Madrid es líder en investigación contra el cáncer, pero tiene que estabilizar a sus científicos
La región invierte 8,4 millones, es la primera en producción científica y la segunda con más empresas biotecnológicas, pero un estudio de la Asociación Española contra el Cáncer alerta sobre el alto volumen de contratos temporales
Balbina Álvarez, de 59 años, ha superado la friolera de tres cánceres en los últimos 10 años: dos de mama y uno de estómago. Después de una revisión rutinaria, le detectaron el primero. Ahí, su vida cambió para siempre. Hasta ese momento, lo único que sabía de esta enfermedad es que existía, pero no había conocido a nadie cercano que la hubiera padecido. “Me sometí a decenas de pruebas, exámenes y tratamientos e hice todo lo que me pidieron los médicos”, cuenta, orgullosa del camino recorrido.
De cara a la fría estadística, el de Álvarez es un caso de éxito. Sin embargo, al igual que otros muchos pacientes, no duda en reclamar más investigación. Lo hace, en primer lugar, porque pocos pueden saber mejor que ella hasta qué punto el cáncer es una enfermedad obstinadamente traicionera, que vuelve una y otra vez cuando casi ha caído en el olvido del que la ha sufrido. En segundo lugar, Álvarez sabe que los avances científicos redundan en una mejora de la esperanza de vida de los pacientes presentes y futuros, aunque a veces los resultados de las investigaciones no lleguen tan rápido como todos querrían.
Precisamente, en cuestión de investigación, la Comunidad de Madrid puede sacar pecho: la región ocupa la primera posición en cuanto a número de investigadores y en producción científica. En una región en la que viven más de 6,8 millones de habitantes, en 2023 se detectaron 37.739 nuevos casos y fallecieron 13.224 personas a causa de esta enfermedad, según el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, que la semana pasada presentó una radiografía sobre el estado de la investigación.
Pero no todo lo que subraya el informe es positivo. El mismo estudio aclara que la mayoría de los investigadores realizan su trabajo a través de contratos temporales, lo que va en contra de su estabilidad laboral. En cuanto al tipo de cáncer estudiado, predominan los ensayos clínicos sobre cáncer de pulmón (15,5%) y mama (10,1%).
“La realidad del día a día como paciente es muy diferente a todos estos datos. Los siento como de otra dimensión, algo ajeno a mí. La realidad es que un avance en la investigación del cáncer puede suponer una mejor calidad de vida para muchos, o incluso más tiempo”, dice Álvarez. Ella forma parte de la asociación desde hace dos años, y ahora trabaja como voluntaria, ayudando a otras personas a transitar por la enfermedad.
Álvarez se siente muy afortunada de estar en Madrid y haber podido recibir toda la ayuda que ha necesitado. “He visto gente de todas partes de España que han venido a mi hospital a tratarse”, recuerda. Según el informe, la Comunidad invirtió más de ocho millones de euros en investigación en 2023. De ellos, 5,4 millones fueron destinados a nuevos proyectos. Además, el 17% de las empresas biotecnológicas se encuentran en la región, lo que hace de la comunidad las segunda con más empresas de este tipo en 2022.
Pero a Yolanda los números se le quedan lejos también: “Me hablan de números, de fármacos, y uno intenta leer y aprender, pero todo suena lejano. Sin embargo, desde que conozco la investigación que se hace, tengo una nueva esperanza. He podido ver de primera mano que funciona”, dice.
Durante 2021, su cáncer hizo metástasis. Los dos años siguientes los pasó tratándose en el hospital de Torrejón. Empezó en una pequeña sala donde le daban tratamiento, pero al final eran tantos los pacientes que, finalmente, acabó recibiendo su cura en el pasillo, cuenta la paciente oncológica. Ella también pide que no se deje de investigar: eso es lo que le ha dado la vida.
Los hospitales madrileños participan en el 90% de los ensayos clínicos en cáncer llevados a cabo a nivel nacional, con un total de 1.128, lo que posiciona a Madrid como la segunda comunidad autónoma con más estudios de estas características. Marta Puyol, directora de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer, asegura que una de las principales fortalezas de la Comunidad de Madrid es precisamente que dispone de un excelente ecosistema para la investigación. “Aglutina en un espacio relativamente pequeño una buena masa crítica de investigadores clínicos, investigadores básicos y traslacionales, hospitales, pacientes, centros de investigación de calidad e infraestructuras de investigación”.
Por su parte, el doctor Pedro Pérez Segura, presidente del Comité Técnico de la Asociación, ha hablado sobre las áreas de mejora. “Es importante trabajar en la retención de talento investigador, y fomentar la figura del médico investigador, el cual tiene un papel clave para acercar la investigación al paciente”. Añade que es necesario promover e impulsar de forma más concreta y directa la transferencia tecnológica y la generación de empresas derivadas que garanticen, a través de la innovación, acercar los resultados de investigación a los pacientes.
El paciente oncológico Salvador Maldonado, de 63 años, ahora mismo está participando en un ensayo clínico: su cáncer ha hecho metástasis en sus brazos. “Ya no puedo jugar al tenis, que siempre me ha gustado mucho”, indica Maldonado, que confiesa que la primera semana, cuando se enteró de que tenía cáncer, se derrumbó. Con el tiempo, cuenta, ha ido encarando la enfermedad con una actitud algo más positiva. Sabe, sin embargo, que solo hay una cosa que le puede devolver por completo la alegría: superar la enfermedad. Aunque no se dé cuenta, con cada investigación que se lleva a cabo queda un poco más cerca de conseguirlo.
Balbina Álvarez, de 59 años, ha superado la friolera de tres cánceres en los últimos 10 años: dos de mama y uno de estómago. Después de una revisión rutinaria, le detectaron el primero. Ahí, su vida cambió para siempre. Hasta ese momento, lo único que sabía de esta enfermedad es que existía, pero no había conocido a nadie cercano que la hubiera padecido. “Me sometí a decenas de pruebas, exámenes y tratamientos e hice todo lo que me pidieron los médicos”, cuenta, orgullosa del camino recorrido.