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Medio centenar de colegios en Madrid 'absorberán' 1º y 2º de la ESO: "El instituto es como entrar en la jungla"
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QUIERE EXTENDER EL MODELO

Medio centenar de colegios en Madrid 'absorberán' 1º y 2º de la ESO: "El instituto es como entrar en la jungla"

La iniciativa contenta a padres y expertos, que ven a los chicos "demasiado pequeños" y esperan reducir las tasas de fracaso y abandono escolar. El objetivo de la Comunidad es seguir extendiendo el modelo en los próximos años

Foto: Primer día de clases en un colegio de la Comunidad de Madrid. (EP/Eduardo Parra)
Primer día de clases en un colegio de la Comunidad de Madrid. (EP/Eduardo Parra)

Suena el timbre en el CEIP Enrique Tierno Galván de Fuenlabrada. Son las doce y media, y un remix de música clásica acompaña a los alumnos hasta sus aulas, en fila india, casi en orden y casi en silencio. "Esto se lo dais al profe, ¿lo tenéis claro?", le dice la secretaria a un par de niñas que salen corriendo con un taco de hojas. "No sé si he hecho bien", murmura entre risas.

Entre el trasiego de mochilas, destaca el grupo de sexto, que saca varias cabezas a los más pequeños. Muchos de ellos llevan toda la vida estudiando entre las paredes de ladrillo de este colegio del suroeste madrileño. Cruzaron sus puertas por primera vez con apenas tres años y estos días, junto a sus progenitores, deciden si se quedan otro par más o es el momento de cambiar de aires. Se mueven entre el no querer perder amistades, algo de miedo a lo desconocido, y las ansias por crecer y tener más independencia.

El Tierno Galván será uno de los más de medio centenar de CEIP (Centro de Educación Infantil y Primaria) que el curso que viene se convertirán en CEIPSO, al incluir 1º y 2º de la ESO; y estos chicos serán quienes estrenen el modelo. "Algunos padres prefieren que se vayan porque tienen hermanos mayores, pero la mayoría los ve demasiado pequeños para un salto tan brusco", cuentan en el AMPA. Esta es una de las ventajas que destacan desde el equipo de dirección, junto con la posibilidad de continuar con su proyecto pedagógico. "Pasan a un espacio con muchas clases, muy llenas, profesores acostumbrados a otra madurez… Algunas familias han venido tiempo después lamentando una falta de cercanía", argumentan.

Hasta ahora, este tipo de escuelas se veían, principalmente, en zonas rurales, pero la Comunidad de Madrid pretende extenderlas "según lo pida la comunidad educativa", hasta convertir la excepción en la norma. Incluso aspiran a que sea ejemplo fuera de la región. "Es un debate que se tiene en España entera", decía, tras anunciar la iniciativa, el consejero de Educación, Emilio Viciana, que cree que puede ayudar a "reducir el abandono escolar, la violencia o los malos hábitos alimenticios", algo que desde la oposición ven demasiado ambicioso. De momento, el próximo septiembre se incorporarán 52 nuevos CEIPSO, pero desde la FAPA Giner de los Ríos advierten de que las solicitudes podrían superar ampliamente el centenar.

El anuncio madrileño reaviva la discusión sobre estos centros integrados, mayoritarios en la privada y que funcionan desde hace años en Andalucía, Galicia o Cataluña, con los llamados "institutos-escuela", que van hasta los 16 años. Además, tras una macedonia de siglas (LOGSE, LOCE, LOE, LOMCE…), se plantea una cuestión: ¿fue un error dividir la educación obligatoria? ¿Habría que volver a la EGB, que tanto marcó a la generación del VHS y La Bola de Cristal? ¿Podríamos, después de todo, volver al punto de partida? Este colegio fuenlabreño apenas vivió unos años de aquella ley, pero para otros, como el Sagrado Corazón, en Getafe, con décadas a su espalda, esto supondrá un viaje en el tiempo a cuando padres y abuelos de sus actuales alumnos cursaban séptimo y octavo en esas mismas instalaciones.

Ambos —como la otra cincuentena— han tenido que cumplir con una serie de requisitos y ultiman detalles y obras menores en estos meses de recta final. Por el momento, nada de volver al marco de los noventa, porque se mantiene la secundaria, con sus profesores y asignaturas. Solo cambia el edificio y la dirección, que será conjunta, mientras que cada CEIPSO contará con su propio jefe de estudios y orientador. La medida convence a las asociaciones de padres, al igual que a los expertos consultados por este medio, mientras que entre el profesorado hay malestar e incertidumbre sobre cómo se van a repartir las plantillas. "Lo único bueno que veo es, como padre, que te quedes más tranquilo porque no van a juntarse con los de bachiller, pero por lo demás…", lamenta Miguel Ángel González, responsable del área de Educación en Madrid de CSIF. Teme que, si el modelo fracasa, "se nos culpe a nosotros, como siempre".

"Para ellos es como entrar en la jungla"

"Tienes que ser un niño o niña muy fuerte en tu estructura de personalidad, y tener una protección gigante, para poder afrontar este salto, con cambios de localidad, compañeros… sin que ningún factor de riesgo en tu vida se convierta en un disparador", asegura Alejandro Rodrigo, especialista en conflictos con adolescentes, además de maestro. Algunos de los chavales con los que trata a diario describen este momento como "entrar en la jungla", "y la jungla da mucho miedo", apostilla. Ese temor se puede afrontar desde dos vías: aislándose o con una huida hacia delante, siendo "los más malos".

Es ahí donde empiezan los problemas de conducta, que se disparan en estos cursos, junto con las afecciones psicológicas. El 41% de los menores de más de 13 años cree haber tenido algún problema de salud mental. El abandono escolar es otra de las asignaturas pendientes. Se mantiene en el 13%, por encima de la media europea, solo superado por Rumanía, y con mayor presencia en la pública y las rentas bajas. Esta desigualdad también impera en las repeticiones: mientras que en la pública pasa del 2% en sexto al 9% en 1º de la ESO, esa última cifra cae al 3,5% en la privada. "El salto es abismal. Empiezan a arrastrar asignaturas y no levantan cabeza hasta cuarto", comenta María del Carmen Morillas, presidenta de la FAPA. "¿Hay que volver a la EGB o mantenernos en un modelo de hace ya 30 años? A lo mejor necesitamos otras fórmulas, porque hay una gran desmotivación en el alumnado", defiende.

"Vemos un repunte de ansiedad, consumo de sustancias —aunque pueda parecer pronto—, adicción a las pantallas o a la pornografía", explica Verónica Pérez Ruano, directora de Raíces Psicología Infantil y experta en terapia infanto-juvenil. Son temas relacionados con esta etapa vital, que cada vez se adelanta más en el marco biológico. "No podemos relacionarlo directamente con el instituto, pero es cierto que, cuanto más controlado es el entorno, menos posibilidad hay de que accedan a estos contenidos", aclara.

"Vemos un repunte de ansiedad, consumo de sustancias —aunque pueda parecer pronto—, adicción a las pantallas o a la pornografía"

Para esta psicóloga, un acompañamiento gradual hacia la ESO puede ser positivo, por ejemplo, en casos de riesgo de abandono escolar, aunque influyen el temperamento o la situación en casa. "Algunos necesitan un acompañamiento más suave o infantil y a otros les viene fenomenal el cambio", señala. Y es que la adolescencia es, per se, un momento de transición, por eso Rodrigo insiste en "respetar los ritmos de cada persona". Se dedica desde 2005 a la intervención social con menores, además de asesorar a familias y establecimientos educativos, por eso conoce de primera mano "las consecuencias de obligar a los chavales a crecer antes de tiempo". "El fin de la Educación General Básica tuvo consecuencias negativas, que no se detectaron en el corto plazo, pero ahora son evidentes", argumenta.

Para este docente, los 14 años, cuando "el menor infractor se responsabiliza de sus actos", marca un antes y un después. El portavoz del CSIF, en cambio, cree que es el peor momento y que facilitará que "los que ya van mal" se descuelguen del todo. Si bien, Rodríguez afirma que los datos de repetición que había en primero de BUP no apuntan en esa dirección. A pesar de las discrepancias, ambos coinciden en que se está hablando de edades muy complicadas, cuando la exigencia académica aumenta y empiezan a debutar las llamadas a casa, los castigos o las expulsiones. "¿Qué hacemos cuando les echamos 10 o 15 días? Les señalamos la puerta de salida", apunta Rodrigo.

Es un momento complejo, incluso para los profesores, cada vez más cuestionados "por los padres, alumnos y la sociedad". Como solución, desde el Tierno Galván esperan aumentar el diálogo entre uno y otro ciclo. Hasta la fecha, se limitaban a mantener reuniones anuales de coordinación, pero ahora "si un profesor nota algo raro, puede preguntar a los antiguos tutores". Además, se mantiene una mayor implicación y contacto con las familias, un punto que para Morillas es especialmente interesante. "Lo ideal sería que los AMPA tuvieran el mismo peso en secundaria, pero sabemos que no es así", explica.

Poco niño para tanto colegio

Cuando a finales del siglo XX se apostó por una educación obligatoria dividida en dos etapas, en las aulas no cabía un alfiler, así que parecía una buena idea desde el terreno logístico. Sin embargo, la situación se ha invertido y el desafío demográfico que enfrenta España ya se deja notar en las escolarizaciones, con una reducción de 200.000 alumnos desde 2010 en Infantil, y, según las proyecciones del ministerio de Educación, en secundaria podrían caer hasta un 25% en 2037. De hecho, la falta de niños ha dejado de ser exclusiva de las áreas despobladas y afecta con fuerza en los núcleos urbanos. En ciudades como Londres o París ya se están cerrando escuelas y, en la 'ciudad de la luz', se está teniendo que juntar hasta tres edades distintas en un mismo espacio.

Además, para las familias hay otras dos cuestiones capitales: la beca comedor y el acceso al móvil —el otro gran debate—. Con el paso a primero, muchos chicos cogen por primera vez un bus o se calientan la comida solos, mientras esperan a sus padres. "Es testimonial el número de institutos con comedor, donde muchos reciben su única comida completa", recuerda Morillas, que destaca este punto como uno de los de mayor interés para los padres. El segundo es el temido teléfono. "Para mí esto importa más que si séptimo o primero. No sabemos qué hacen con él, tenemos a chicas de 13 años con acceso a Only Fans", advierte Pérez. Ahora, además, queda en el aire el qué sucederá con estos dispositivos en los CEIPSO, después de que Madrid haya anunciado un veto general al uso de pantallas en infantil y primaria, una restricción que va ganando adeptos en las comunidades autónomas.

Por el momento, al igual que otros cientos de preadolescentes de la Comunidad, en 6ºA y 6ºB del Tierno Galván se preparan para su graduación y el viaje de fin de curso. En junio se despedirán de sus compañeros, en algunos casos definitivamente y, en otros, hasta el próximo septiembre, cuando volverán a ser "los más mayores del cole". "Sabemos que nos va a llevar bastante trabajo e incertidumbre en algunos momentos, sobre todo los primeros años, pero este es el modelo que defendemos y queremos dar continuidad al proyecto educativo que comenzamos en Infantil", aseguran desde el centro.

Suena el timbre en el CEIP Enrique Tierno Galván de Fuenlabrada. Son las doce y media, y un remix de música clásica acompaña a los alumnos hasta sus aulas, en fila india, casi en orden y casi en silencio. "Esto se lo dais al profe, ¿lo tenéis claro?", le dice la secretaria a un par de niñas que salen corriendo con un taco de hojas. "No sé si he hecho bien", murmura entre risas.

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