El restaurante con décadas de historia escondido en Madrid donde Ayuso se rinde ante un tinto único y aromático

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Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a poner el foco en un rincón gastronómico tradicional de la Comunidad de Madrid, donde la cocina de producto se une con una de sus grandes pasiones: el vino. Un restaurante, ubicado en Morata de Tajuña, ha captado la atención tras la visita de la presidenta, que compartió su experiencia en redes sociales. Su elección ha revalorizado aún más este restaurante familiar que guarda más de tres décadas de historia entre sus paredes.

Un mesón familiar con más de 35 años de historia

Mesón Licinia no es un restaurante cualquiera. Desde hace más de tres décadas, este establecimiento madrileño ha consolidado su reputación gracias a una propuesta culinaria basada en la cocina tradicional y el producto local. Al frente del negocio está José Ramón Casado, cuya evolución ha transformado el local en una referencia gastronómica sin perder sus raíces.

Entre sus platos más celebrados destacan las gachas de carabineros, las migas reformadas, las judías verdes en caldo de callos o las pencas con huevo, trufa y ajo negro. A ello se suma una carta variada de carnes, pescados y postres caseros como la panacota con aceite de oliva de la zona o el helado casero de azafrán, siempre elaborados con productos frescos de la huerta del valle del Tajuña.

Una elección personal con sabor a Madrid

La visita de Ayuso al restaurante durante la Semana Santa no pasó desapercibida. Acudió al municipio para presenciar la tradicional Pasión Viviente de Morata, una representación que se celebra desde 1987 y fue declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 2001. Tras el evento, decidió apoyar la gastronomía local y se dejó ver en Licinia, donde posó con el equipo del restaurante y dedicó unas palabras de agradecimiento en redes: «Se prueban algunos de los mejores aceites y vinos de la Comunidad de Madrid».

Durante la comida, la presidenta eligió un vino con denominación de origen Madrid que también lleva el sello del municipio: el Licinia Mirus. Se trata de un tinto elaborado con uva Tempranillo, con una compleja crianza que combina 10 meses en barrica usada, 20 en barrica nueva y un paso final por ánfora de barro. El resultado es un vino de gran cuerpo, con aromas a fruta negra madura y toques balsámicos.

Bodega Licinia: un referente enológico en la región

La elección no es casual. Ayuso es una gran amante de los vinos de esta bodega, fundada en 2005 por Víctor Algora y considerada por expertos como una de las más destacadas de Madrid. El proyecto, de carácter familiar, trabaja con viñedos ecológicos de 25 hectáreas situados en Morata de Tajuña, donde cultivan variedades como cabernet sauvignon, syrah, merlot y la ya mencionada tempranillo.

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Todos los procesos de vendimia se realizan a mano, en pequeñas cajas, para preservar la calidad de la uva. La filosofía de la bodega es clara: lograr vinos madrileños de alta expresión que puedan competir a nivel nacional e internacional, sin renunciar a la identidad de su entorno.

Más allá del plato: tradición, paisaje y sabor

Morata de Tajuña, además de ser hogar de esta reconocida bodega y del Mesón Licinia, ofrece al visitante un valioso patrimonio histórico y artístico. El Palacio del Marqués de Leganés, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Concepción o la propia Casa Consistorial forman parte del paisaje de este municipio que conserva huella romana, musulmana y cristiana.

El restaurante, fiel a esa identidad histórica, ha sabido combinar el respeto a la tradición con una actualización constante de su propuesta. Un equilibrio que ahora, gracias a la elección personal de una figura pública como Isabel Díaz Ayuso, cobra aún más protagonismo en el mapa gastronómico de Madrid.