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Mismo río, dos historias: el Guadarrama brillará en Collado, pero seguirá lleno de basura en Móstoles
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Mismo río, dos historias: el Guadarrama brillará en Collado, pero seguirá lleno de basura en Móstoles

En el municipio del norte de Madrid los vecinos cuentan los días para ver un fluvial muy distinto, con la flora y fauna autóctona. Sin embargo, en el sur los ecologistas sostienen que aún queda mucho para poder actuar íntegramente en la zona

Foto: El proyecto del Guadarrama en Collado contempla cambiar el hormigón que actualmente encauza el río por plantaciones que recuperen la fauna y flora autóctona (Ayuntamiento Collado Villalba)
El proyecto del Guadarrama en Collado contempla cambiar el hormigón que actualmente encauza el río por plantaciones que recuperen la fauna y flora autóctona (Ayuntamiento Collado Villalba)

El río Guadarrama, afluente del Tajo que nace en Cercedilla, discurre por unos 170 kilómetros que recorren la provincia de Madrid de norte a sur para desembocar en Toledo. Pasa por unos 18 municipios de la Comunidad de Madrid y otros 13 de Castilla-La Mancha, y en muchos de ellos actúa de frontera natural. Sin embargo, ni la imagen ni el cuidado del fluvial es el mismo en todas las localidades.

Probablemente, la peor imagen del Guadarrama esté en su paso por Móstoles, en su curso medio. En la ladera se puede encontrar casi cualquier cosa: basura acumulada, toallitas, productos de higiene íntima, electrodomésticos, escombros e incluso, tres asentamientos de viviendas ilegales. La basura en los márgenes ha provocado que el agua se contamine y aparezcan cada vez más ratas que ponen en peligro a la fauna y flora local. El estado actual choca con la etiqueta que recibe este tramo concreto: es uno de los tres parques regionales de la Comunidad de Madrid, y por la que teóricamente está protegido en su paso por Móstoles, Navalcarnero y Arroyomolinos. Sin embargo, los vecinos del municipio no pueden pasear por los espacios cercanos porque, inciden, "la zona es asquerosa".

La limpieza y el desalojo de los asentamientos es una reivindicación histórica de los ecologistas en Móstoles. Desde hace más de 20 años denuncian ante las administraciones el impacto ambiental causado por diferentes actores. Raúl Navarrete, portavoz de Ecologistas en Acción de la localidad sureña, señala como principal problema los asentamientos de viviendas ilegales que ocupan los márgenes. Actualmente, hay tres focos de poblados: el de Las Sabinas, el más problemático de los tres donde residen unas 20 familias que han recurrido los realojos propuestos por la Comunidad; el más antiguo, cerca del Puente de Hierro, y el más reciente en la Ribera de San Pedro, donde se mezclan casas ilegales con algunas legales, lo que dificulta aún más el proceso de desalojo.

placeholder Río Guadarrama en su paso por la Ribera de San Pedro, en Móstoles (Imagen cedida: Asociación de Vecinos Urbanización Ribera De San Pedro)
Río Guadarrama en su paso por la Ribera de San Pedro, en Móstoles (Imagen cedida: Asociación de Vecinos Urbanización Ribera De San Pedro)

“Hasta que no se realoje a la gente, no se puede hablar de renaturalización”, sentencia Navarrete. Además, el mostoleño también incide en que la organización -y la Policía Nacional- ha detectado hasta 18 vertederos de escombros ilegales en la zona. “Para ahorrarse el cánon del contenedor de residuos de construcción y demolición, hay muchas personas que descargan aquí toda clase de escombros. Incluso ahora la Policía con drones ha podido pillar a varios”. Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Móstoles (PP) apuntan a que las tareas de limpieza las tiene que desempeñar la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y el desalojo de los poblados, la Comunidad de Madrid.

Antes de Semana Santa, el Gobierno local mantuvo una reunión con la CHT para “recordarle que cumpla con sus competencias”. Sin embargo, desde el Consistorio señalan que “la respuesta de la Confederación no ha sido satisfactoria”. Una situación que lejos de resolver el problema en el río, encara a los verdes con el Consistorio: "Es postureo oportunista para atizar un organismo dependiente del enemigo político".

Una historia muy distinta en Collado

Frente a este escenario, 44 kilómetros al norte, en Collado Villalba, comienza la cuenta atrás para que los vecinos puedan disfrutar de un Guadarrama renaturalizado. Desde 2023, el Gobierno local trabaja en un proyecto abierto a participación pública para devolver el espacio verde al fluvial -y también al Arroyo de Poveda-. Hace un par de semanas, el Consistorio presentó el diseño final. Más de 40 vecinos y organizaciones locales se han reunido para elaborar el proyecto que dará un vuelco a la situación del río. "Es una de las brechas que separa Collado Villalba y ahora se va a convertir en un espacio para disfrutar en familia", subraya Mariola Vargas, la alcaldesa popular de la localidad.

El río transcurre a lo largo de todo el municipio y tiene un curso distinto según la zona. Las actuaciones se llevarán a cabo principalmente en el Parque de Romacalderas, donde está encauzado, en el Parque de las Bombas -zona de confluencia del río Guadarrama y el arroyo de la Poveda- y el Coto de las Suertes. La idea es recuperar el ecosistema y sus dimensiones originales para que retorne la fauna y flora autóctona, y que el río sirva como defensa contra las inundaciones. Además, desde el Consistorio explican que la renatualización también servirá para que los ciudadanos puedan pasear por la bora del fluvial porque se incorporarán pasarelas en varios puntos del recorrido. Actualmente, los vecinos pasean por zonas cercanas, pero no por el mismo cauce y las organizaciones verdes lo describen como "río muerto". Por eso, consideran "muy positiva" la actuación, aunque sostienen que para una restauración total del río sería necesaria "la supresión de los muros que lo aprisionan".

placeholder Simulación de lo que será el Guadarrama con nuevos puentes y flora (Ayuntamiento Collado Villalba)
Simulación de lo que será el Guadarrama con nuevos puentes y flora (Ayuntamiento Collado Villalba)

La imagen que hoy tiene el río es consecuencia de distintas inundaciones. En la década de los ochenta, la Confederación encauzó el río como respuesta a los desbordamientos, con la construcción de un gran muro de hormigón y la modificación del trazado. El problema, según explican desde el Consistorio de Collado Villalba, es que se alteró todo el sistema fluvial natural. Con la renaturalización, se eliminará el muro de hormigón para devolver al río su lecho natural. Sobre los márgenes se dispondrán nuevas plantaciones para adecuar la ribera. Con el objetivo de evitar inundaciones, se construirá un parque fluvial urbano -es decir, zonas verdes en las áreas cercanas al río- que absorban el agua que se pueda desbordar con las crecidas. También se adecuarán caminos y se construirán pasarelas para conectar mejor los barrios del municipio ahora divididos por el Guadarrama.

El Gobierno local de Mariola Vargas espera poder comenzar con las obras pronto, pendientes de un último informe de la Confederación Hidrográfica del Tajo. La estimación del departamento de medio ambiente es que los trabajos técnicos se prolonguen 7 meses. Un proyecto en el que vecinos, ecologistas y consistorio coinciden. "Lo fundamental es que servirá para devolver a los vecinos aquello que les caracterizó toda la vida", subraya Vargas.

El río Guadarrama, afluente del Tajo que nace en Cercedilla, discurre por unos 170 kilómetros que recorren la provincia de Madrid de norte a sur para desembocar en Toledo. Pasa por unos 18 municipios de la Comunidad de Madrid y otros 13 de Castilla-La Mancha, y en muchos de ellos actúa de frontera natural. Sin embargo, ni la imagen ni el cuidado del fluvial es el mismo en todas las localidades.

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