Los 'tuk tuk': la 'especie invasora' que habita en Madrid para tormento de sus vecinos

Sábado. Mes de abril. El sol brilla en Madrid después de semanas de lluvia y sus calles están repletas de viandantes. La postal es casi idílica, salvo por unos curiosos protagonistas. Una fila de casi una decena de ‘tuk tuk’ estropean la foto del Palacio Real que una persona intenta inmortalizar. Aunque su uso está más extendido en las regiones de Asia, normalmente como servicio de transporte de viajeros o para repartir mercancías, este vehículo de tres ruedas motorizado se ha convertido en un habitante más de las grandes ciudades españolas como Sevilla, Barcelona, Palma o la propia capital y cada vez es más común verles por sus localizaciones más emblemáticas.

En España, su actividad está intrínsecamente relacionada con el turismo y en pocos años se han convertido en una alternativa más para conocer las ciudades “de manera cómoda y divertida”, a través de una experiencia “sostenible y llena de encanto”. En función de la empresa escogida, así será la opción que se disfrute, pero en general todas comparten la misma esencia: un paseo en ‘tuk tuk’ con explicación. Los precios varían en función de la localización, duración -que puede ir desde los 60 hasta los 240 minutos-, tipo de trayecto y número de personas, yendo desde los 79 hasta los 360 euros.

“La mejor forma de descubrir Madrid”, reza una de las tantas páginas webs que ofrecen este tipo de ‘tours’, una opinión con la que los vecinos de la zona Centro discrepan. “Si solo hubiera uno…”, expresa Virginia, miembro de la Asociación de Vecinos Residentes de la Plaza Mayor de Madrid (VPMMAD), que sufre cada día lo que es cohabitar con este tipo de vehículos. “La situación es tal que, mira, estaba volviendo con mis hijas del colegio y por la Calle Cuchilleros había tres bajando la calle, y es miércoles”, relata en conversación con este periódico. Esta madrileña ha visto como su barrio se ha convertido en “un parque de atracciones para el turista” y ha acabado perdiendo su identidad residencial. Los ‘tuk tuk’ para ella al final no son más que otro de los tantos negocios que están cometiendo “un abuso de la superficie y de la vía pública”.

Además de en las zonas aledañas al Palacio Real, también es común verlos estacionados en las inmediaciones del Mercado de San Miguel, casi siempre “sobre las líneas amarillas” que prohíben aparcar. El problema ya no es su presencia, sino “la proliferación y abundancia” dado que en los últimos tiempos las flotas de las empresas que ofrecen estos servicios han aumentado de forma considerable. “En lugar de cuidar a las personas, están primando la mercantilización”, denuncia Virginia, que teme que esta situación “les acabe expulsando de sus propias casas”. “Yo tengo dos hijas en edad escolar y no hay sitios para que puedan jugar en su propio barrio”, continúa. “Hoy es esto y mañana será otra cosa”, insiste. Ella es consciente de que tienen que existir “reclamos” para los turistas, pero siente que la ciudad “no tiene más margen”. “Han generado un desequilibrio, los vecinos están asfixiados”, explica y lamenta que residir en el centro de Madrid tenga que significar tener “una mala calidad de vida”.

“Diría que todo empezó en el año 2018, entonces no podíamos imaginar que fuera a cuajar, al final aquello era un triciclo con cuatro plásticos para llevar turistas, lo veíamos incluso inseguro, pero claro, esto ha ido a más, se han modernizado y son más grandes”, relata Teresa, de la Asociación de Vecinos Ópera-Austrias. “La situación ha reventado, de repente empezamos a ver entre 8 y 9 ‘tuk tuk’ aparcados en la Calle Vergara, la que da al Teatro Real, pillando incluso la acera”, cuenta. En aquel momento, denunciaron y consiguieron que se pintase una línea amarilla, pero estos vehículos no han desistido. “Es más, están también en el parking público, tienen una caseta publicitaria y ahí unos 500 vecinos tienen plaza. Los sufren también cuando quieren salir o entrar, porque generan unos atascos...”, explica a El Confidencial.

Los numerosos problemas de circulación, congestión y obstaculización del tráfico a consecuencia de su presencia en las vías públicas y las paradas que han improvisado para poder recoger a los turistas ha incrementado no solo las quejas de los vecinos, sino también de los comerciantes de la zona, taxistas e incluso de los guías turísticos, que ven afectados directamente sus trabajos.

El Ayuntamiento de Madrid ha constatado que la señalización tanto vertical como horizontal implementada para poder disuadirlos de aparcar en las zonas prohibidas es “insuficiente” y, por ello, desde el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, a cargo de Borja Carabante, pusieron en marcha el pasado 31 de marzo una campaña de vigilancia intensiva con agentes de Movilidad para evitar el estacionamiento irregular en la zona Centro y Retiro.

En turnos de mañana y tarde han sido supervisadas las calles más problemáticas: Vergara y Bailén; Mercado de San Miguel y su entorno, Cava de San Miguel y calle Cuchilleros; calle Ruiz de Alarcón con Academia, así como los alrededores del parque de El Retiro, próximos a la Puerta de Alcalá. Esta acción se desarrolló durante una semana y terminó el pasado 6 de abril. Carabante, no obstante, aseguró que el control “se mantendrá durante todo el año”. Según informó el Gobierno municipal, en Madrid actualmente operan, al menos, seis empresas con ‘tuk tuk’. El Cuerpo de Agentes de Movilidad denunció a 901 vehículos de estas características durante el año 2024. Las sanciones oscilan desde los 90 hasta los 200 euros.

“Estuvieron multando, sí. Pero una vez terminada la campaña, los ‘tuk tuk’ han vuelto”, confirma Teresa, que se mueve por las mencionadas zonas de forma diaria. “¿Y ahora qué? ¿Vamos a normalizarlo? ¿Vamos a legalizarlo?”, se pregunta esta vecina que no entiende cómo se siguen dando de alta estos vehículos mientras “la inseguridad” crece. “La Corporación municipal tiene todos los datos y tienen que pensar qué hacer”, remarca, pidiendo únicamente “que se hagan las cosas acorde a la legislación, teniendo en cuenta que son zonas residenciales”. Por el momento, el Ayuntamiento sigue trabajando en una normativa específica para poder regular la actividad de estos vehículos.

Este fenómeno se replica en otras grandes ciudades españolas y también extranjeras. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona explican que en su caso “la normativa sobre transporte de pasajeros prohíbe que los ‘tuk tuk’ realicen actividades similares a las de un taxi, como estacionarse en la vía pública para recoger pasajeros”. No obstante, “sí está permitida la circulación y actividad, siempre que contraten sus servicios desde un establecimiento o recinto cerrado”. “Estos vehículos no pueden, bajo ninguna circunstancia, captar clientes directamente en la vía pública y deben cumplir con la normativa de circulación urbana”, exponen. En Palma, el pasado 1 de abril, su alcalde, Jaime Martínez, prometió "máxima firmeza" contra ellos y aseguró que no se otorgarán licencias para estas actividades. Y en la vecina Portugal, el Ayuntamiento de Lisboa ha emitido una normativa que le prohíbe circular por más de 300 calles.