Los hermanos Churriguera levantaron este palacio escondido en Alcalá en el que vivió Jean Laurent

Si uno pasea por la calle Santiago de Alcalá de Henares, quizá no se percate del edificio que ocupa el número 29. Tras un portalón de madera se esconde un palacio, actualmente en posesión de las Escolapias, quienes crearon ahí un colegio hace más de un siglo. En cambio, su interior sigue casi intacto con su escalera y cúpula monumentales desde su construcción en 1725. Las indagaciones del historiador Vicente Fernández han concluido con el hallazgo de los arquitectos artífices del enclave: los conocidos hermanos José Benito y Alberto de Churriguera.

Ubicado en la frontera histórica del barrio judío con el barrio morisco de la ciudad complutense, no fue hasta después de la llegada en 1717 de Jacinto de Aranaz y Narbarte, miembro de la pequeña nobleza navarra nacido en 1691, que el solar recobró su vida. Su ligazón con Alcalá comenzó entonces, cuando se convirtió en el delegado de Hacienda para recaudar el dinero en la zona del Henares con el que se financiaría la construcción del cuartel de Conde Duque a las órdenes de Felipe V. “Debía tener mucho don de gentes, porque tres años después consiguió otro cargo muy importante, el de mayordomo en el Arzobispado de Toledo”, explica Fernández.

En enero de 1725 terminó de comprar las tres casas en cuyo solar y en poco tiempo ocuparían el futuro palacio. “Tenía mucha prisa por construirlo, porque en mayo se iba a casar. Posiblemente, por ese motivo la estructura es de madera”, apunta el historiador. Es ahí cuando entró en contacto con los aclamados arquitectos Churriguera, sobre todo con el hermano mayor, José Benito.

“Le debía conocer por haber sido el maestro de obras del cuartel de Conde Duque. De hecho, la portada de este palacio es similar a la del palacio de Nuevo Baztán, la ciudad industrial ideada por José Benito”, concreta Fernández. Su fallecimiento el 2 de marzo de 1725 hizo que fuera su hermano menor, Alberto, quien continuara con la empresa.

El churriguerismo de José benito y Alberto

En cambio, la impronta de José Benito ya había quedado fijada en el proyecto. El director de la Fundación Arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectura de Madrid, Miguel Lasso de la Vega, recuerda que se le llegó a considerar “el Miguel Ángel español” y describe al personaje como “complicado y contradictorio”. Este especialista apunta que José Benito trabajó sobre todo para la aristocracia erigiendo edificios como la actual Academia de Bellas Artes de San Fernando en la capital. “También fue el iniciador del estilo llamado churrigueresco, hacia la etapa final del barroco, donde todo es muy exuberante y arquitectura y escultura se entremezclan”, añade.

Lasso de la Vega incide en que Alberto se formó a las órdenes de José Benito, de ahí que terminara las obras iniciadas por él en el momento de su muerte. “Alberto tiene un barroquismo más depurado, no tan exuberante e imaginativo, aunque hay muchos elementos de su hermano mayor que perpetúa en sus obras, como el uso de molduras rectilíneas con curvas y contracurvas o los frontones abiertos”, ilustra este especialista. Todo ello, dice, se puede apreciar en una de sus mayores obras, la Plaza Mayor de Salamanca.

Por su parte, Fernández señala que sería un error considerar el palacio de Jacinto de Aranaz de Alcalá de Henares como una obra más de José Benito. “Si uno se fija bien, esta construcción tiene todas las características propias de Alberto, pero los historiadores del arte por sistema le han adjudicado al hermano mayor casi todas las obras por ser el más conocido”, defiende.

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Para llegar a esa conclusión, además de haber visitado ocho archivos de diferentes puntos de España, el historiador alcalaíno fue comparando las particularidades de esta edificación con aquellas que ciertamente se conocen de los tres hermanos Churriguera. “Localicé incisiones que solo Alberto había realizado en sus construcciones y vi que también estaban presentes volutas, roeles y espirales, y figuras geométricas, típicas de su estilo”, comenta. De hecho, Fernández sostiene que los hermanos Churriguera, José Benito y Alberto, también trabajaron en el antiguo Colegio de San Basilio Magno de la Universidad de Alcalá, ahora Aula de Música y Escuela de Artes de la misma Universidad. “Incluso hay indicios razonables de que también intervinieron en la construcción del Colegio de Caracciolos, ahora Facultad de Filología”, añade.

La casa del mítico fotógrafo Jean Laurent

Todas estas averiguaciones por parte de Fernández las ha plasmado en un libro de casi 300 páginas titulado El Colegio Calasanz-Escolapias de Alcalá de Henares. Palacio de Jacinto de Aranaz y de Jean Laurent, última obra conjunta de José y Alberto de Churriguera (1725-2025). En la monografía, aborda primero la situación del barrio morisco en la ciudad y cómo tras su expulsión en 1610 se desmanteló y transformó a edificio toda la zona. En cambio, uno de los capítulos más interesantes que escribe este historiador versa sobre los 23 propietarios que a lo largo de estos tres siglos de existencia han ocupado el enclave. Entre ellos, destaca el fotógrafo Jean Laurent, retratista oficial de Isabel II, quien ocupó el palacio durante 18 años hasta 1882.

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No fue la única persona de renombre que se aposentó en este palacio. Otros personajes con prestigio que escogieron el número 29 de la calle Santiago de Alcalá para establecerse fueron el Marqués de Murillo el Cuende y el dramaturgo y político Narciso de la Escosura. La historia de este último es curiosa. Así lo relata Fernández: “Se casó en primeras nupcias con Teresa Mancha, antigua amante del célebre poeta romántico José de Espronceda, con la que esta tuvo una hija, Blanca. Años después, Narciso se casó en terceras nupcias con Blanca. Es decir, estuvo casado con la madre y la hija, que fue con la que convivió durante su estancia en este palacio de Alcalá”.

Escenario teatral y musical

Desde 1904 el palacio solo ha tenido unas propietarias: las monjas Escolapias, quienes levantaron un colegio calasancio que ocupa toda la manzana hasta dar a la vía Complutense. En todo este tiempo, la considerada como parte antigua del centro de estudios apenas ha sufrido cambios. En la década de 1970 se cerró la puerta de entrada al palacio y se empezó a acceder al colegio por una más moderna. En cambio, su interior seguía intacto, incluida su escalera monumental y la cúpula.

Apenas hace unos años comenzó esta andadura de recuperación tanto física como histórica teórica del palacio. En un primer análisis del enclave, encontraron 27 grietas y fisuras. La rehabilitación llegó de la mano de aportaciones de 250 personas a nivel individual, del Ayuntamiento alcalaíno y de las propias Escolapias.

Por el momento, la escalera construida en 1725 y la buena acústica del espacio hacen que el lugar sea escenario de diversas representaciones teatrales y musicales mediante las que se financiarán los próximos trabajos de adecuación. “Nos queda por restaurar la portada de piedra, que sí es de José benito, y cuyas piedras están dañadas por la humedad”, indica Fernández. Entre sus anhelos, que el 1 de marzo de 2026 se pueda vislumbrar el palacio rehabilitado al completo, justo un día antes de que terminen los 300 años desde la muerte del aclamado arquitecto.