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Chozos de pastores como en 'Los tres cerditos': el plan de estos pueblos contra la crisis climática
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Chozos de pastores como en 'Los tres cerditos': el plan de estos pueblos contra la crisis climática

El Ayuntamiento de Cerceda, El Boalo y Matalpino instalará tres de estas construcciones antiguas para que sirvan de refugio para los senderistas

Foto: Chozos de Pastores que hicieron en el parque de Cerdeca. (Cedida)
Chozos de Pastores que hicieron en el parque de Cerdeca. (Cedida)

Granito, paja, madera y mucha paciencia. Tres pueblos del noroeste del Madrid, agrupados en el mismo Ayuntamiento, tienen un plan para combatir los efectos del cambio climático. Ni placas solares, ni plantación masiva de árboles, ni reducción de CO2. Estas localidades miran al pasado para actuar en el presente: quieren construir antiguos chozos de pastores que sirvan de refugio en caso de condiciones atmosféricas extremas. Domingueros, excursionistas y vecinos de la comarca se beneficiarán de esta peculiar medida contra el frío, el calor, la nieve o la lluvia.

“Los hay de tres tipos, como en Los tres cerditos, según los recursos de los que se dispusiera. De paja, de madera y de piedra”, señala el alcalde, Javier de los Nietos, ilusionado con el proyecto. Durante el mes de mayo se convocó a la población local para mostrar en vivo y en directo cómo se elaboran estas construcciones. “Esas fueron de paja cubiertas de madera y se pueden transportar”, señala. Antaño, algunos pastores recurrirían a estos chozos móviles para pasar la noche.

placeholder Javier de los Nietos. (Cedida)
Javier de los Nietos. (Cedida)

Fueron los propios vecinos los encargados de levantar las infraestructuras. La base, de palos de madera, era después recubierta de broza. De esta forma, pudieron hacerse una idea de cómo sería el proyecto final. "Era parte de la campaña de difusión del proyecto", señala el edil. Les ha funcionado.

No obstante, los definitivos que permanecerán en los tres pueblos serán de piedra, de granito, -“como los que se hacían en lo alto de la montaña”- y contarán con aperturas para que, durante la época estival, corra el aire en el interior. Se ubicarán en las zonas verdes más cercanas a las vías pecuarias de cada localidad.

Tienen un aspecto de base en forma de círculo, aunque el techo es triangular. Su interior puede albergar hasta tres o cuatro personas. Antes, los más sofisticados podían incluso tener chimenea para paliar el frío. No será el caso de los de El Boalo, donde la idea de pernoctar se dificulta, pero sí será posible permanece unas horas en su interior.

Foto: El calor de abril ha batido todos los récords. (EFE/Salas)

¿Los destinatarios? Residentes de El Boalo, Matalpino y Cerceda (la población social en torno a los 8.200); pero no solo eso. También podrán ser aprovechados por excursionistas para hacer un parón en el camino, o incluso los domingueros madrileños que quieran acercarse a conocer el entorno natural del noroeste de la región. Cuando estén los chozos terminados, se pretende diseñar una ruta de senderismo que conecten las tres infraestructuras de cuento.

placeholder Un ejemplo de chozo antiguo. (Cedida)
Un ejemplo de chozo antiguo. (Cedida)

El proyecto se enmarca dentro del Plan de Impulso al Medio Ambiente (PIMA) del Ministerio de Transición Ecológica. Desde el Gobierno central pretendían colaborar con la adaptación de zonas urbanas y periurbanas al reto climático y financiar los proyectos de los ayuntamientos. La adaptación de edificios públicos, el incremento de la biodiversidad urbana, la implantación de Zonas de Bajas Emisiones o la apertura de refugios climáticos eran algunas de las bases para optar a la ayuda.

Dentro de los mismos fondos PIMA se les ha concedido otra ayuda para un proyecto relacionado con la biodiversidad. La idea es potenciar los usos “agroecológicos tradicionales del paisaje rural”. Para ello, se implantarán huertos urbanos de uso social, recuperarán cultivos de secano como el cereal y los almendros, protegerán la fauna e instalarán comederos y bebederos para insectos. "¡Y recuperaremos los poyos!", señalan fuentes del ayuntamiento, refiriéndose a los bancos de madera, tierra o piedra que, por regla general, se encuentran adosados contra una pared. Hace años se utilizaban para facilitar la subida a los lomos de un caballo, aunque todo apunta a que esta vez servirán para que se sienten los vecinos.

placeholder Los vecinos haciendo un chozo de madera y paja este mes. (Cedida)
Los vecinos haciendo un chozo de madera y paja este mes. (Cedida)

Desde estos pueblos de Madrid apostaron por lo último: viajar a los viejos métodos del pasado para afrontar los problemas del presente y del futuro. La financiación se transfiere a través de las Comunidades Autónomas y, por parte del Ejecutivo municipal, han recibido 220.000 euros de los 750.000 totales de los que disponía toda la región. Están muy contentos.

El proceso de licitación iba a iniciarse este martes, pero debido a una baja laboral tuvo que alargarse unas horas. A partir de entonces, se espera que en seis meses esté la ejecución finalizada.

Esta idea de “recuperar lo tradicional” va de la mano de otros proyectos que inició el ayuntamiento. A finales de 2016, el consistorio apostó por crear un rebaño municipal de cabras del Guadarrama. Aunque siempre mirando por el bienestar animal. Fueron estas localidades las que iniciaron el Boloencierro, para sustituir las festividades de los toros con una bola de 179 kilos. Hubo que disminuir el peso del objeto porque algunas personas resultaron heridas leves, entre ellas, el propio alcalde.

Granito, paja, madera y mucha paciencia. Tres pueblos del noroeste del Madrid, agrupados en el mismo Ayuntamiento, tienen un plan para combatir los efectos del cambio climático. Ni placas solares, ni plantación masiva de árboles, ni reducción de CO2. Estas localidades miran al pasado para actuar en el presente: quieren construir antiguos chozos de pastores que sirvan de refugio en caso de condiciones atmosféricas extremas. Domingueros, excursionistas y vecinos de la comarca se beneficiarán de esta peculiar medida contra el frío, el calor, la nieve o la lluvia.

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