Es noticia
Templo de Debod: la joya faraónica de Madrid que guarda un sorprendente secreto entre sus piedras
  1. España
  2. Madrid
NO ES TAN EGIPCIO COMO PARECE

Templo de Debod: la joya faraónica de Madrid que guarda un sorprendente secreto entre sus piedras

El Templo de Debod, joya milenaria en pleno centro de Madrid, esconde una historia fascinante que conecta Egipto con la capital. Tras su viaje desde Nubia, guarda secretos que pocos imaginan

Foto: Atardecer en el templo de Debod, uno de los miradores de moda de Madrid. (Adobe Stock)
Atardecer en el templo de Debod, uno de los miradores de moda de Madrid. (Adobe Stock)

Pocos imaginan que uno de los monumentos más antiguos de Madrid tenga raíces tan profundas en la historia faraónica de Egipto. El Templo de Debod, construido hace más de 2.200 años en la región de Nubia, fue erigido por el rey Adijalamani de Meroe en honor a los dioses Amón e Isis. A lo largo de los siglos, fue ampliado por diversos gobernantes, incluidos los emperadores romanos, hasta que fue abandonado en el siglo VII. Su historia, sin embargo, dio un giro inesperado en el siglo XX.

En los años 60, la construcción de la presa de Asuán amenazó con inundar los templos de Nubia. La Unesco lanzó un llamamiento internacional para salvarlos, y España colaboró activamente en las labores de rescate del templo de Abu Simbel. Como muestra de agradecimiento, Egipto donó en 1968 el templo a nuestro país. El 18 de junio de 1970, las piedras del santuario desembarcaron en Madrid, tras un largo viaje desde la isla de Elefantina, primero por el Nilo, después por mar hasta Valencia, y finalmente por carretera.

El lugar elegido para su instalación fue el Parque del Oeste. Su reconstrucción no fue fácil: se recibieron 1.724 bloques, muchos dañados o incompletos, y los arqueólogos, bajo la dirección de Martín Almagro, tuvieron que rehacer buena parte del templo. No solo se mantuvo su orientación original, de este a oeste, sino que además se siguió una técnica llamada anastilosis para encajar los elementos originales y sustituir los faltantes con otros nuevos, muy similares a los originales... pero con denominación de origen española.

Un secreto bien guardado: 900 bloques salmantinos

Aunque muchos visitantes se maravillan ante la silueta egipcia del templo al atardecer, pocos conocen que casi la mitad de sus sillares no llegaron de Egipto. En total, 910 bloques —el 40% del templo actual— fueron tallados en piedra arenisca de Villamayor, una localidad salmantina famosa por su piedra dorada, presente también en la Catedral de Salamanca, la Universidad o la Casa de las Conchas.

Los expertos optaron por este material por sus propiedades físicas y su color ligeramente más claro, que permite distinguir las partes originales de las reconstruidas. Fue así como la cantera de Villamayor se convirtió en protagonista inesperado del renacimiento del santuario: de sus entrañas salieron bloques destinados a rehacer muros enteros, capiteles florales y hasta el imponente dintel de la fachada este.

La piedra se usó especialmente en las fachadas norte, sur y oriental, donde muchas piezas egipcias estaban irrecuperables. Su uso no fue aleatorio: los técnicos querían preservar la legibilidad del edificio, y al mismo tiempo, garantizar su conservación con un material que resistiera el clima madrileño. A día de hoy, Salamanca sigue siendo candidata preferente si futuras restauraciones requieren nuevas piezas, ahora que se ha abierto el debate de si el templo debe cubrirse para protegerlo

Curiosidades que no todos conocen

El Templo de Debod no solo es un rincón ideal para disfrutar de uno de los mejores atardeceres de Madrid, también encierra algunas curiosidades que lo hacen aún más especial. Está construido sobre el mismo terreno donde se ubicó el Cuartel de la Montaña, escenario clave del alzamiento del 2 de mayo de 1808 y más tarde, en la Guerra Civil, lugar de intensos combates. Desde allí, se pueden ver las copas verdes de la Casa de Campo y, en días claros, incluso la Sierra de Guadarrama.

Otro detalle que pocos conocen es que, a diferencia de otros templos rescatados por la Unesco —como el de Dendur, ahora en el MET de Nueva York— el de Debod está al aire libre y es completamente gratuito. Puede visitarse de martes a domingo de 10 a 20 horas y en su interior se puede aprender sobre mitología egipcia, jeroglíficos o el papel del templo en los ritos religiosos del antiguo Egipto.

El templo fue donado a España por el gobierno egipcio para evitar que quedara inundado tras la construcción de la gran presa de Asuán

Y si uno observa con atención, hay quien dice que al caer la noche se puede ver la silueta de un gato vigilando entre las sombras. La leyenda urbana lo identifica con el espíritu del rey Adijalamani, que, como buen anfitrión, aún vela por su templo, aunque este descanse ahora en el corazón de Madrid.

Pocos imaginan que uno de los monumentos más antiguos de Madrid tenga raíces tan profundas en la historia faraónica de Egipto. El Templo de Debod, construido hace más de 2.200 años en la región de Nubia, fue erigido por el rey Adijalamani de Meroe en honor a los dioses Amón e Isis. A lo largo de los siglos, fue ampliado por diversos gobernantes, incluidos los emperadores romanos, hasta que fue abandonado en el siglo VII. Su historia, sin embargo, dio un giro inesperado en el siglo XX.

Madrid Qué hacer en Madrid Turismo
El redactor recomienda