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El infravalorado (y gratuito) jardín botánico de Madrid con más de 9.000 plantas de tres ecosistemas diferentes al que tienes que ir sí o sí este verano
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El infravalorado (y gratuito) jardín botánico de Madrid con más de 9.000 plantas de tres ecosistemas diferentes al que tienes que ir sí o sí este verano

Madrid esconde un invernadero monumental que pasa desapercibido para muchos, pero que este verano se presenta como uno de los planes más atractivos y refrescantes de la ciudad

Foto: Un oasis urbano donde diferentes varieadades de cactus y plantas conviven bajo una estructura de hierro forjado y cristal (Google)
Un oasis urbano donde diferentes varieadades de cactus y plantas conviven bajo una estructura de hierro forjado y cristal (Google)

Madrid esconde uno de sus tesoros botánicos más espectaculares dentro del Parque Madrid Río, donde miles de madrileños y turistas pasan cada día sin percatarse de su existencia. Se trata de un majestuoso palacio de cristal que alberga un fascinante universo de biodiversidad, completamente gratuito y accesible para todos los públicos. Es una joya arquitectónica que rinde homenaje a la arquitectura del hierro del siglo XIX, con referencias a invernaderos clásicos de Londres o Viena. Su interior ofrece una experiencia que estimula los sentidos y que resulta ideal tanto para familias como para quienes buscan un plan tranquilo y diferente.

Lo que hoy es un paraíso vegetal bajo techo, fue en sus orígenes una nave para almacenar patatas dentro del antiguo Matadero de Madrid, diseñado entre 1910 y 1925 por el arquitecto Luis Bellido. Sin embargo, en 1992, el Ayuntamiento de Madrid decidió rehabilitar este espacio de la mano del arquitecto Guillermo Costa, transformándolo en un invernadero inspirado en los grandes jardines botánicos europeos. Su diseño, que mantiene la estructura original de acero roblonado, incorpora materiales traslúcidos, sistemas de vaporización, suelo radiante y persianas motorizadas que permiten crear las condiciones ideales para albergar plantas que, de otra forma, serían imposibles de cultivar en la capital española.

El recorrido por el invernadero del Palacio de Cristal de Arganzuela (Paseo de la Chopera, 10) es una experiencia sensorial que transporta al visitante a tres zonas climáticas diferentes. La primera parada es el clima desértico, donde cactus, agaves y aloes prosperan en un entorno de baja humedad. Aquí destacan especies como las plantas piedra, que simulan rocas para camuflarse, o los cactus de flores exóticas, que parecen desafiar las condiciones más extremas.

Los estanques y arroyos contribuyen a la estabilidad de los microclimas

La zona subtropical, por su parte, es un refugio de especies de raíces profundas como palmeras, bananeros o el emblemático papiro. Este espacio cuenta además con un estanque lleno de peces de agua dulce, que añade un componente acuático al recorrido. Y, finalmente, el clima tropical sorprende con su exuberancia: orquídeas, plantas trepadoras, carnívoras y la peculiar mimosa púdica, que reacciona al tacto cerrando sus hojas, convierten esta parte en un auténtico espectáculo de la naturaleza.

El espacio botánico del Palacio de Cristal de Arganzuela funciona como una suerte de atlas vegetal en vivo, donde cada sala permite al visitante adentrarse en paisajes completamente distintos sin salir de la misma estructura. El recorrido por el invernadero, distribuido en más de 7.000 metros cuadrados, se organiza en torno a un crucero central que distribuye cuatro grandes salas, cada una dedicada a un ecosistema distinto.

Es uno de los jardines botánicos más desconocidos de la capital

Las zonas tropicales destacan por su vegetación densa y estratificada, con especies que rara vez pueden observarse en exteriores en España. Además, los estanques y arroyos que atraviesan el espacio no solo embellecen el paisaje, sino que también contribuyen a la estabilidad de los microclimas. Todo ello bajo una cubierta de vidrio que tamiza la luz y transforma el paseo en una experiencia envolvente.

Durante el verano, el recinto amplía su horario y abre tanto por la mañana (de 9:30 a 14:00) como por la tarde (de 18:00 a 21:00), excepto los lunes, cuando permanece cerrado. La entrada es gratuita, lo que convierte este paraíso en un plan accesible y único para quienes buscan algo diferente en la ciudad.

Foto: Vista de los jardines barrocos con sus esculturas, setos geométricos y estanques ornamentales, en el corazón del Monte de El Pardo (Wikipedia)

Madrid no solo es conocida por sus museos, su gastronomía o sus animadas calles. También guarda rincones como este invernadero, donde el tiempo parece detenerse y donde la biodiversidad se convierte en protagonista. Este verano, no dejes pasar la oportunidad de descubrir uno de los jardines botánicos más impresionantes y desconocidos de la capital. En una ciudad donde el asfalto suele imponerse al verde, este espacio ofrece una pausa inesperada, gratuita y cargada de belleza. Quizá por eso, quienes lo descubren por primera vez suelen marcharse con la sensación de haber encontrado uno de los rincones más infravalorados de Madrid.

Datos de interés

  • Ubicación: Paseo de la Chopera, 10. Parque Madrid Río, distrito de Arganzuela, Madrid
  • Entrada: Gratuita
  • Superficie: 7.100 m²
  • Qué ver: Más de 9.000 especies vegetales organizadas en cuatro zonas climáticas: tropical, subtropical y desértica

Horarios de verano:

  • De martes a viernes: de 9:30 a 14:00 h y de 18:00 a 21:00 h
  • Sábados, domingos y festivos: de 10:00 a 14:00 h y de 18:00 a 21:00 h
  • Lunes: cerrado
  • Agosto: solo horario de mañana (tardes cerrado)

Cómo llegar:

  • Metro: Legazpi (L3 y L6)
  • EMT: 6, 8, 18, 19, 22, 45, 47, 59, 62, 76, 78, 79, 85, 86, 123, 148, 156, 180, 247, T32, N12, N13, N14

Madrid esconde uno de sus tesoros botánicos más espectaculares dentro del Parque Madrid Río, donde miles de madrileños y turistas pasan cada día sin percatarse de su existencia. Se trata de un majestuoso palacio de cristal que alberga un fascinante universo de biodiversidad, completamente gratuito y accesible para todos los públicos. Es una joya arquitectónica que rinde homenaje a la arquitectura del hierro del siglo XIX, con referencias a invernaderos clásicos de Londres o Viena. Su interior ofrece una experiencia que estimula los sentidos y que resulta ideal tanto para familias como para quienes buscan un plan tranquilo y diferente.

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