El hospital de Alcalá de Henares en el que se hicieron las primeras disecciones de cadáveres
El Hospital de Antezana, fundado en 1483, se ha convertido en una residencia para mayores que mantiene su vocación de servicio público. Por él pasaron practicantes como Francisco Vallés y en él vivió Ignacio de Loyola
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Hay un espacio en Alcalá de Henares que en su interior guarda grandes hazañas. En el número 46 de la calle Mayor se encuentra el conocido Hospital de Antezana. En su haber, está considerado el centro con actividad sanitaria ininterrumpida más antiguo del país; el primer hospital general universitario que proyectó las ideas renovadoras del Humanismo en la medicina; el espacio en el que se creó el primer cuerpo de enfermeras profesionales de Europa, contratadas con los mismos derechos que sus compañeros varones; y donde Ignacio de Loyola vivió y compartió sus prédicas antes de fundar la Compañía de Jesús.
Los inicios de esta historia se sitúan a finales del siglo XV. “Luis de Antezana, de una nobleza media, se casó con Isabel de Guzmán, procedente de una de las familias más poderosas de Castilla. Él era un hombre muy cercano al arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo de Acuña, con quien trabajó de manera cercana para que la después conocida como Isabel la Católica llegara a ser reina”, introduce Enrique M. Pérez, responsable de Turismo y Cultura de la Fundación de Antezana.
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El matrimonio se asentó en Alcalá de Henares, ciudad en la que jugaron un papel importante. “Aquí se construyeron una casa-palacio que responde a la arquitectura tradicional mudéjar castellana, con un gran patio que distribuye el espacio y en torno al cual se abren las estancias más importantes”, describe Pérez. Además, acompañaron al enclave de un jardín con un diseño tradicional hispano musulmán, con gran preeminencia de caminos y acequias.
La pareja nunca tuvo descendencia. Así pues, el 18 de octubre de 1483 Luis de Antezana e Isabel de Guzmán firmaron su testamento, mediante el cual legaban sus posesiones. A la vez, fundaban la Cofradía de Caballeros de Nuestra Señora de la Misericordia, que se haría cargo de su nuevo proyecto: el Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia o de Antezana. Un año después murió Luis de Antezana. Isabel le sobreviviría todavía dos décadas más.
Una vocación de servicio inalterada en 500 años
El archivo de la Fundación atesora tanto el testamento fundacional de la Cofradía como la bula papal de Sixto IV que autorizó la fundación del hospital. “A partir de ese momento, el lugar comienza a funcionar con una clara vocación de servicio público hacia los más pobres”, afirma Pérez, de la que todavía se hace cargo la Cofradía de Caballeros.
Su actual presidente, denominado antiguamente como prioste, es Asensio Esteban. Entró a formar parte de la Fundación en enero de 2015. Casi siete años después, en diciembre de 2021, se convirtió en su máximo representante: “A lo largo de los siglos, el Hospital se ha ido ampliando mediante aportaciones de particulares y herencias, lo que nos ha permitido mantener viva su llamada durante 542 años”, explica. La orden de sus dos fundadores ha calado a lo largo del tiempo en los miembros del patronato, quienes siempre han conseguido tener una institución viva que ha superado epidemias, hambrunas y guerras.
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Actualmente, son nueve las personas que forman parte del patronato de la Fundación, aunque otros miembros también participen en la toma de decisiones, como la dirección de la residencia en la que a día de hoy se ha convertido el enclave. Para poder formar parte de este selecto grupo, son las damas y los caballeros que ya lo componen quienes proponen un nuevo nombre cuando se dé alguna vacante. “Se decide por votación, que son secretas, pero siempre se han tomado decisiones de forma unánime. Buscamos gente vinculada a la institución, a Alcalá, y que sean ciertamente relevantes y que puedan aportar sus conocimientos”, precisa Esteban.
El primer hospital universitario
Pérez se retrotrae a los inicios del siglo XVI para ahondar en la importancia que adquirió el Hospital de Antezana en la ciudad. “El cardenal Cisneros fundó la Universidad de Alcalá en 1499, cuyas clases comenzaron en 1508. Es la primera universidad moderna humanista del Renacimiento de toda Europa, donde una de las materias que se dictaban era medicina”, señala. Cisneros también vio la necesidad de crear un hospital en el que estos estudiantes pudieran realizar sus prácticas y aprender más y mejor de las lecciones de los catedráticos.
“El recurso se le presentó muy fácil al cardenal. El Hospital de Antezana se convirtió en una especie de hospital general universitario en la ciudad, el primero que se desarrolla tras la renovación médica del Humanismo, que estará vinculado a la Universidad hasta el siglo XIX”, señala el experto. La ligazón fue tal, que muchos catedráticos de la Universidad acabarán siendo parte del Cabildo de Caballeros de Antezana. También médicos destacados como Francisco Vallés, Francisco Díaz y Fernando de Mena, médico de Felipe II, primer director médico del Hospital hacia 1560.
En este inmueble situado en la arteria principal de la ciudad complutense, no solo se sanará a los enfermos más pobres, sino que se desarrollarán nuevas formas médicas. “Aquí se realizaron las primeras disecciones de cadáveres. Existía un teatro anatómico en donde se practicaban las cátedras de anatomía y cirugía, primeras en Europa”, apunta Pérez.
Ignacio de Loyola y su paso por el Hospital
Ya en el siglo XVI el Hospital de Antezana acogería a una figura que pasaría a la posteridad. Hasta aquí llegó Íñigo de Loyola, quien estudió en Alcalá a partir de 1526 y fue acogido por el Cabildo poco después, ya que no tuvo una estancia fácil en la ciudad. “Se dedicaba a consolar a los enfermos, a predicar sus ideas sentado en el pozo del patio, y a cocinar”, apunta Pérez. De hecho, todavía se puede visitar la cocina que el impulsor de la Compañía de Jesús, canonizado en 1620, tenía como lugar de trabajo. “Se puede decir que en el Hospital de Antezana también se funda la Compañía de Jesús”, asegura el integrante de la Fundación.
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El tiempo pasó y la decadencia de la Universidad alcalaína y la desamortización de Mendizábal golpearon a la institución. Los caballeros pelearon para que el edificio lo mantuviera la institución, pero se perdieron tierras y propiedades en el siglo XIX”, indica Pérez. A partir de entonces, los integrantes de la Cofradía intentaron hermanarse con instituciones que permitieran continuar con su actividad sanitaria. En 1946, la institución se vinculó con la orden Siervas de María, quienes residieron en el palacio a cambio de ejercer la labor sanitaria cuidando a gente mayor de manera gratuita y atendiendo una especie de pequeño ambulatorio en la entrada.
Ocuparon el lugar hasta 2006, cuando el histórico Hospital de Antezana, ya conocido entre los vecinos con el apelativo de “Hospitalillo”, se convirtió en la residencia para mayores que es en la actualidad. “La vocación de servicio público no ha cambiado desde hace más de cinco siglos. Somos una residencia privada gestionada por una fundación sin ánimo de lucro que sigue un modelo de autogestión y en la que para entrar no siempre lo más importante es que puedas hacer frente a su coste económico”, subraya el responsable de Cultura.
El arte en el palacio y su iglesia
Cualquier persona que visite el edificio podrá apreciar la fachada retocada en 1904 en estilo neogótico, de la que sobresale un gran alero mudéjar. La iglesia, de claro gusto barroco del siglo XVII y reformada en 1800, posee una cúpula encamonada y una bóveda de cañón que tapa el artesonado mudéjar original.
De entre los lienzos de la capilla destacan un San Juan Bautista y un San José con el Niño, obras atribuidas a Herrera Barnuevo. Dos cuadros representan a San Ignacio: uno de Pedro Valpuesta, fechado en 1658, y otro de Diego González de la Vega, de 1669, en lo que fue la antigua habitación del santo, hoy capilla dedicada en su honor. Del conjunto de obras de arte que se sitúan en el templo, destaca la talla de Nuestra Señora de la Misericordia, obra con toda probabilidad de Martínez Montañés (siglo XVII).
Su archivo, “en el que está escrita gran parte de la historia de la medicina moderna española” según Pérez, es la gran joya de la institución al no haber sufrido ninguna merma en sus más de 540 años de existencia. Además, las visitas incluyen un recorrido por el Museo de la Medicina del Siglo de Oro ubicado en el mismo Hospital de Antezana, en el que se pueden apreciar las salas de enfermería o el despacho de los médicos en una recreación de la época.
Hay un espacio en Alcalá de Henares que en su interior guarda grandes hazañas. En el número 46 de la calle Mayor se encuentra el conocido Hospital de Antezana. En su haber, está considerado el centro con actividad sanitaria ininterrumpida más antiguo del país; el primer hospital general universitario que proyectó las ideas renovadoras del Humanismo en la medicina; el espacio en el que se creó el primer cuerpo de enfermeras profesionales de Europa, contratadas con los mismos derechos que sus compañeros varones; y donde Ignacio de Loyola vivió y compartió sus prédicas antes de fundar la Compañía de Jesús.