalis posee algo a su favor: se regenera directamente desde los rizomas. "Quizá a nivel sexual no es muy efectiva en cuanto a la reproducción, pero sí se distribuye bien creando clones de sí misma", explica. Quedaría por estudiar si la población hallada en Rascafría tiene una alta variabilidad genética o si, por el contrario, se trata de clones de una misma planta. "Con este hallazgo se abre un gran abanico de posibilidades por estudiar. Por ejemplo, si hay una población cercana", concluye el docente de la UCM.

Higueras, el jefe del operativo del Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad, incide en que por el momento no han realizado ninguna acción material orientada a la preservación de esta población de lirio de los valles en Guadarrama. "Por paradójico que parezca, lo mejor es no llamar la atención con un vallado o señalética. Pasar desapercibida es la mejor protección que puede tener, sobre todo cuando no está en un lugar fácilmente accesible, como es el caso", explica.

Desde hace unos días, la Comunidad de Madrid cuenta en su haber con una nueva especie de planta. El lirio de los valles o Convallaria majalis ha sido descubierta por primera vez por agentes forestales de la región en una zona recóndita del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, en el municipio de Rascafría. Los expertos apuntan varias posibilidades en cuanto a su procedencia, incluso podría haber superado con éxito una glaciación. Por el momento, el Gobierno autonómico estudia su inclusión en el catálogo de especies protegidas.

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