Toros de la Feria de San Isidro | Examen sorpresa
Buena lidia de Juan José Dominguez y meritoria tarde de banderilleros en general
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Plaza Monumental de Las Ventas, 9 de mayo de 2025. 1ª de la Feria de San Isidro. Lleno de no hay billetes -primero de muchos, se espera- en el arranque de la feria de San Isidro. Tarde primaveral, fresca y agradable con alguna pequeña racha de viento que no perjudicó demasiado a los toreros. Buen ambiente en los prolegómenos, bares atestados y abonados saludándose al cabo de un año. Expectativa de buen ciclo y ganas de ver toreo. Inmejorable inicio de feria.
Cuatro toros de Victoriano del Río y dos, 5º y 6º, de Cortés. Dos hierros de la misma familia ganadera. De entre 560 y 640 kilos. Casi todos cinqueños y algunos cercano incluso a los seis. Muy bien presentados. Voluminosos, cuajados, altos, serios por delante y por detrás, astifinos y de cara rizada. Mucho trapío de salida, han puesto el listón de la feria verdaderamente alto. El primero veleto, impresionante de planta, de nombre Forajido hizo honores al bautizo y desarrolló peligro. El segundo corniabierto, mejor hecho, acusó falta de fuerza tapando su posible buena condición. Tercero con buenas hechuras también, mejor peso, mejor embestida. Pura lógica. Humilló algo más pero también rebrincado, se acabó pronto. Cuarto, bien hecho, desarrolló la misma condición en los capotes, pero cambió con la suavidad de la muleta de Talavante, embistió por abajo y largo, ajustándose a la velocidad marcada por el toreo, consiguiendo momentos de acople verdaderamente relevantes. Muy aplaudido en el arrastre. El quinto probablemente el peor de la corrida no dio ninguna opción de triunfo. Sexto, corniveleto y aún siendo algo más estrecho aparentaba ser otro tío que configuró el lote más descompensado de la corrida.
Alejandro Talavante, barquillo y oro, silencio y dos orejas con algún pito discrepante. Salió por la puerta grande.
Juan Ortega, de berenjena y oro, aplausos tras aviso y silencio con algunos pitos tras aviso.
Clemente que confirmaba alternativa -toreó primero y sexto-, de tabaco y oro, ovación tras aviso y silencio con algunas palmas.
💥𝗧𝗔𝗟𝗔𝗩𝗔𝗡𝗧𝗘 y ‘Misterio’ de 𝑽𝒊𝒄𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂𝒏𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝑹𝒊́𝒐. 2️⃣ orejas y 6ª Puerta Grande de #LasVentas para el extremeño.#SanIsidro2025 pic.twitter.com/ULI2VWYuTC
— Plaza de Las Ventas (@LasVentas) May 9, 2025
Primer día de colegio. Y primer examen. No recuerdo ningún curso de mi lejana EGB llegando en septiembre a clase y pidiéndote que demuestres disposición y conocimientos según entrabas al aula. Imagino mi propia cara de susto, y de doce años, escuchando al profesor según me siento en el pupitre: - "Saquen papel y boli. Contesten a lo que se les pide." No me imagino siendo capaz de superar tan inesperado trance. Lo recuerdo más amable. Cambiar el lúdico verano, por un otoño de repente evaluante, hubiera sido cruel, inapropiado y estresante. A golpe de primer timbre, nota en lugar de playa, evaluación en lugar de juegos. Demasiado exigente y brusco, ningún plan serio de estudios, ni siquiera en los asalvajados ochenta, facilitaría tal prueba según entras al colegio. Más a mitad de curso surgía el examen sorpresa, pero nunca el primer día. Todos esperabamos empezar con ritmo de adaptación, propuestas de transición que nos dejaran ir acostumbrando al nivel de las cosas serias, al trabajo formal y regulado lejos del solaz verano que aún corría en nuestras venas.
No ha sido el caso de hoy. Primer día de colegio, de tendido en vez de aula, de granito y no pupitre, y las preguntas, en forma de seis morlacos sorpresa, sonaban a examen final, a repesca insuperable que no te podías esperar. Salieron los de Victoriano preguntando el primer día, quienes van a aprobar al final de los trimestres. Quien pasará de curso, quien repetirá y quien no vuelve. Vinieron tan preparados, tan dispuestos y valientes que los evaluados hoy han sacado grandes notas destacando sobre todos el que más cursos atesora.
El primer test o torazo, que confirmaba a Clemente, te ponía los pitones a la altura de tu cuello y parecía preguntarte la lista de los reyes godos. Declamó el francés a todos. Y en uno que cambió el orden, Forajido enojado, prendió de muslo al confirmante y lo volteó con la saña de aquel profesor de antaño que basaba su enseñanza en lo de que con sangre entra. A punto estuvo de lograrlo. Por suerte, y por milagro, tras minutos de tener que mirar para otro sitio que aún no estoy acostumbrado, se repuso y se puso, no sé cómo, Clemente a disposición de nuevas y exigentes preguntas del morlaco. Que qué haces si me paro, que cómo pierdes pasos si recorto, que dónde pones la muleta una vez que ya te he visto. Un examen delirante para quien se estrena en Las Ventas. Clemente demostró coraje, ganas y cierta técnica. Y un valor inconmensurable en esta apertura de feria.
6️⃣ | Silencio tras aviso para 𝗖𝗟𝗘𝗠𝗘𝗡𝗧𝗘. Silencio para el del hierro de 𝑻𝒐𝒓𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑪𝒐𝒓𝒕𝒆́𝒔.#LasVentas #SanIsidro2025 pic.twitter.com/CFJCfBnSJ0
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Juan Ortega, más de letras que de ciencias, más de historia del arte que de empresa, dejó la impronta de aprobar con buena nota preguntas que no necesita contestar en otras plazas más comprensivas con su valía y prestigio. Toros a contra estilo, preguntas que no suelen entrar en su temario. Aun así, notable con el capote y cerca del sobresaliente en las primeras tandas del tercero que lanzaba al tiempo y al aire igual pitones que preguntas muy molestas. Con el quinto el aprobado quedaba fuera del alcance del grueso de los examinados. Imposible, intoreable, incontestable. Ni muleta ni chuleta te sacaba de ese trance. La espada, la firma al pie, quedó algo desdibujada. Total, ya no tenía un por qué, logrado el aprobado e imposible el up grade.
Talavante conoce mejor que nadie los exámenes de las Ventas. Se le nota en cada lance. Hoy demostró paciencia en su primero tras un inicio dudoso de toro, maestro y público. Respuestas con vaguedades a cuestiones intrascendentes que el toro, con sus andares, con sus cabeceos recurrentes, planteaba con la desgana de los que no atesoran clase. Pero el cuarto fue otra cosa.
Las primeras embestidas de ese toro en el capote replicaron la indolencia de casi todos sus hermanos. Pero el toreo es un misterio. Igual que lo ha sido este toro. "Misterio", era su nombre, con cinco años y seis meses se ha convertido en otro con el primer muletazo de este templado Talavante. Parsimonia, cadencia y acaricia. Eso que no se estudia, sacan al paciente pacense una vez más por la puerta grande. Y es la sexta. Una delicia de ritmo, un compás tan remarcado al lento paso del toro que cuando consigues el acople, el cum laudem en esta plaza está casi siempre garantizado.
Largos y profundos los derechazos y lentos y hacia atrás los naturales quedaron rematados, adornados, abrochados en un sinfín de trincherillas, recortes y preciosos ayudados. La estocada de su vida permitió ese milagro de media docena de veces a hombros en esta plaza.
Un primer día de clase con un examen sorpresa. A la altura de muy pocos arranques de los que recuerdo. Veremos cuando el curso avance, pero hemos pasado el primero. Con nota y con gran toreo.
Plaza Monumental de Las Ventas, 9 de mayo de 2025. 1ª de la Feria de San Isidro. Lleno de no hay billetes -primero de muchos, se espera- en el arranque de la feria de San Isidro. Tarde primaveral, fresca y agradable con alguna pequeña racha de viento que no perjudicó demasiado a los toreros. Buen ambiente en los prolegómenos, bares atestados y abonados saludándose al cabo de un año. Expectativa de buen ciclo y ganas de ver toreo. Inmejorable inicio de feria.