Los mejores caracoles de Madrid los sirve este hostelero de 96 años en su taberna de barrio: vende 300 kg a la semana

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A sus 96 años, Amadeo sigue poniéndose el delantal cada día para cocinar el plato que le ha dado fama en todo Madrid: los caracoles. Su taberna se ha convertido en un templo de la cocina castiza en pleno corazón de la capital. Y es que, situada en la emblemática Plaza de Cascorro, esta casa de comidas lleva desde 1942 sirviendo recetas tradicionales con una fidelidad única a la buena materia prima y a los sabores de siempre

Más de siete décadas después de su apertura, Casa Amadeo – Los Caracoles continúa siendo una parada obligada para los amantes del cuchareo madrileño. Y todo, gracias a un hombre que, lejos de jubilarse, sigue presidiendo la cocina como el primer día. Su plato estrella —los caracoles en salsa de ibéricos— es tan popular que vende cerca de 300 kilos a la semana, especialmente los domingos, cuando la clientela se multiplica tras pasear por los puestos del Rastro.

Los caracoles de Amadeo no son una receta más. Son un legado familiar y culinario que ha ido perfeccionando durante décadas. Su secreto está en una salsa espesa, elaborada con productos ibéricos de calidad y una mezcla de especias que nadie en la casa revela con exactitud.

A 13,50 euros la ración, no hay día que no se agoten. Muchos clientes habituales hacen cola antes de que abra la cocina y no es raro ver a turistas recomendados por guías gastronómicas, o a famosos que han caído rendidos ante este manjar tradicional.

Una carta que respira tradición

Aunque los caracoles son el plato estrella, la carta de Casa Amadeo es un homenaje completo a la cocina española más auténtica. Callos, oreja adobada, cangrejos de río, judías viudas o rabo de toro completan una propuesta tan sabrosa como difícil de encontrar hoy en día. Las raciones son generosas, los precios razonables y el ambiente muy acogedor.

El local conserva una estética vintage con toques castizos, repleta de fotos antiguas, carteles y recuerdos que narran su larga trayectoria. Cuenta con dos barras, tres salones y una terraza desde la que se respira todo el bullicio de la Plaza de Cascorro, epicentro del Madrid más popular. Todo aquel qye se sienta en sus mesas no solo busca buena comida, también quiere revivir una parte de la historia de la ciudad.

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El Confidencial

Casa Amadeo abre todos los días de 10:00 a 01:00, pero si uno quiere probar sus caracoles en todo su esplendor, lo mejor es acercarse un domingo por la mañana. Eso sí, paciencia con la cola: los 300 kilos semanales no se sirven solos y hay quien espera encantado solo por mojar pan en esa salsa que ya es leyenda madrileña.