Vox se vuelca contra la tasa de basuras y va al choque con el PP en los municipios más ricos

Vox ha cavado ya una nueva trinchera en su particular guerra con el PP. La formación ultraconservadora ha forzado el choque con los populares en Madrid y apunta ahora al corredor de los municipios más ricos de la comunidad y de España, territorio azul desde hace décadas, con una cascada de críticas por la aplicación del denominado como tasazo de basuras. En Bambú agitan la idea de que sus socios naturales, pese al enfrentamiento con Pedro Sánchez, comparten agenda y planes con el PSOE. "Hacen como que se pelean, pero en realidad son lo mismo", repiten los de Santiago Abascal tanto en público como en privado.

Isabel Pérez Moñino es la punta de lanza de esta ofensiva en la región. La portavoz del partido en la Asamblea ha cerrado el año con un amplio abanico de ataques a Isabel Díaz Ayuso, desde la continuidad de la ley Trans madrileña —modificada pero sin derogar— a las subvenciones destinadas a ONG. Pero la principal novedad, más allá del discurso habitual, es que ha abierto un nuevo frente por la fiscalidad en los grandes feudos madrileños del PP. Tanto, que incluso impulsaron una manifestación en Pozuelo contra el impuesto sobre los residuos, que deriva de una ley estatal, aunque Vox lo vincula también con los populares.

La movilización fue más bien escasa, con apenas unas decenas de vecinos en la calle, pero da una pista del alcance de la estrategia de Vox. La formación ultraconservadora se dirige al principal granero de votos de los populares en la Comunidad de Madrid, en una materia que Ayuso y el PP abanderan desde hace años. "Comunismo o libertad, nos decían. Ya estamos viendo que las políticas del Partido Popular se parecen cada vez más a las políticas del Partido Socialista", dijo Pérez Moñino durante la concentración, tras el rechazo del Ayuntamiento de Pozuelo a suspender la tasa, como también ha hecho Las Rozas.

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El denominado tasazo de basuras, como ha informado este periódico, entrará en vigor a partir del próximo mes de abril en todos los ayuntamientos de España. El tributo surge de la Ley 7/2022 de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, aprobada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, y ha generado una polémica importante.

La norma desarrolla una directiva de la UE que planteaba su implantación, aunque en ningún caso recogía la obligatoriedad de traducirlo en un nuevo impuesto. Vox, sin embargo, defiende que el PP no ha hecho nada para eludir la tasa y que incluso se ha negado a asumir parte de los costes de las mancomunidades en la Comunidad. Y también reprocha que hayan anticipado el cobro y ni siquiera esperen a primavera. "Es totalitario", aseveró la portavoz parlamentaria, tras recordar que la directiva salió adelante en Europa con los el apoyo de populares y socialistas.

"Despilfarro" de dinero público

El cuerpo a cuerpo con el PP no se limita a Pozuelo y Las Rozas. Tampoco a las políticas fiscales. Vox cargó la semana pasada con dureza contra el alcalde de Boadilla del Monte por aprobar un aumento de las dietas por asistir a cada reunión de la empresa municipal de vivienda.

Este diario informó de que el regidor popular, Javier Úbeda, se asignó una retribución de 1.000 euros por cada sesión para él y el resto de miembros del consejo de administración, lo que supone un incremento del 40%. Pérez Moñino apeló al "despilfarro" de la medida y lo relacionó con los problemas en el acceso a la vivienda. "Tú no podrás emanciparte, pero el PP de Boadilla, con su mayoría absolutista, ha decidido aprovechar estas fechas para aumentar las dietas por asistencia a los consejos de la Empresa municipal de Vivienda. 1000 euros por político en cada sesión. Qué vergüenza y qué derroche de dinero público (sic)", dijo en X.

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Estos movimientos se enmarcan en la estrategia de acoso y derribo de Vox contra el PP, en disputa constante por controlar el bloque de la derecha, aunque los de Abascal apenas tienen capacidad de influencia en la Comunidad de Madrid. Fuentes del entorno de Isabel Díaz Ayuso, de hecho, reconocen que no terminan de entender cuál es el objetivo de sus antiguos socios, convencidos de que "no tienen nada que hacer".

El PP cree que el plan que desarrollaron durante la pasada legislatura, que incluía el boicot a los presupuestos en la capital y la región, fue definitivo y ahora pasará lo mismo. Especialmente por la fractura de la crisis interna que dejó al descubierto la salida de Rocío Monasterio. Y todavía más, si Vox traslada la batalla al tema de los impuestos y a sus principales fortines, donde en los últimos comicios lograron hasta el 60% de los votos.