Procesión del Cristo de Medinaceli en Madrid: sus guardianes, horario y recorrido de la más tradicional de la capital

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La procesión del Cristo de Medinaceli, la más esperada del Viernes Santo en Madrid, reunirá una vez más a miles de fieles y curiosos en torno a una imagen que ha sobrevivido al cautiverio, al exilio y a la guerra. Su paso por el centro histórico de la capital, flanqueado por nazarenos de túnica morada, marca el corazón espiritual de la Semana Santa madrileña.

La cita con el llamado "Señor de Madrid" comienza a las 19.00 horas desde la Basílica de Jesús de Medinaceli, en la plaza que lleva su nombre, en el Barrio de las Letras. Desde allí, la imagen recorrerá lugares emblemáticos como la Plaza de las Cortes, la Carrera de San Jerónimo o la Puerta del Sol, para culminar uno de sus momentos más emocionantes: el encuentro con la Virgen de la Soledad a las 21.45 horas, cuando la cantaora Lucía Beltrán entonará una saeta desde el balcón del Casino de Madrid.

La talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, traída a Madrid en 1682 tras ser rescatada del norte de África, ha sido venerada durante siglos por generaciones de madrileños y por la Familia Real. Su procesión del Viernes Santo, organizada por la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Jesús Nazareno, es una de las más seguidas del país y un referente religioso y cultural.

Costaleros, manolas y cofrades: el alma de la procesión

Tras el canto de la saeta, el recorrido continúa por la calle Sevilla y retorna a la basílica por la calle Duque de Medinaceli. El cortejo está compuesto por quienes mejor lo conocen: sus guardianes. Portadores, hermanos y fieles se preparan durante todo el año para este momento, procesionando en un silencio solemne. Aunque ese día también procesionan pasos como los Alabarderos, el Santo Entierro o el Divino Cautivo, es el Cristo de Medinaceli quien concentra el fervor más multitudinario.

Ellos no solo lo acompañan una vez al año: lo cuidan, lo veneran y trabajan en silencio durante meses para que todo esté preparado. Los llamados guardianes del Cristo de Medinaceli son cofrades, costaleros y voluntarios que, movidos por la fe o la tradición, dedican buena parte de su tiempo a mantener viva una devoción centenaria. Desde el montaje del paso hasta el reparto de cirios o la organización del besapiés, su labor discreta es esencial para que el Señor de Madrid recorra de nuevo las calles entre oraciones y promesas cumplidas.

Son aproximadamente 200 costaleros los encargados de portar los 3.600 kilos del paso, desde que en 2018 se dejara atrás la carroza con ruedas. Cada Viernes Santo sienten que el esfuerzo ha merecido la pena. Desde su fundación en 1710, la Archicofradía ha mantenido viva una devoción que se remonta a la llegada de la talla a Madrid en 1682. Rescatado en Marruecos por los Trinitarios, el Nazareno pronto se convirtió en símbolo de fe y consuelo para miles de madrileños.

Desde su camarín hasta las calles de la ciudad, la imagen de Jesús de Medinaceli vuelve a salir al encuentro de su pueblo, entre cirios encendidos y promesas por cumplir. Su escapulario trinitario, su túnica morada y su andar lento siguen recordando, cada año, que fue cautivo… pero nunca vencido.