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Cibeles, el palacio del siglo XX que convirtió a Madrid en la gran metrópoli europea
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Cibeles, el palacio del siglo XX que convirtió a Madrid en la gran metrópoli europea

En su interior puede visitarse una muestra de los diferentes usos que se le ha dado a este emblemático edificio. Fue construido tras la pérdida de las colonias por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi

Foto: El palacio de Cibeles (EFE)
El palacio de Cibeles (EFE)

El tráfico constante y el bullicio son el telón de fondo de los miles de turistas que cada día fotografían el palacio de Cibeles. Los visitantes se mezclan con deportistas que tratan de alcanzar con grandes zancadas el parque del Retiro y con los viandantes que acuden al Museo del Prado o el Thyssen. Aficionados del Real Madrid posan junto a la Diosa que protege al club y que resguarda al edificio desde donde el gabinete de Martínez-Almeida gobierna la ciudad. Los fines de semana manifestantes toman como referencia la plaza, en la que también se han celebrado los más multitudinarios entierros. Es el corazón de la capital y el eje que parte en cuatro cuadrantes la villa. Norte y sur con los paseos de Recoletos y del Prado; y este y oeste, con la calle Alcalá.

Precisamente es su localización una de las claves del éxito de esta construcción que se levantó a principios del siglo XX: "Era un lugar muy bien comunicado para quienes vivían en el centro, pero también para los nuevos vecinos de los recién construidos ensanches", puntualiza Jacobo Armero, arquitecto de profesión y actual comisario de la exposición Vida en el Palacio de Cibeles, y continúa: "La historia del edificio es la historia urbanística de Madrid". La muestra que custodia Armero cuenta cómo ha evolucionado la construcción a través de cuatro perspectivas: la de emblema de Madrid, la visión administrativa e industrial, la arquitectónica y la de función pública. Y lo hace con documentos, fotografías y elementos de la propia estructura.

Aunque sea un edificio muy conocido, su historia y función no lo son tanto, reconoce Armero. "Es una pena porque especialmente las generaciones más jóvenes y quienes son de fuera de Madrid no saben qué ha sido esta edificación tan importante", subraya el arquitecto. Esta falta de información fue la que propició la apertura de la exposición, que puede visitarse de forma permanente y gratuita en el interior del edificio.

La muestra está concebida como un túnel del tiempo en el que puede apreciarse el cambió de la capital a través de su edificio más reconocible. "A principios del siglo XX, Madrid se transformó completamente porque se empezaron a construir los ensanches. En ese momento todos los servicios de correos estaban en la Puerta del Sol", cuenta Armero y continúa: "Pero el crecimiento de Madrid hizo necesario un nuevo centro. Entonces se decidió hacer un concurso público para centralizar todos los servicios de correos, telégrafos y teléfonos en un nuevo edificio y se eligió la plaza de Cibeles- que entonces se denominaba de Emilio Castelar-, como nuevo centro de la ciudad. Es la historia también de la transformación de Madrid en una gran capital".

Foto: Agentes de movilidad de Madrid en una imagen de archivo(EFE)

Los terrenos sobre los que hoy se alza el emblemático edificio los cedió el Estado al Ayuntamiento para que albergara el Teatro Felipe y parte de los Jardines del Buen Retiro, cuenta el comisario. La construcción del entonces llamado Palacio de las Comunicaciones estuvo envuelto en una polémica entre ambas Administraciones que acabó con el reclamo del Estado para poseer de nuevo aquel espacio.

El edificio se levantó durante unos años en los que estaba puesta en entredicho la fortaleza de la nación tras la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Es por esto que la arquitectura del palacio tiene una clara función moralizadora y estética con un estilo "muy español": "Era un momento de gran crisis nacional por el desastre del 98. Entonces, España necesitaba una simbología de reafirmación, por lo que se eligió el estilo más españolista y que mejor podía representar el sentimiento nacional y de conexión de Madrid con las provincias".

Su popularidad creció a lo largo de las siete décadas que fue la sede de Correos

El entonces conocido como Palacio de las Comunicaciones se inauguró en marzo de 1919 y se convirtió rápidamente en un lugar de referencia para los madrileños. Su popularidad creció a lo largo de las siete décadas que fue la sede de Correos: "Lo frecuentábamos mucho", recuerda Armero, y explica: "Era el lugar donde recogíamos las cartas y documentos que tanto ansiábamos tener".

La exposición también rinde homenaje a los arquitectos que en 1904 ganaron el concurso público para llevar a cabo la obra: Antonio Palacios y Joaquín Otamendi. "Palacios es prácticamente el mejor arquitecto de la ciudad de la primera mitad del siglo XX", subraya Armero y recuerda que posteriormente también construyó el Banco del Río de la Plata, el Instituto Cervantes de la calle Alcalá, el Círculo de Bellas Artes o los primeros metros. "El palacio de Cibeles es su primer gran proyecto en el que desarrolla su estilo arquitectónico que después aplicaría en todos esos edificios en Madrid", reflexiona el comisario. La muestra se ubica en las plantas 2, 4 y en el mirador, y está abierta de martes a domingo, desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde.

El tráfico constante y el bullicio son el telón de fondo de los miles de turistas que cada día fotografían el palacio de Cibeles. Los visitantes se mezclan con deportistas que tratan de alcanzar con grandes zancadas el parque del Retiro y con los viandantes que acuden al Museo del Prado o el Thyssen. Aficionados del Real Madrid posan junto a la Diosa que protege al club y que resguarda al edificio desde donde el gabinete de Martínez-Almeida gobierna la ciudad. Los fines de semana manifestantes toman como referencia la plaza, en la que también se han celebrado los más multitudinarios entierros. Es el corazón de la capital y el eje que parte en cuatro cuadrantes la villa. Norte y sur con los paseos de Recoletos y del Prado; y este y oeste, con la calle Alcalá.

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