Toros de Feria de San Isidro | No te rindas
Ismael Martín confirma alternativa en Las Ventas con toros flojos y actuación valiente de Samuel Navalón
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Plaza Monumental de Las Ventas, 05 de junio de 2025
25ª de Feria.
Tres cuartos de entrada en tarde muy calurosa. Sin viento reseñable hasta el tercer toro donde empezó a soplar molesto.
Seis toros de Conde de Mayalde, de entre 543 y 602 kilos. Serios, bien presentados. Flojos en general y sin transmitir emoción en el último tercio. Primero, de gran trapío, muy flojo fue devuelto y sustituido por otro del mismo hierro. Primero bis, más estrecho de pecho y de sienes y bajo pero muy serio por delante, también mostró síntomas de debilidad. Embistió con cierta clase pero la falta de fuerzas no permitió la consideración de los muletazos. Se desarrolló la faena entre protestas. Segundo, bajo, descolgado, acapachado de pitones, motivó algunas protestas. Dio juego en banderillas arrancándose de largo y por derecho. En la muleta, aun embistiendo, transmitió realmente poco. Tercero, el de más peso de la corrida, ancho y más alto pero no por ello con mejor trapío. Cornidelantero. Repitió con celo y humillando en la muleta, embistiendo con nobleza y temple. Algo falto de fuerzas impidió una conjunción más emocionante con el torero. Duró mucho, embistió serio y con la boca cerrada hasta el final. Cuarto, el más serio de la corrida, bajo y musculado y descomunalmente armado por delante. Embistió con energía y celo, repitiendo, galopando en algunos lances y con intensidad y rapidez en banderillas, pero curiosamente en la muleta a pesar de su embestida ortodoxa no se logró la transmisión a los tendidos. Quizá su tranco acusaba falta de fuerzas y desvirtuó su juego y la valoración de la emoción desde los tendidos. Quinto, más feote, más alto, pero con seriedad igualmente, más cuerpo que pitón en este caso.Se partió la punta del izquierdo en un tope Llegó absolutamente vacío al tercio de muleta tras una larga lidia y largo tercio de banderillas. Embestía como cansino, amenazando en todo momento con echarse. Resultó que al final se echó antes de entrar a matar, pero no dobló, murió. Algo verdaderamente extraño. Pitado en el arrastre. Sexto, en línea de sus hermanos, con más riñones, serio por delante, con caja,. Embistió con más brío que el resto, algo descompuesto y punteando los engaños, se revolvió con peligro de mitad de faena en adelante. Se vino en seguida abajo. Sexto muy serio también, aguantó algo más que el resto y desarrolló nobleza en la muleta, dejándose llegar realmente cerca y mucho tiempo.
El Fandi, de azul cobalto y oro, silencio con algunas palmas y silencio.
Ismael Martín, que confirmaba alternativa, mató primero y quinto, por debutar sin ser el de más reciente alternativa, de fucsia y oro, ovación que saludó desde el tercio y silencio.
Samuel Navalón, de blanco y oro ovación que saludó desde el tercio y ovación tras aviso con leve petición de oreja.
Ejerció El Fandi con maestría su labor de director de lidia durante toda la tarde. Pendiente de todo y en todos los sitios dio un ejemplo de compromiso y buen hacer. Buen tercio de banderillas compartidas por El Fandi e Ismael en el segundo y quinto toro. Tarde felizmente numerosa y variada de quites, que no han abundado en esta feria. Con dispar suerte en su ejecución, es de agradecer el esfuerzo de los toreros.
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No te rindas
Acabé rendido en mi tendido. Dos horas y cuarto de festejo se me estaba empezando a hacer largo. Culpa mía, debí irme anoche nada más acabar la fiesta que da la bienvenida al verano en este foro nuestro, que arderá a partir de ahora, y que organiza el Hotel Wellinton en su espectacular terraza. Entrada oficial y social del verano año tras año. Tantos amigos vi, y abrazos se repartieron, que me pasaron desapercibidos los ocho o diez enemigos que estadísticamente me merezco. Alargamos hasta muy entrada la noche conversaciones, saludos, deseos de próximas quedadas, planes compartidos de futuro, citas y próximas algaradas. Tanta voluntad de encuentro, tanto socializar, apenas me dejaron anoche cuatro horas para descansar. Y la poca horizontalidad conseguida antes de madrugar, la escasez de sueño REM, me estaban pasando factura en mi tendido del diez.
No fui el único rendido. Se rindió el serio quinto tras los primeros muletazos. Se desenvolvió en el entorno de las puertas de chiqueros, Ismael no quiso sacarlo de su querencia natural. Embestía a cámara lenta pero no por clase y temple sino por debilidad. Se fue apagando de a poco. Y se terminó echando, se rindió sin condiciones, de forma más que evidente. Se entregó voluntariamente a su inmediato destino evitándose más lucha. Sin embargo, algo le debió pasar que ninguno vimos. El toro no se rindió. Murió sin que Ismael pudiera entrarle a matar. El toro se acomodó expresando que no lucha, pero de forma inmediata quedó listo y patas arriba y nada pudieron hacer más que acortarle el tránsito con una eficaz puntilla. Quedó sin toro Ismael.
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Rendido yo estaba a la plana crónica de tener que justificar que hay días que todo sale mal sin querer culparle a nadie. Cierto que los toros de Mayalde salieron con esa pachorra, tan débiles de gamba, que resulta imposible destacar ningún posible rendimiento. Fue un rendimiento general, de rendirse, en este caso. Más rendición que rendimiento desde luego.
Los toros embestían con esquemas ortodoxos, humillaban, repetían, hasta se arrancaban de largo. Pero tanta parsimonia, tal gazapeo, tales gañafones cuando por su falta de forma veían alejarse la muleta que, aunque pasaran por allí, aquello no parecía toreo.
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Rindió cuentas con voluntad innegable el confirmante Ismael. Bravo con el capote intentó todos los quites y hábil en banderillas no rehuyó ningún embroque por fuerte que los de Mayalde se le vinieran al pecho. Que cuando no humillaban parecían más enteros. Valor de porta gayola, de faroles de rodillas con la muleta y luego no mala estética acompañan a este torero que proclama que su afición y su tesón le van a rendir buenos frutos.
Rindo también homenaje al sabio y maduro Fandi. Sin que yo entienda muy bien semejante ninguneo que algunos llevan haciéndole años en esta plaza, su hombría, su capacidad, su disposición y su técnica son una enciclopedia que deberíamos encuadernar y estudiar sin maricomplejos. Sin embargo, con la rendición de su lote nada podemos reseñar.
Rendido estaba yo en el tendido tras dos calurosas horas y cuarto y con el sexto pendiente. Pero la espera rindió frutos al hacernos Samuel partícipe de su sacrificio suicida. Lejos de la sumisión al destino de la tarde, decidió plantar batalla, luchar hasta el paroxismo, como el más valiente soldado que en mucho tiempo haya visto. Rindo homenaje y tributo al valor de este torero. Hacía años que no se veía en esta plaza, con esos pedazo de toros, un parón tan contundente, una invasión del espacio, una voluntad de muerte tan evidente como la de este torerazo.
No es que se metiera entre los pitones, es que le apoyó los muslos en la testud y el hocico. No había sitio posible por donde poder pasar con esos pitones al aire y no me pidan explicar el cómo, pero como si la materia, el espacio se doblara, hubira una dimensión extra, resulta que el toro pasaba. Samuel tenía su cara a milímetros de esas más que respetables puntas que, aun no me explico cómo, consiguieron evitarle.
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Lo peor fue que la espada redujo el tremendo impacto que su valor dejó en la plaza. Y lo mucho peor aun es que algunos ignorantes le pitaron con la excusa de que el toro no aparentaba terror.
Se jugó la vida Samuel, ciego el que no lo haya visto, amargado el que no aplaudiera, indigno el que protestara. Le vi la cara llegando a su burladero después de recoger una ovación protestada. Me dio rabia. Pero si esto leyeras, Samuel, hazte un favor a ti mismo. No te rindas, como a mi me has puesto la piel, se la has puesto a muchos miles y eso es garantía de triunfos y de contratos. Espero que a la siguiente los brutos de palmas de tango se rindan a la evidencia de lo que hoy has demostrado. No te rindas.
Plaza Monumental de Las Ventas, 05 de junio de 2025
25ª de Feria.
Tres cuartos de entrada en tarde muy calurosa. Sin viento reseñable hasta el tercer toro donde empezó a soplar molesto.