Carabanchel: el barrio artístico que necesitas conocer antes de que todo cambie

Cruzamos el puente de Toledo y nos adentramos en Carabanchel. Un barrio que hasta hace no mucho parecía vivir ajeno a la fiebre cultural de Madrid, pero que ahora es un hervidero de creatividad. Aquí se mezclan estudios de artistas, galerías independientes y restaurantes que van de lo más castizo a lo más experimental. Un paseo por sus calles es descubrir un distrito que bulle.

Entramos por la calle Oporto, una de las arterias principales del barrio. Entre bloques de viviendas de ladrillo rojo, empiezan a aparecer fachadas con murales y puertas industriales que esconden talleres de artistas. Es aquí donde comienza Distrito 11, un colectivo que agrupa más de 80 espacios creativos.

Damos con Nave Oporto (Avenida Pedro Díez, 25), un local de techos altos y paredes blancas que funciona como punto de encuentro para la vanguardia artística de Carabanchel. No hay cartel en la puerta, solo un timbre. Dentro, exposiciones efímeras, performances y presentaciones de proyectos. Un efervescente espacio que alberga a una comunidad de artistas contemporáneos dedicados a diversas disciplinas como la pintura, la escultura y la instalación.

Entre los artistas asociados se encuentran Miguel Angel Tornero, Irma Álvarez-Laviada, Elvira Amor, Nicolás Combarro, Miki Leal, Sonia Navarro, FOD, Miguel Fructuoso, Beatriz Ruibal y Santiago Ydañez. Cada uno desarrolla su obra de manera individual, pero comparten un entorno colaborativo que fomenta la inspiración mutua y la interacción creativa.

Seguimos por la calle de la Oca y nos desviamos hasta Espacio Amazonas (Ramon Serrano, 29). En un bajo de aspecto anodino, tres mujeres latinoamericanas han levantado un refugio artístico. Las artistas Lina Sanabria, Nati Andreoli y Alba Rodríguez se han dedicado a promover el trabajo de mujeres migrantes del otro lado del Atlántico. El año pasado participaron en Carabanchel Diseña, un evento promovido por el Madrid Design Festival que acercó parte de la escena artística de la zona al gran público. Durante aquella edición, diversos estudios y artistas del distrito de Carabanchel abrieron sus puertas al público, lo que permitió tener una visión cercana de sus procesos creativos.

Entre los participantes destacados se encontraban ACdO/, cofundado por Álvaro Catalán de Ocón, que mezclaba artesanía tradicional con diseño contemporáneo; o Hyper House, un espacio dedicado al arte digital y a los nuevos medios, dirigido por Diego Iglesias y Cristóbal Baños. Además, estudios como Casa Antillón, liderado por un colectivo de arquitectos, y el IED Madrid FabLab, sede del Instituto Europeo de Diseño, también formaron parte de este recorrido.

Las naves industriales de la zona esconden multitud de propuestas. Hay antiguos talleres de carpintería reconvertidos en estudios de diseño y fábricas de textil que ahora son galerías. Carabanchel, definitivamente, se ha convertido en el lugar donde las ideas toman forma.

Comer bien en Carabanchel: de bares de viejo a cocina de autor

Nos dirigimos a La Capa (Calle de los Condes de Barcelona, 8), un bar con oscuros azulejos y un letrero de neón que parece sacado de los años 60. En la barra, copas antiguas y servilletas de papel. El ambiente es castizo, pero la carta tiene un giro contemporáneo: huevos fritos con kokotxas, escalope con pimientos y vermut bien servido. Un ejemplo de cómo la nueva generación está recuperando los bares de toda la vida.

De ahí, caminamos hasta Morfo (Calle de Esteban de Arteaga, 3), un novísimo local donde el arte y la gastronomía se integran para producir una experiencia diferente. Un concepto que ha convertido a este diminuto espacio en uno de los epicentros de la experimentación culinaria en Madrid.

También nos dejamos llevar por el olor a café y entramos en Hola Coffee Roasters (Calle de Sepúlveda, 109). Este tostador de café de especialidad es el punto de reunión de diseñadores, escritores y músicos que han encontrado en Carabanchel un refugio para crear. Un buen lugar para hacer una pausa antes de seguir explorando los barrios, plazoletas y callejuelas.

La cultura toma las plazas

Continuamos desplazándonos y llegamos a la Plaza de la Palmera, en General Ricardos. Aquí, donde antes solo había bancos de hormigón y columpios, ahora hay un pequeño escenario improvisado. Es parte de la iniciativa Plazas con Alma, que ha llenado las calles de Carabanchel de música, teatro y poesía.

El programa busca revitalizar la vida cultural del distrito llevando el arte y la cultura a las calles. Las ubicaciones seleccionadas incluyen la mencionada Plaza de la Palmera, enfocada en actividades familiares y de lectura; el Jardín de las Asociaciones, dedicado a las artes escénicas; el Parque Emperatriz María de Austria, que ofrece baile SBK (salsa, bachata y kizomba); la calle El Toboso, centrada en la literatura; y el barrio de Pan Bendito, donde se puede disfrutar de flamenco y otros géneros de la música española. El proyecto es posible gracias a la colaboración de asociaciones culturales y vecinales del distrito.

Pasamos por el Parque Salvador Allende, en La Peseta, donde un grupo ensaya un espectáculo de danza contemporánea. Más adelante, un micrófono abierto reúne a jóvenes poetas que recitan versos al caer la tarde. La calle reconvertida en un espacio cultural sin paredes.

Un barrio que sigue evolucionando

Cerca de la Avenida de los Poblados, nos desviamos para ver una de las joyas ocultas del barrio: el yacimiento romano más extenso de Madrid, abarcando aproximadamente 44 hectáreas que incluyen el parque Eugenia de Montijo, la ermita de Nuestra Señora de la Antigua y los terrenos de la antigua cárcel de Carabanchel.

A pesar de su relevancia histórica, este emplazamiento nunca ha sido excavado científicamente ni cuenta con protección patrimonial adecuada. En abril de 2021, el Colegio Profesional de Arqueología de Madrid solicitó a la Comunidad de Madrid la declaración del yacimiento como Bien de Interés Cultural (BIC) para garantizar su preservación y estudio.

Sin embargo, en febrero de 2023, la Comunidad desestimó esta petición, argumentando que la extensión propuesta era demasiado amplia y que partes del área ya estaban urbanizadas o protegidas como "yacimiento inventariado". De momento, el mosaico romano de las Cuatro Estaciones, descubierto en una de las excavaciones, forma parte del Museo de San Isidro, en el centro de Madrid.

Carabanchel se ha convertido por derecho propio en un laboratorio de tendencias, un destino para artistas y cocineros, y un escenario al aire libre donde siempre está sucediendo algo. Su esencia sigue intacta, pero su energía es más potente que nunca. Si todavía no has venido, es el momento de cruzar el río y descubrirlo por ti mismo.