Esta es la montaña maldita a una hora de Madrid: leyendas de brujería, incendios y roca desnuda
Una montaña de la Sierra de Guadarrama esconde historias de brujas y un paisaje desolador que ha fascinado a los visitantes por siglos. Su perfil desafiante y oscuro mantiene vivos antiguos mitos
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A solo una hora de Madrid, una imponente montaña se yergue con un perfil sombrío y desafiante. Su historia, llena de leyendas de brujas, incendios devastadores y paisajes de rocas desnudas, ha capturado la atención de visitantes y locales por siglos. Su aspecto escarpado y su peculiar nombre evocan misterio y oscuridad, resonando entre los antiguos habitantes de los pueblos vecinos, quienes le atribuyen una fuerza hostil y maldita.
La Maliciosa, como se la conoce, es uno de los picos más emblemáticos de la Sierra de Guadarrama, ubicada entre La Pedriza y el Valle de la Barranca. Su nombre, cuenta la tradición, se remonta a la época medieval, cuando las gentes de la región la bautizaron así en referencia a las historias de una mujer misteriosa. Esta figura, conocida como La Maligna, era temida en los pueblos de los alrededores. Vivía en una casa pintada de negro y se decía que practicaba brujería, ascendiendo con facilidad la difícil pendiente de la montaña, hasta un jardín secreto que solo ella podía ver y disfrutar.
La maldición de La Maliciosa
Las leyendas de La Maliciosa describen cómo este jardín fue arrasado cuando los lugareños decidieron enfrentar a La Maligna. Según el mito, la bruja, enfurecida al ser descubierta, invocó un incendio tan feroz que no solo consumió su huerta y su jardín en lo alto de la montaña, sino que también dejó la cima despojada de vegetación, mostrando hoy en día un paisaje de granito desnudo, marcado por los elementos.
Su silueta alpina y desafiante la conecta con los misteriosos Montes Malditos de los Pirineos, especialmente con el Pico de la Maladeta. La montaña, cuya altitud alcanza los 2.227 metros, ofrece una vista inconfundible que ha sido inmortalizada en varias épocas. Desde referencias en el Libro de Montería de Alfonso XI, donde era mencionada como “la maldecida” por su escarpado y agreste terreno, hasta la pintura de Velázquez de 1635, en la que se percibe en el fondo como un toque místico en el retrato del príncipe Baltasar Carlos, La Maliciosa ha mantenido su aura de misterio.
Conocida también como La Monja cuando la nieve cubre su cima y le otorga un aspecto austero, La Maliciosa parece una figura religiosa desde ciertos ángulos, especialmente cuando el invierno le brinda un manto blanco.
Su geografía única y su legado de historias siniestras la colocan entre las montañas de España que más alimentan el imaginario colectivo, especialmente en épocas de leyendas y tradiciones, como es Halloween. Hoy, esta montaña sigue atrayendo a quienes buscan un ascenso desafiante y una historia fascinante, en una combinación que la convierte en un destino irresistible para montañeros y curiosos.
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