Dónde ver narcisos en flor cerca de Madrid: jardines y rutas de montaña para disfrutar en primavera

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Los narcisos silvestres tiñen de amarillo los paisajes naturales más sorprendentes de la Comunidad de Madrid. Cada primavera, sus flores irrumpen en lugares inesperados, desde jardines históricos hasta dehesas y senderos de alta montaña. Para quien busque un plan distinto, contemplar estos brotes es una invitación a conectar con la estación más esperada del año.

Uno de los rincones donde esta flor despliega su elegancia con mayor protagonismo es el Real Jardín Botánico de Madrid. Dentro de sus cuidados parterres, los narcisos comparten protagonismo con tulipanes y otras bulbosas primaverales. La visita puede realizarse por libre o con guía, en un espacio pensado para aprender y fotografiar de cerca sus llamativas corolas atrompetadas.

Pero es más allá de la capital donde los paisajes se tornan especialmente espectaculares. Las dehesas de Los Molinos, en plena Sierra de Guadarrama, ofrecen rutas de senderismo en las que los narcisos crecen silvestres entre arroyos y formaciones graníticas. Este entorno, a apenas una hora de Madrid, permite descubrirlos en su estado más natural, salpicando el terreno de color bajo la sombra de los robles.

Dónde ver narcisos en la Sierra de Madrid

Al norte, en los parajes de La Hiruela y la Sierra del Rincón, se encuentran algunas de las especies más singulares de la región. Destacan la "jarrita" (Narcissus triandrus) y la solitaria Narcissus rupicola, ambas protegidas. Sus hábitats se extienden entre pinares, praderas de altura y claros junto al río Jarama, donde florecen a más de 900 metros de altitud y en áreas de difícil acceso que preservan su biodiversidad.

Para los más aventureros, recorrer las laderas de Montejo de la Sierra, Prádena del Rincón y Madarcos puede suponer el encuentro con especies poco comunes como Narcissus pseudonarcissus, incluida en el catálogo regional de flora amenazada. Aquí, la experiencia va más allá de lo visual: es también un recordatorio del valor de conservar estos enclaves donde la primavera se abre paso con fuerza.