El majestuoso palacio escondido en el Barrio de las Letras: opulencia y lujo decimonónico con una exquisita decoración
Un espectacular palacio en el corazón del Barrio de las Letras esconde tras su imponente fachada siglos de historia, lujosos salones y una escalera imperial única que lo convirtió en uno de los más opulentos de la capital
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A pocos pasos de los rincones más emblemáticos de Madrid se alza un palacio que, después del Palacio Real, fue considerado uno de los más lujosos de la ciudad. Su historia está marcada por la presencia de arquitectos de renombre y familias influyentes que lo transformaron en un símbolo de poder y distinción. Su ubicación, en el corazón del Barrio de las Letras, lo convierte en un tesoro arquitectónico que ha sido testigo del paso de la aristocracia y la alta sociedad madrileña.
El edificio que hoy se erige con majestuosa presencia comenzó a tomar forma en el siglo XVII. A lo largo de los siglos, ha pasado por diferentes manos y ha sido objeto de sucesivas remodelaciones que han enriquecido su estructura y decoración. Su portada barroca, diseñada por un célebre arquitecto del siglo XVIII, es solo un adelanto del fastuoso interior que aguarda tras sus puertas. Los salones, las escalinatas de mármol y los elementos ornamentales reflejan la evolución de los estilos arquitectónicos que han definido su historia.
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La historia del Palacio de Santoña está ligada a grandes nombres de la nobleza y la burguesía, quienes dejaron su huella en cada rincón. Fue en 1874 cuando adquirió su denominación actual, tras la compra por parte de Juan Manuel de Manzanedo, marqués de Manzanedo y duque de Santoña. Este empresario y noble decidió transformar el inmueble en una auténtica joya del lujo decimonónico, adaptándolo a los gustos de la época con materiales traídos de diversas partes del mundo y una decoración suntuosa que lo convirtió en uno de los palacios más impresionantes de Madrid.
Un recorrido por su historia y curiosidades
El origen de este palacio se remonta a 1618, cuando Diego de Rois Bernaldo de Quirós adquirió el terreno y encargó su construcción. Su diseño inicial se atribuye a Juan Gómez de Mora, uno de los arquitectos más influyentes de la época. Más de un siglo después, en 1731, el marqués de Ugena, Juan Francisco de Goyeneche, compró la propiedad y encomendó a Pedro de Ribera su transformación en un palacio acorde a los cánones barrocos del momento.
En el siglo XIX, la propiedad pasó a manos de Juan Manuel de Manzanedo, quien la adquirió como un regalo para su esposa, María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros. La duquesa de Santoña supervisó personalmente la redecoración, contratando a los mejores artistas y artesanos para embellecer el palacio. Tal fue el esplendor alcanzado que incluso los reyes Alfonso XII y María de las Mercedes asistieron a su inauguración como residencia oficial de los duques.
Con el fallecimiento del duque de Santoña, su viuda se vio envuelta en un litigio que terminó con la subasta del palacio. Fue entonces cuando José Canalejas, abogado de la duquesa y futuro presidente del Gobierno, lo adquirió por un precio muy inferior a su valor real. Su vida en el palacio fue breve, pues en 1912 fue asesinado en la Puerta del Sol, dejando el edificio en una situación de abandono hasta su compra por la Cámara de Comercio en 1933.
Las dependencias y salones más impresionantes
Cada rincón del Palacio de Santoña está impregnado de historia y arte. Su imponente escalera imperial de mármol de Carrara, diseñada por Carlo Nicoli, es uno de los elementos más fotografiados del edificio. A ambos lados, dos leones esculpidos por Antonio Canova custodian el acceso a las plantas superiores, mientras candelabros de bronce iluminan la subida.
Entre los salones más destacados se encuentra el Salón Pompeyano, cuya decoración inspirada en la antigua Roma fue realizada por Manuel Domínguez. También sobresale el Salón de la Rotonda, originalmente concebido como una biblioteca privada, donde lienzos atribuidos a Plácido Francés decoran sus paredes. Su acústica excepcional lo convirtió en un lugar ideal para reuniones y eventos privados.
Otra de las joyas del palacio es el Salón Oriental, con un diseño inspirado en la estética de los palacios de Medio Oriente. Espejos dorados, una chimenea de mármol de Carrara y motivos ornamentales en madera y pan de oro crean una atmósfera única. No menos llamativo es el Salón Turco, concebido en su origen como una sala para fumar, con azulejos y columnas de ágata que evocan el exotismo de otras culturas.
Un palacio con vida en pleno siglo XXI
Desde 1933, el Palacio de Santoña es la sede de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid. Además de albergar reuniones empresariales y eventos institucionales, se ha convertido en un espacio de referencia para la celebración de actos culturales, presentaciones y conferencias, como eventos de moda o rodajes de cine.
Recorrer este palacio es un auténtico viaje en el tiempo, a la elegancia del siglo XIX y en pleno corazón de Madrid
Aunque no está abierto al público de manera regular, en ocasiones especiales se organizan visitas guiadas dentro de los programas Bienvenidos a Palacio o Pasea Madrid. Este recorrido permite descubrir los secretos mejor guardados del edificio y admirar de cerca su imponente arquitectura y decoración. Un auténtico viaje en el tiempo a la elegancia del siglo XIX en pleno corazón de Madrid.
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