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El voto táctico, bajo el foco: dos partidos minoritarios podrían ser la llave de Cibeles
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MARTÍNEZ-ALMEIDA ENCABEZA LAS ENCUESTAS

El voto táctico, bajo el foco: dos partidos minoritarios podrían ser la llave de Cibeles

En un escenario de resultado ajustado entre bloques, es crucial que los terceros partidos, Ciudadanos y Unidas Podemos, superen la barrera del mínimo exigido para entrar en el ayuntamiento

Foto: Maestre y Almeida, en una imagen de 2018. (EFE/Mariscal)
Maestre y Almeida, en una imagen de 2018. (EFE/Mariscal)
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Madrid es una ciudad con las habas contadas. A grandes rasgos, el voto de la capital de España se divide en dos bloques idénticos: hay en torno a 800.000 electores que se decantan por los partidos progresistas y otros 800.000 que apuestan por formaciones conservadoras. Se puede, incluso, trazar una frontera geográfica: los distritos al sur de Latina votan a la izquierda y los que están al norte, a la derecha.

Esta dualidad tan marcada ha generado que el alcalde se decida por un puñado de votos en las últimas elecciones. No importa tanto quién gane como el rendimiento de su bloque. En 2015, Manuela Carmena perdió los comicios frente a la candidata del PP de Esperanza Aguirre, si bien el PSOE se impuso a Ciudadanos en la carrera por los segundos espadas de sus bloques. En la suma total, la izquierda aventajó en 42.000 apoyos a la derecha y Carmena pudo acceder a la alcaldía.

Las tornas se cambiaron en 2019, cuando Carmena se impuso a Martínez-Almeida por más de 100.000 votos, una ventaja que los socialistas desperdiciaron en su cara a cara con Ciudadanos. Quedó todo en manos de terceros partidos, que decantaron la balanza a favor del bloque conservador: Vox logró un 7,7% y cuatro concejales, mientras que la plataforma municipalista de Carlos Sánchez Mato, exconcejal de Economía y Hacienda de Carmena, se quedó lejos de alcanzar el 5% mínimo para acceder al ayuntamiento.

Cuatro años después, las encuestas vuelven a dibujar un escenario de máxima igualdad. Nadie pone en duda que Martínez-Almeida será el candidato más votado, pero la historia reciente nos dice que eso no bastará para asegurarse la alcaldía. Para llegar a Cibeles, es necesario asegurarse de que los 800.000 afines voten... y que su voto cuente.

Al respecto, dos partidos se presentan como llave para la gobernabilidad: Unidas Podemos y Ciudadanos. Los sondeos los sitúan en torno al 4% del voto, lo que los ubica a un paso de la incumbencia: si llegan al 5%, obtendrán tres concejales y serán la tercera fuerza en sumar a sus grupos. Pero si quedan por debajo, todos sus apoyos se perderán, dejando un agujero insalvable para su bloque.

Así, en los últimos días está cobrando fuerza la idea del voto táctico, que consiste en apoyar al tercer partido de un bloque con la intención de que supere el umbral y evitar que se pierdan una parte de los votos, como sucedió en 2019 con Sánchez Mato. El problema es que no es tan sencillo aplicarlo: "Conocemos bien el voto estratégico basado en la coalición; esto es, un votante del PSOE o del PP vota a Unidas Podemos o a Vox con el objetivo de que empujen a sus partidos hacia los extremos una vez se formen las coaliciones de gobierno", dice el politólogo Pablo Simón, profesor de la Universidad Carlos III. "Pero este voto estratégico es de una sofisticación mucho mayor: hablamos de votar a un tercer partido con el objetivo de que el bloque sume. Se necesita mucha información y mucha sofisticación política para llevarlo a cabo, lo que me induce a pensar que, si se da, será un fenómeno minoritario".

La cuestión es que no se necesita movilizar mucho voto estratégico para que cuadren las cuentas, aunque los casos de Unidas Podemos y Ciudadanos son distintos.

Unidas Podemos nunca ha comparecido con su marca en las municipales de la capital. Acudieron como Ahora Madrid en 2015 y apoyaron, en la recta final y con escasa convicción, a Sánchez Mato en las últimas elecciones. Su resultado es una incógnita acrecentada por el candidato, el atleta Roberto Sotomayor, a quien no conoce el 46% de los madrileños. Como muestra, un botón: Sotomayor necesita que le voten 10.000 personas más de los seguidores que tiene en Twitter para alcanzar el 5%, mientras que el resto de candidatos, al menos, triplica su cifra de followers.

No obstante, las encuestas confían en el tirón de la marca a nivel nacional, pronosticándole un suelo del 3,6%, lo que le permitiría jugárselo todo a última hora. "Sé que hay pique público entre los votantes de Más Madrid y los de Unidas Podemos, pero meter la papeleta es un acto privado. Los morados tienen que evitar que sus votantes para la Comunidad de Madrid, que sí parece que obtendrán representación, no opten por Más Madrid para la ciudad, pensando en el voto útil", explica Eduardo Bayón, consultor en comunicación política.

"En un sistema multipartidista, es necesario tener con quién pactar"

"En un sistema multipartidista, es necesario tener con quién pactar porque, si te quedas solo, es muy difícil que puedas gobernar", continúa Bayón. "Por eso no estamos viendo apenas ataques de Más Madrid a Unidas Podemos, porque saben que una desmovilización del electorado a su izquierda no les conviene en absoluto".

El peso de la marca

Más complicado, según los expertos, lo tiene Ciudadanos. La vicealcaldesa, Begoña Villacís, que sumó 312.000 votos hace cuatro años, se enfrenta ahora al abismo. Se da la paradoja de que, habiendo gobernado junto a Almeida, sus destinos no han hecho sino separarse: el alcalde mejorará sus resultados, pero pocos ven a Villacís con posibilidades siquiera de volver a Cibeles como concejala. "Es un clásico de las coaliciones: el grande se come al chico. Villacís ha sido la socia júnior en el ayuntamiento y no ha logrado la visibilidad que, por ejemplo, sí ha logrado Unidas Podemos en el Gobierno, muy preocupados por que se notase qué medidas venían de su lado".

"Por supuesto, también hay una cuestión de marca. Ciudadanos está en plena destrucción y se da por descontada su desaparición. Ante eso, poco puede hacer Villacís", prosigue Simón.

Para Ramón Mateo, director del gabinete de Incidencia Pública Bartlet, también hay una cuestión ideológica que perjudica a Ciudadanos: "Villacís pertenece al ala derecha de Ciudadanos: nadie cree a estas alturas que pueda pactar con la izquierda. Ha renegado de la condición de partido bisagra con la que nació Ciudadanos y su ideología se solapa con la de Martínez-Almeida en la percepción del votante. Ahora, su posición es complejísima: necesita tomar distancias con el PP para aglutinar parte del voto, pero ella misma ha formado parte de la corporación municipal, por lo que poco puede criticarla. El voto táctico, en este caso, puede pasar por irse al PP".

placeholder La vicealcaldesa de Madrid y candidata de Ciudadanos, Begoña Villacís. (Alejandro Martínez Vélez)
La vicealcaldesa de Madrid y candidata de Ciudadanos, Begoña Villacís. (Alejandro Martínez Vélez)

"Se está dando una fuga enorme de votos de Ciudadanos al PP, porque su discurso en Madrid es homologable. Esto ya lo vimos en la CAM en 2021, que fulminó a Ciudadanos, y eso que las políticas de Ayuso y Edmundo Bal se separaban mucho más que las de Almeida y Villacís", afirma Eduardo Bayón. "Se dan dos circunstancias que perjudican a la vicealcaldesa: que su base de votantes es la menos fiel de todos los partidos y que, en estos momentos, no hay mucho motivo para preferirla sobre Almeida. Gobernarán en coalición, pero su presencia no le va a radicalizar ni a moderar".

El investigador Alberto López ha creado, junto a la Universidad de Zúrich y el Ministerio de Educación de Suiza, Predilect, una bolsa de predicciones políticas. En torno a 300 sociólogos, politólogos y miembros de empresas sociológicas apuestan su dinero a los resultados electorales, lo que permite que conozcamos, más allá de las encuestas, la opinión de los expertos. "En las elecciones municipales de Madrid tenemos dos mercados: el de quién será alcalde y el de qué partidos minoritarios entrarán en Cibeles", relata a este periódico desde Ámsterdam. "En cuanto al alcalde, nuestra proyección dice que Martínez-Almeida tiene un 59% de opciones de reeditar el cargo, por un 40% de Rita Maestre. No obstante, es un margen que se va estrechando en los últimos días".

López coincide con el resto de los expertos cuestionados acerca de quién superará el umbral del 5%: "Unidas Podemos tiene más opciones que Ciudadanos. Creemos que hay un 42% de opciones de que Sotomayor entre, pero no Villacís. La siguiente opción, con un 27% de probabilidad, es que no entren ninguno de los dos, muy cercana a la posibilidad de que entren los dos. La última opción, con apenas un 5%, es que Ciudadanos consiga plaza y Podemos se quede fuera", afirma.

El duelo de segundos espadas

Rita Maestre, candidata de Más Madrid, se enfrenta al reto casi imposible de mantener las cifras de Manuela Carmena. Las encuestas le auguran que perderá en torno a un 6% de los apoyos respecto a la exalcaldesa, lo que en teoría la alejaría de la alcadía, de no ser porque cuenta con un aliado pétreo: el PSOE. Como el Partido Popular, los socialistas cuentan con una base sólida que les permite, presenten a quien presenten, moverse por encima del 14% de los votos. Son los aliados perfectos para un bloque, en tanto que no aspiran a ganar, pero tampoco pueden desaparecer.

Enfrente tienen al Vox de Javier Ortega Smith, también pétreo, pero con la mitad de apoyos en la capital. Para el bloque de la derecha, es vital que se mantengan, al menos, en torno al 8% del voto, de modo que Almeida se encuentra ante la necesidad de no responder a los ataques de Ortega Smith en campaña: "Almeida está obligado a lidiar con un discurso externo, el de Vox, que a menudo viene revestido de una gran teatralidad. Es claro que Vox tiene que intentar diferenciarse del PP, pero... ¿qué puede hacer Almeida? Serán sus principales socios en caso de ganar, pero tiene que intentar romper el tique Ayuso-Ortega en Madrid", dice Ramón Mateo.

En la última semana, Almeida está haciendo todo lo posible por que se le relacione con Ayuso: aparece junto a ella en los carteles electorales y amplifica sus mensajes contra el presidente del Gobierno. Incluso en las fiestas de San Isidro se pudo ver que el alcalde prefirió dar su rueda de prensa frente al furgón electoral de su jefa, cuando el suyo estaba disponible a pocos metros.

Por último, una duda gira en torno al comportamiento de los votantes del PP. Resulta obvio que Ayuso es mucho más popular entre los conservadores que el alcalde de Madrid, con el que además tuvo un duro enfrentamiento hace justo un año, en un proceso que terminó por decapitar la cúpula de Génova. "Las heridas entre ellos siguen ahí", explica el director de Bartlet. "Hace unos meses se azuzó una visceralidad que eliminó cualquier rastro de casadistas del Partido Popular. Almeida es de los pocos que siguen y considero que el efecto arrastre de Ayuso tendría más fuerza con otro candidato a la alcaldía, cualquiera que no se hubiera implicado contra la presidenta", dice Mateo.

"Hace un año, pensábamos que estas iban a ser las elecciones del cambio de ciclo, pero lo que estamos viendo es que no será así, sino que veremos pequeñas batallas en torno a plazas importantes. Hablo de Madrid, Valencia, Sevilla y Palma de Mallorca: la mayoría de ellas se decidirán en los últimos días y por detalles", termina Mateo.

Madrid es una ciudad con las habas contadas. A grandes rasgos, el voto de la capital de España se divide en dos bloques idénticos: hay en torno a 800.000 electores que se decantan por los partidos progresistas y otros 800.000 que apuestan por formaciones conservadoras. Se puede, incluso, trazar una frontera geográfica: los distritos al sur de Latina votan a la izquierda y los que están al norte, a la derecha.

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