El boom de compartir piscina: así puedes montarte una barbacoa en el centro de Madrid
Ya hay unas 1.000 piscinas disponibles en España y la capital se sitúa a la cabeza. El día cuesta 30 euros de media por persona y los anfitriones pueden llegar a obtener unos ingresos extra de 15.000 euros
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Víctor se pasó semanas para encontrar un lugar en el que celebrar los 30 años de un amigo: "Algo que sea distinto, cueste poco, esté cerca, quepan unas 25 o 30 personas y combata las horas de calor". Para los vecinos de ciudades costeras, la palabra playa surge rápidamente y sin perder mucho tiempo. Pero, ¿qué hay de los que no tienen esa suerte? Buceando por internet, Víctor se topó con que había cientos de personas dispuestas a alquilar durante unas horas ciertas zonas de su casa.
"Fue redondo", explica el joven a este medio. Con musiquita de fondo, una barbacoa de por medio y una gran piscina, Víctor celebró los treinta años de su amigo. No le tocó la lotería. Ni falta que le hacía: el día le salió por 30 euros. Él es solo un ejemplo de un fenómeno que comienza a asentarse y que cada año crece a pasos agigantados. En el conjunto de España, según los datos de la plataforma Cocopool, el número de piscinas en régimen de economía colaborativa pasó de 50 en 2022 a 375 en 2024.
La previsión de la compañía es que para este verano haya más de 1.000 y se alcancen las 4.000 reservas. Y, en cuanto a bañistas, ya hay más de 20.000 personas que se han dado un remojón en propiedad ajena. Los motivos de los huéspedes están claros: encontrar un lugar agradable donde celebrar prácticamente cualquier cosa a un precio no muy alto.
Por el jardín de Silvia de Santos, en Villaviciosa de Odón (Madrid), han pasado comuniones, bautizos, cumpleaños, baby showers (revelación del sexo de un bebé), barbacoas y hasta team buildings (actividades para mejorar la relación entre empleados). "Me gusta que haya celebraciones de cualquier tipo, con la única condición de que no se hagan fiestas", señala la anfitriona.
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Ella comenzó el año pasado con esta actividad, después de realizar un curso sobre ingresos pasivos en el que le recomendaron alquilar su casa para rodajes de cine o arrendar zonas concretas. "Es que, además, a mí esta casa me pareció un regalo cuando la compré y me encanta la idea de que más gente la pueda disfrutar", sostiene De Santos. En su caso, los huéspedes pueden disfrutar de piscina, tres zonas de jardín, un porche, un solarium y un salón interior desde 29 euros la hora para 5 personas o 130 euros si son entre 21 y 50 invitados.
En Madrid, los ingresos de los anfitriones están de media por encima de los 6.000 euros e incluso algunos han alcanzado los 15.000 euros. En cuanto a las reservas, la media suele ser de unos 400 euros, a repartir entre unas 13 personas para pasar unas seis horas. "La gente busca ingresos que no le cuesten ningún esfuerzo, pero estos arrendamientos también tienen un componente social", apunta Gerard Xalabardé, CEO de la plataforma.
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Xalabardé, por un lado, explica que es una forma de conocer a gente nueva. Y, por otro, que refuerza el sentimiento de orgullo sobre un bien personal. La plataforma también permite elegir el perfil del huésped que mejor se adapta a las condiciones de cada casa.
"Como en casa"
Tanto Silvia como Víctor coinciden en que lo más importante es que el huésped se sienta "como en casa". "Llega mucha gente que dice 'pensaba que sería una estafa' y es normal porque, hasta que no se paga, no se desbloquea la ubicación real por motivos de seguridad. Un trato cercano y transparente es clave", cuenta la anfitriona.
Este fenómeno, que llegó a España hace tres años y que ahora se consolida, ya estaba presente en países como Francia, donde en 2019 otras plataformas como Swimmy registraban más de 30.000 usuarios. Xalabardé explica que el éxito va mucho más allá de las redes: "El boca-oreja es realmente la clave. Muchos usuarios son amigos de amigos que lo han probado".
En la capital la mayoría de eventos son cumpleaños (83%), seguidos de los baby showers (8%) y los team buildings (5%). Los veranos cada vez más cálidos y la búsqueda de planes baratos convierten a esta actividad en un plan cada vez más frecuente en la región madrileña. Los datos lo avalan. En Cataluña, donde nació Cocopool, el número de piscinas se quedó en 150 el pasado verano, menos de la mitad que en Madrid.
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La economía colaborativa es una práctica totalmente extendida en la actualidad. "Tiene distintas motivaciones, que en este caso van desde una ventaja ambiental, porque te ayuda a no pasar calor, se hace un uso más eficiente de los recursos y, además, tiene un fuerte componente social", concreta Andrés Boix, profesor de Derecho en la Universidad de Valencia.
Pero aunque lleve en marcha un par de años, aún queda camino por recorrer. Boix señala que "se presenta una necesidad de legislar" estas prácticas porque pueden producirse accidentes sobre los que alguien tiene que responder. "A priori, en el modelo Airbnb y según sentencias del Tribunal Superior de la Unión Europea, debe responder el seguro de cada propietario, porque aquí la plataforma no pone condiciones de uso, solo conecta a dos personas", explica.
Víctor se pasó semanas para encontrar un lugar en el que celebrar los 30 años de un amigo: "Algo que sea distinto, cueste poco, esté cerca, quepan unas 25 o 30 personas y combata las horas de calor". Para los vecinos de ciudades costeras, la palabra playa surge rápidamente y sin perder mucho tiempo. Pero, ¿qué hay de los que no tienen esa suerte? Buceando por internet, Víctor se topó con que había cientos de personas dispuestas a alquilar durante unas horas ciertas zonas de su casa.