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Y el arte dejó de ser aburrido: Guillermo de Osma expone a los grandes nombres de las vanguardias
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El legado de los artistas

Y el arte dejó de ser aburrido: Guillermo de Osma expone a los grandes nombres de las vanguardias

La galería madrileña exhibe más de 80 obras de 70 artistas que rompieron con lo establecido en el siglo XX, una generación diluida por la Guerra Civil y el posterior exilio

Foto: Retrato 'Salvador Dalí'.
Retrato 'Salvador Dalí'.

Pablo Picasso, Juan Gris, Norah Borges, Benjamín Palencia, Salvador Dalí, Sonia Delaunay, Francis Picabia, Maruja Mallo, Ángeles Santos, Rosario de Velasco, José Alemany, Joan Miró. Apenas esta docena de nombres puede llegar a ser una pequeña muestra de las grandes firmas que hasta el 14 de mayo se podrán visitar en la galería madrileña Guillermo de Osma. A través de una exhibición titulada “Arte Nuevo. 1916-1936”, la galería vuelve a sus orígenes a través de más de 80 obras de aquellos artistas jóvenes que intentaron surfear las vanguardias, hacer algo nuevo, rompedor, y con sus pinceles apropiarse de los ismos; una generación diluida tras la muerte que trajo consigo la Guerra Civil y la represión y exilio posterior.

Comisariada por Miriam Sainz de la Maza, Javier Pérez Segura y Guillermo de Osma, la exposición da cabida a más de 70 artistas de una época en la que el mercado no estaba hecho para estos creadores plásticos. “En aquel tiempo todavía pervivía en el arte español esa especie de academicismo y clasicismo algo costumbrista, y estos jóvenes intentaron ponerse al día con Europa, sobre todo a partir de los años 20”, explica De Osma.

El tono poético se superpuso a lo académico, lo figurativo eclipsó lo clásico. “Todo comenzó con algunos artistas franceses que llegaron a Barcelona huyendo de la Primera Guerra Mundial. Mientras tanto, en España se daba una efervescencia cultural. Ahí queda la famosa trilogía de la Residencia, con Dalí, Lorca y Buñuel a la cabeza”, ejemplifica el también historiador del arte. Había que acabar con el aburrimiento en el arte, por eso estos artistas se dejaron influir por una figuración lírica y surrealizante.

La galería presenta obras que recorren dos décadas en las que diferentes corrientes artísticas aunaron sus creaciones para dar buena cuenta de su tiempo. Así, el público podrá apreciar firmas de consagrados artistas figurativos como la de Vázquez Díaz, Luis Berdejo, Horacio Ferrer, Ángeles Santos, Roberto Fernández Balbuena, Hipólito Hidalgo de Cabiedes, Rosario de Velasco, Alfonso Ponce de León, Maruja Mallo, Timoteo Pérez Rubio o Pere Pruna.

placeholder Galería madrileña Guillermo de Osma
Galería madrileña Guillermo de Osma

En cuanto al cubismo, la galería acoge obras postcubistas de creadores como Picasso, Juan Gris, María Blanchard, Manuel Ángeles Ortiz o Santiago Pelegrín. El ultraísmo está representado por los collages de Norah Borges, Alfonso Buñuel o Adriano del Valle. Por su parte, Rafael Barradas protagoniza lo que él mismo denominó vibracionismo.

El surrealismo español colgará de las paredes de la galería con creaciones de José Togores, Joan Sandalinas, Angel Planells, Nicolás de Lekuona, Esteban Francés, Salvador Dalí, Moreno Villa, Benjamín Palencia, Óscar Domínguez o Alfonso de Olivares. En este sentido, De Osma destaca la presencia de Mariano Rodríguez Orgaz, artista desconocido que se exilió en México en 1939, donde murió poco después. La exposición contará con un enigmático y extraño cuadro suyo titulado El centro del mundo, que curiosamente evoca al homónimo de Ángeles Santos, que ahora se expone en el Museo Reina Sofía, apuntan desde la galería.

Gran presencia de autoras

De Osma recalca que en el momento de creación de estas obras el mercado del galerismo era muy pobre en España, al igual que el del coleccionismo. “Se compró muy poco arte contemporáneo, incluso por parte de la República, que no llegó a asimilar a nivel estatal este arte de vanguardia”, sostiene. Por eso, muchos de los principales artífices de este Arte Nuevo tuvieron que establecerse en otros países europeos, como Francia.

La exposición que ahora presentan en esta galería muy cercana a la Puerta de Alcalá cuenta con una gran presencia de autoras. “Desde hace tiempo sabemos mucho más de la presencia de mujeres artistas en el arte, aunque muchas otras siguen algo escondidas para la historiografía”, defiende el galerista. La exhibición intenta aplacar esta realidad con la inclusión de obras de algunas integrantes de la generación de Las Sinsombrero.

placeholder María Blanchard 'Bodegón oval'
María Blanchard 'Bodegón oval'

Entre ellas destaca Maruja Mallo, quien sí gozó de buena prensa a lo largo de su andadura artística. De hecho, llegó a protagonizar la única exposición organizada por la Revista de Occidente en toda su historia. En la galería aparece una Estampa que realizó en 1927 precisamente para esa exposición. Le siguen Ángeles Santos, con un cuadro prácticamente desconocido con el que la pintora se identificaba al representar a unas niñas sin oídos ni boca; y Rosario de Velasco, con un magnífico retrato próximo al realismo mágico, según describen desde la galería.

La Guerra Civil como final

No solo se trataba de aclamados intelectuales, sino personajes que impulsaron desde el activismo una nueva modernidad en el lenguaje artístico español. En cambio, el estallido de la Guerra Civil tras el fracaso del golpe de Estado de julio de 1936 terminó diluyendo a esta gran pléyade de artistas. Algunos mueren en la contienda cuando engrosaban las filas del bando sublevado, como Nicolás de Lekuona al servicio de los requetés carlistas. Similar fue la suerte que experimentó Alfonso Ponce de León. También hubo muertos en el bando republicano, y muchos exiliados.

Fue el caso de José Moreno Villa, Luis Buñuel, Mariano Rodríguez Orgaz y Roberto Fernández Balbuena, que huyeron a México; en Argentina acogieron a Manuel Ángeles Ortiz, Victorina Durán y Maruja Mallo; en Estados Unidos recayó Hipólito Hidalgo de Caviedes tras su paso por Cuba; y Timoteo Pérez Rubio terminó en Brasil. “Muchos de los que se exiliaron, como muchos de los que permanecieron en España, desarrollaron un estilo que ya poco recordaba a aquellas premisas del Arte Nuevo”, añaden desde la galería.

Volver a los orígenes de la galería

“Han pasado muchos años desde que en la galería no hacíamos algo así. Empezamos nuestra andadura en los años 90 revisando toda esta generación con exposiciones dedicadas a algunos de sus personajes más emblemáticos y las corrientes de vanguardia y ahora volvemos a ellos”, precisa De Osma. Desde su punto de vista, se trata de unos artistas “muy importantes porque siempre tuvieron contacto con lo que sucedía en el país, en unos años convulsos, en los que se sentaba el germen, esas primeras semillas del nuevo arte que vendría”.

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Por el momento, la galería expondrá más de 80 obras de unos 70 artistas que vivieron aquellos años en los que todo estaba por crear en el arte, o al menos eso parecía. Para la confección de la exposición, De Osma ha tenido que dejar sin exponer algunas de sus obras, “aunque no es fácil para una galería porque se vive de vender y seguir encontrando nuevas obras que comprar”, dice.

En cambio, este historiador del arte se muestra orgulloso del resultado. Además, todo sabe mejor si es un trabajo conjunto, como ocurre en este caso. “Una gran parte de las obras expuestas proceden de nuestro fondo propio, y son las que están a la venta, al igual que aquellas que proceden cedidas por familiares de los artistas que quieren sacar al mercado u otras galerías, pero también contamos con una gran parte de creaciones prestadas por colegas coleccionistas”, concluye De Osma.

Pablo Picasso, Juan Gris, Norah Borges, Benjamín Palencia, Salvador Dalí, Sonia Delaunay, Francis Picabia, Maruja Mallo, Ángeles Santos, Rosario de Velasco, José Alemany, Joan Miró. Apenas esta docena de nombres puede llegar a ser una pequeña muestra de las grandes firmas que hasta el 14 de mayo se podrán visitar en la galería madrileña Guillermo de Osma. A través de una exhibición titulada “Arte Nuevo. 1916-1936”, la galería vuelve a sus orígenes a través de más de 80 obras de aquellos artistas jóvenes que intentaron surfear las vanguardias, hacer algo nuevo, rompedor, y con sus pinceles apropiarse de los ismos; una generación diluida tras la muerte que trajo consigo la Guerra Civil y la represión y exilio posterior.

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