Descubre una de las esculturas más curiosas de Madrid dedicada a la cultura popular
El Vecino Curioso es una de las esculturas menos conocidas de la capital, la cual conmemora una de las imágenes más frecuentes de la cultura popular española como los ancianos viendo las obras.
Una de las razones principales por las que practicar turismo es la de conocer un nuevo lugar a través de su cultura, su historia y sus tradiciones. Estas son visibles y palpables en la construcción de sus calles, plazas, edificios y cómo no, monumentos. Estos últimos conmemoran relatos del pasado a través de esculturas y figuras perfectamente modeladas y construidas.
No obstante, muchos de ellos no están dedicados a eventos importantes de la historia o disponen de un sentido simbólico extremadamente complejo, lo que los dota de una peculiaridad única. Muchas obras de este tipo están repartidas a lo largo de todas las ciudades de España, siendo una de ellas y como no podía ser de otra forma, Madrid.
La capital dispone de multitud de ubicaciones dignas de visitar. Aunque existen algunas que se presentan como las más frecuentadas, como el Museo del Prado o el Parque del Retiro, las más curiosas se encuentran ocultas para el gran público. El ejemplo más representativo de este caso es El Vecino Curioso.
Obra dedicada a la cultura popular
Se trata de una escultura de bronce realizada por el autor Salvador Fernández Oliva, al cual se le encargó para instalarla en las ruinas de la Iglesia de la Almudena, en la intersección de la Calle Mayor y Almudena, en el año 1999. Esta retrata a un hombre de edad avanzada apoyado en la barandilla que protege los restos de la Iglesia.
La estatua, la cual no dispone de pedestal al estar anclada al suelo, representa la curiosidad de los ancianos españoles por observar las obras en las construcciones. Estos suelen contemplar con descarada mirada como el proyecto va avanzando gracias al trabajo de los albañiles implicados en el mismo.
Los glúteos del varón esculpido están visiblemente desgastados, debido al toqueteo de los visitantes. Mientras que unos solo lo hacen por costumbre, otros afirman que esta sencilla acción produce suerte en todo el que lo efectúa. Asimismo, no representa a nadie en concreto, tratándose de la escultura de gente anónima más famosa de la capital.
Una de las razones principales por las que practicar turismo es la de conocer un nuevo lugar a través de su cultura, su historia y sus tradiciones. Estas son visibles y palpables en la construcción de sus calles, plazas, edificios y cómo no, monumentos. Estos últimos conmemoran relatos del pasado a través de esculturas y figuras perfectamente modeladas y construidas.
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