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Ni Torrelodones ni Guadarrama: este es el mejor sitio de la Sierra de Madrid para probar los calçots
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Ni Torrelodones ni Guadarrama: este es el mejor sitio de la Sierra de Madrid para probar los calçots

En pleno corazón de la Sierra de Madrid, un restaurante transporta a sus comensales al corazón de la tradición de Cataluña con una amplia oferta gastronómica que también incluye carnes a la brasa, embutidos catalanes y los caracoles a la llauna

Foto: Acaba de arrancar la temporada de los calçots, y en Madrid, hay un restaurante que es especialista en este manjar catalán. (Extraída de Instagram)
Acaba de arrancar la temporada de los calçots, y en Madrid, hay un restaurante que es especialista en este manjar catalán. (Extraída de Instagram)

La temporada de calçots, que va de noviembre a abril, trae consigo una oportunidad perfecta para degustar este manjar típico de Cataluña en un ambiente distendido y acogedor. Este restaurante de la Sierra de Madrid ofrece una experiencia que combina tradición y sabor, a un precio muy competitivo: menos de 30 euros por persona. Además de los calçots asados al punto, servidos con salsa romesco, la propuesta incluye pan con tomate, embutidos catalanes y un surtido de carnes a la brasa.

Los visitantes del restaurante Calsot no solo podrán disfrutar de los tradicionales calçots, servidos de manera auténtica envueltos en papel de periódico y presentados sobre tejas, sino también de una amplia oferta gastronómica. Desde caracoles a la llauna hasta verduras a la brasa, pasando por postres caseros como la crema catalana, cada detalle ha sido pensado para transportar a los comensales al corazón de Cataluña.

Foto: Los mejores y más modernos calçots de la capital aguardan en Barra Alta Madrid. (Cortesía)

En el restaurante Calsot, ubicado en la Avenida de la Paloma, número 36, en Hoyo de Manzanares, los comensales pueden disfrutar de una auténtica calçotada catalana, una experiencia perfecta para compartir con familia o amigos durante el fin de semana. Este lugar ha sabido traer a Madrid el sabor de la tradición catalana, ofreciendo un festín de cebollas tiernas asadas, salsa romesco y deliciosos embutidos.

Competencia en la misma calle

Los calçots, que son cebollas alargadas y dulces típicas de Cataluña, se sirven en porciones generosas, acompañados de pan con tomate y una variada selección de carnes a la brasa, incluyendo butifarras, conejo y pollo. La experiencia de comer calçots es interactiva y divertida; los comensales se sumergen en la tradición, manchándose las manos y disfrutando de una comida al aire libre que se convierte en una auténtica fiesta.

Para quienes buscan algo más que calçots, la carta incluye especialidades como butifarras de diferentes tipos, conejo, pollo, y las tradicionales chuletas de cordero. Todo esto acompañado de una cuidada selección de vinos catalanes y, para los más atrevidos, sangría de cava. Cada plato está elaborado con productos frescos y de calidad, garantizando una experiencia culinaria memorable.

Además, el restaurante cuenta con competencia en la misma calle, como Los Picazos, otra opción interesante para quienes deseen explorar más sabores. Este local añade a sus brasas productos como batatas, puerros y yuca, ampliando la variedad para los comensales más curiosos.

Hoyo de Manzanares, además de ser un enclave pintoresco, invita a los visitantes a disfrutar de la naturaleza en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Así que, ya sea por sus calçots o por su entorno, este municipio se presenta como un plan perfecto para quienes buscan pasar un buen rato en la Sierra de Madrid.

Para asegurar una mesa, especialmente en temporada alta, se recomienda reservar con antelación. Los horarios suelen dividirse en dos turnos, a las 13:30 y 15:30 horas, lo que permite adaptar la visita a cualquier planificación de fin de semana.

La temporada de calçots, que va de noviembre a abril, trae consigo una oportunidad perfecta para degustar este manjar típico de Cataluña en un ambiente distendido y acogedor. Este restaurante de la Sierra de Madrid ofrece una experiencia que combina tradición y sabor, a un precio muy competitivo: menos de 30 euros por persona. Además de los calçots asados al punto, servidos con salsa romesco, la propuesta incluye pan con tomate, embutidos catalanes y un surtido de carnes a la brasa.

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