Fin a la huelga indefinida de médicos en Madrid a 70 días de las elecciones

El comité de huelga de Amyts y la consejería de Sanidad han firmado este jueves el acuerdo definitivo que pone punto y final al paro indefinido de facultativos de Atención Primaria, que ha durado tres meses y tres semanas. La huelga arrancó el 21 de noviembre y han tenido que producirse 15 reuniones para llegar a un punto medio. Finalmente, las dos principales reivindicaciones sindicales han sido respondidas. Una limitación de las agendas y más sueldo. Los 5.000 de sanitarios de los centros de salud de Madrid cobrarán un complemento de 450 euros mensuales, que puede ampliarse en el caso de horas extraordinarias o trabajos en el turno de tarde. Este sustituirá a otro del que se beneficiaban algunos médicos por asumir un exceso de pacientes. "Estamos moderadamente satisfechos. Las medidas retributivas deben implantarse antes de la incorporación de los nuevos especialistas de Atención Primaria para incentivar los puestos", sentenció la secretaria de Amyts, Ángela Hernández.

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Además, accederán a un extra de 300 euros para quienes hagan tres o cuatro tardes semanales. Y para quienes tengan en turno vespertino fijo, 500 euros más. “Desde el principio dijimos que queríamos rescatar el turno de tarde y en ese objetivo se ha avanzado”, declaró el sindicato.

En cuanto a las agendas, se fijarán en 30 para médicos de familia –y cuatro urgencias– y 20 para pediatras –y también cuatro urgencias–. Se dedicarán entre 10 y 15 minutos por paciente respectivamente, sin pasar de la media hora de consulta. “Hemos llegado a un terreno donde no hay ni vencedores ni vencidos”, señaló la secretaria general de Amyst, Ángela Hernández, minutos antes de entrar a este último encuentro. Además, se pone sobre la mesa la implantación progresiva de los turnos mixtos.

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Los médicos argumentaban que era necesario un aumento de retribuciones –especialmente en turnos de tarde– para evitar la fuga de cerebros. Un 20% de las plazas de médicos de familia y un 30% de pediatría están actualmente sin cubrir en la Comunidad de Madrid, suponiendo más de un millón de residentes no dispongan de doctor asignado. En estos meses se han producido 15 reuniones, dos encierros, decenas de protestas frente a los centros de salud más castigados de la región y dos multitudinarias manifestaciones que consiguieron congregar 200.000 y 250.000 personas en defensa de la sanidad pública.

A propósito de la resolución del conflicto, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, expuso este jueves en la Asamblea de Madrid que "no tenía sentido esta situación" y han alcanzado "un acuerdo con los médicos de Familia y Pediatría en Atención Primaria y esto es un paso más por todo lo que queda por hacer por la sanidad pública madrileña". Después de la reunión, la líder del Ejecutivo regional declaró que "la sanidad es la joya de la corona y vamos a seguir mejorándola, sin necesidad de huelgas. Sigamos hablando". En total, la CAM afirma que ha invertido 200 millones de euros para mejorar las condiciones de los centros de salud.

Tira y afloja

El camino hasta aquí no ha sido fácil. La primera semilla del descontento germinó en los antiguos centros hospitalarios de urgencia, ahora denominados PAC. Cerraron durante la pandemia y su reapertura avecinó el desastre: algunos de ellos solo contaban con asistencia médica por teleasistencia, algo que no gustó en absoluto a los sanitarios. Empezó así una nueva marea blanca que se expandió, también, al resto de Comunidades Autónomas. La diferencia es que, si bien el resto consiguieron resolver sus diferencias en semanas, Madrid se ha extendido durante meses. Las jubilaciones, el desencanto por sus condiciones laborales y la fuga de cerebros terminó de gestar un malestar generalizado en los pasillos sanitarios. El 12 de noviembre se congregaron más de 200.000 personas en el centro de la capital en defensa de la sanidad pública.

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La administración reaccionó alegando que muchos de los asistentes de la manifestación ni siquiera eran madrileños y que era una concentración politizada. El argumento se ha mantenido hasta ahora. Básicamente, la CAM consideraba que el conflicto sanitario era una bala perfecta para la izquierda para arremeter contra el Ejecutivo de Ayuso. Más aún cuando se filtró un audio interno de una sindicalista tras una reunión con profesionales en huelga. En este, se barajaba la posibilidad de alargar el paro facultativo hasta las elecciones, algo que no sentó nada bien a la Comunidad.

Ahora, las aguas parecen haberse calmado. Además se creará una comisión de seguimiento, en la que participará la Gerencia de Atención Primaria y el Comité de Huelga, que se reunirá bimensualmente. "Este acuerdo da tranquilidad a los pacientes, a los madrileños y asegura la normalidad a un sistema sanitario que aún tiene mucho camino por delante para mejorar", señaló la presidenta.