Urtasun deja en el aire la financiación de Madrid tras inyectar 20 millones a Barcelona

El Ayuntamiento de Madrid ha escrito ya su particular carta a los Reyes Magos y reclama al Ministerio de Cultura una nueva línea de financiación para cubrir los numerosos proyectos y actividades culturales que se celebran en la ciudad. El departamento que dirige Ernest Urtasun ha contestado a través de una misiva, pero no ha comprometido ningún euro o inversión hasta la fecha, según las fuentes consultadas por este periódico. La situación, condicionada en cualquier caso a los próximos Presupuestos Generales del Estado, contrasta con los 20 millones de euros que el ministerio inyectó en Barcelona este 2024.

El equipo de José Luis Martínez-Almeida sostiene que la capital alberga cada año un amplio número de conciertos, programas, festivales y exposiciones de toda clase en centros y museos municipales que deberían recibir alguna aportación económica de Cultura. Así, el grupo municipal del PP impulsó una instancia en octubre, aprobada en el Pleno de Cibeles, para abrir esta vía de financiación cultural en las cuentas del Estado.

El ayuntamiento no establece ninguna cuantía, pero sí destaca la necesidad de percibir un montante a la altura del volumen de acontecimientos. "Es evidente que el Gobierno de la Nación considera no solo factible sino positivo, como prueba el convenio firmado en este sentido por el Ministerio de Cultura con la ciudad de Barcelona, el establecimiento de mecanismos que permitan canalizar este tipo de contribuciones extraordinarias a la financiación de iniciativas y programas que contribuyen a reforzar la capitalidad cultural de nuestras grandes ciudades, con el consiguiente beneficio para todo el conjunto de la ciudadanía", dice la moción.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Urtasun: cuando el sacrificio humano azteca es cultura pero los toros no

Juan Soto Ivars

El escrito incluye una lista de las iniciativas que podrían beneficiarse de ese aporte extraordinario, como las actividades de museos como el de Historia de la Ciudad, San Isidro, Arte Contemporáneo o el Planetario. También de Matadero, Conde Duque o Veranos de la Villa, además del mantenimiento del Templo de Debod o los diferentes programas culturales de la concejalía de Cultura, que dirige Marta Rivera de la Cruz.

"Es necesario señalar que, con el mismo espíritu de colaboración con el Gobierno de España, el Ayuntamiento de Madrid contribuye a la realización de actividades en otras instituciones estatales como el Museo del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Fundación Thyssen Bornemisza o la Fundación Residencia de Estudiantes", añade el escrito, que insiste en la necesidad de reforzar esta financiación.

Comparación con Barcelona

La comparación más evidente es Barcelona. El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en octubre una partida de 20 millones de euros para la capitalidad cultural de la ciudad catalana, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado de 2024, a través de 46 subvenciones directas a diferentes entidades. "El Gobierno continúa reforzando su compromiso con la capitalidad cultural que ejerce la ciudad, dotando de más recursos a instituciones, proyectos e iniciativas culturales de especial relevancia, para impulsar sus objetivos", señaló entonces el Ministerio de Cultura.

La instancia, explican las mismas fuentes, ha recibido respuesta del ministerio, aunque no incluye ningún compromiso. La posible línea de financiación queda en el aire y a la espera, siempre y cuando el Ejecutivo saque adelante las próximas cuentas. Cultura, por su parte, evita dar una estimación y pospone cualquier respuesta al respecto. "Cuando haya algo que comunicar, lo haremos", indican en el departamento de Urtasun.

La relación entre el consistorio y el ministerio, como ocurre con todas las administraciones madrileñas y el Gobierno, no es precisamente fluida. José Luis Martínez-Almeida ha tenido varios choques con Ernest Urtasun con temas como la tala de árboles en el Paisaje de la Luz —declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— o la tauromaquia. La "deslealtad institucional" ha sido uno de los principales reproches que se han cruzado hasta el momento.