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El Imperio contraataca: esta exposición ha devuelto a España una victoria olvidada de 1625
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reconstrucción rigurosa y sorprendente

El Imperio contraataca: esta exposición ha devuelto a España una victoria olvidada de 1625

El Museo Naval de Madrid rescata, a través de un cuadro inédito, el relato épico de la mayor operación militar hispano-portuguesa del siglo XVII y reivindica la figura de Don Fadrique Álvarez de Toledo, héroe silenciado

Foto: Fotografía del cuadro 'Sitio y empresa de la ciudad de Salvador de la Bahía'. (Cedida)
Fotografía del cuadro 'Sitio y empresa de la ciudad de Salvador de la Bahía'. (Cedida)

En 1986, Los Nikis cantaban con tono irónico y pegadizo aquello de "seremos de nuevo un Imperio" como si fuera un eslogan imposible. Sin embargo, cuatro siglos antes, en abril de 1625, el Imperio español luchaba por recuperar el pulso gracias a la legendaria reconquista del puerto brasileño de Salvador de Bahía. Un año antes, una flota holandesa había tomado la ciudad por sorpresa, en un movimiento que puso en jaque la reputación internacional de la Monarquía Hispánica, que ya mostraba signos de agotamiento.

La respuesta fue rotunda e inmediata. Más de 12.500 hombres y 52 navíos hispano-portugueses cruzaron el Atlántico en una de las mayores operaciones militares del siglo XVII. Al mando, un aristócrata castellano de vieja estirpe y probada experiencia naval: Don Fadrique Álvarez de Toledo Osorio. Ese momento —cumbre militar, símbolo político y punto de inflexión personal— es el eje de una de las exposiciones más disfrutables del calendario cultural madrileño: Annus Mirabilis. Salvador de Bahía, 1625: El crédito de España, abierta hasta finales de julio en el Museo Naval de Madrid.

Lo que podría haber sido una conmemoración académica más, se convierte aquí en una reconstrucción rigurosa y sorprendente del engranaje imperial. Bajo el comisariado de David García Hernán —historiador e investigador principal del proyecto AMERMAD II—, Berta Gasca e Inés Abril, la exposición ofrece una mirada crítica y documentada sobre las tensiones internas del poder, los dispositivos de legitimación y las estrategias de la memoria.

placeholder El cuadro Batalla de las Dunas (1639, Anónimo) recrea un combate naval entre españoles y holandeses. (Museo Naval)
El cuadro Batalla de las Dunas (1639, Anónimo) recrea un combate naval entre españoles y holandeses. (Museo Naval)

Como afirma García Hernán, "esta exposición es histórica por dos motivos: primero, por el propio hecho representado —la mayor armada de guerra hasta ese momento cruzaba el Atlántico para enfrentarse a una de las grandes potencias del planeta— y segundo, porque es la primera vez que se expone públicamente este lienzo, hasta ahora desaparecido".

Un lienzo olvidado

La historia comienza con un hallazgo inesperado. Mientras dirigía una tesis doctoral sobre Don Fadrique, García Hernán recibió un mensaje del actual marqués de Valdueza, descendiente directo del protagonista, con una imagen de un cuadro que conservaba en su casa y que, según el whatsapp, "podía servir para algo". La sorpresa fue inmediata. "Estábamos ante un hallazgo cultural de primerísimo orden", recuerda García Hernán, que, tras examinar la obra, impulsó la creación de un equipo de investigación interdisciplinar, con apoyo de la Comunidad de Madrid.

El cuadro —un óleo sobre lienzo de enormes dimensiones— fue sometido a estudios técnicos, radiografía y luz ultravioleta, para confirmar su autenticidad como obra original del siglo XVII. Su título completo: Sitio y empresa de la ciudad del Salvador en la Bahía de Todos los Santos por D. Fadrique de Toledo Osorio. Y su contenido, una representación que combinaba visión urbana, despliegue naval y estrategia militar, eran un disfrute para los ojos.

Foto: Representación de la reconquista de Salvador de Bahía por las tropas hispano-portuguesas (Wikimedia)

"La pieza es un verdadero libro de historia abierto, con una representación detalladísima de la ciudad en perspectiva oblicua, y de las operaciones navales y terrestres que culminaron con la capitulación en apenas un mes", explica García Hernán. Más allá del registro bélico, la obra parece tener un propósito conmemorativo: todo indica que fue encargada por su viuda, Elvira Ponce de León, como parte de un proceso de rehabilitación de su memoria familiar y política.

Cuando ganar no era suficiente

El año 1625 fue, en efecto, milagroso. En apenas doce meses, los ejércitos de Felipe IV lograron contener ataques en Cádiz, sostener Génova, echar abajo Breda, defender San Juan de Puerto Rico y recuperar Salvador de Bahía. Sin embargo, como muestra esta exposición, la victoria no garantizaba reconocimiento. Don Fadrique, pese a su éxito militar, fue desplazado de la corte, víctima de las tensiones entre la vieja aristocracia y la política centralizadora del conde-duque de Olivares.

"La obra sobre la que gravita toda la exposición se alza así como un objeto en disputa. Frente a la versión oficial del episodio —la que pintó Juan Bautista Maíno por encargo real para el Salón de Reinos—, este cuadro da una visión paralela, y en muchos sentidos, más humana", apunta García Hernán de una historia contada desde los márgenes del poder, aunque protagonizada por uno de sus más altos oficiales.

placeholder Toma de San Salvador de Bahía por la Flota holandesa en 1624. (Museo Naval)
Toma de San Salvador de Bahía por la Flota holandesa en 1624. (Museo Naval)

Una historia en varias capas

La muestra, además, amplía el foco y contextualiza el episodio dentro del conflicto global de la época: la Guerra de los Ochenta Años, la pugna comercial con las Provincias Unidas, el papel de la Unión Ibérica (1580–1640) y la creciente presión internacional sobre el control del Atlántico. Como recuerda el propio García Hernán, "la recuperación de Salvador de Bahía fue una respuesta estratégica inmediata al desafío holandés en el Atlántico, ejecutada por una armada hispano-portuguesa que movilizó más de 12.500 hombres y 1.185 piezas de artillería pesada".

El recorrido se completa con una cuidada selección de piezas originales procedentes del Museo del Prado, del Ejército, de la Biblioteca Nacional y de archivos como el de Simancas. Grabados, armas, libros, retratos y mapas que permiten construir una narrativa densa, rigurosa y visualmente poderosa. "El proyecto no se limita al análisis del cuadro", subraya García Hernán. "Ha implicado la recuperación y exhibición de documentos originales y objetos provenientes de colecciones tanto públicas como privadas", añade.

La relectura política

En tiempos de revisión crítica de las narrativas imperiales, Annus Mirabilis se alza como un artefacto que no glorifica ni juzga, pero que sí ofrece algunas claves. ¿Cómo se construye el prestigio de una monarquía? ¿Qué papel juega el arte en la creación de relatos oficiales? ¿Qué ocurre cuando un héroe ya no encaja en la versión dominante de la historia?

Foto: Fotografía del hispanista británico Henry Kamen. (EFE)

La exposición culmina con el anuncio de un documental, Sueña sobre el lienzo, que se estrenará en cines en verano. Dirigido por el mismo equipo de investigación, la película recorre el proceso de recuperación del cuadro y la historia de su silenciamiento. De esta forma, el proyecto es presentado como una invitación a mirar el pasado —repleto de archivos, cuadros y documentos— con una perspectiva mucho más rica y compleja. Otra manera de revisar y poner en valor nuestro legado.

En 1986, Los Nikis cantaban con tono irónico y pegadizo aquello de "seremos de nuevo un Imperio" como si fuera un eslogan imposible. Sin embargo, cuatro siglos antes, en abril de 1625, el Imperio español luchaba por recuperar el pulso gracias a la legendaria reconquista del puerto brasileño de Salvador de Bahía. Un año antes, una flota holandesa había tomado la ciudad por sorpresa, en un movimiento que puso en jaque la reputación internacional de la Monarquía Hispánica, que ya mostraba signos de agotamiento.

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