Ayuso es muy mala, pero el frío es peor
El escrache a la presidenta en la Complutense fracasó, con más sobreactuaciones que otra cosa. La de Eli, la alumna que despreció su título ante todos, fue de matrícula
El escrache a Isabel Díaz Ayuso en la Complutense quedó muy lejos de las expectativas de los promotores. Cuando uno convoca a sus compañeros como en mayo del 68 se presupone, como mínimo, que la calle sea un clamor. Pero no. La manifestación contra la presidenta madrileña y su título de 'alumna ilustre' de la universidad fue un fracaso. El dispositivo de seguridad impidió este martes el acceso a toda persona ajena a la facultad de Ciencias de la Información, blindada por la Policía, pero protestar al raso en plena ola polar es otra historia. En torno a las diez de la mañana, cuando estaba prevista la concentración, se contaban casi más antidisturbios y periodistas que estudiantes en la zona. Porque Ayuso es muy mala, pero el frío es peor.
El reconocimiento a la dirigente del PP de Madrid, muy cuestionado por un sector de la comunidad docente, generó una enorme polémica los últimos días. Organizaciones juveniles de izquierdas, como el Sindicato de Estudiantes, Pan y Rosas o A Contracorriente, movilizaron a los suyos para un escrache digno de los tiempos del 15-M. Pero nada más lejos de la realidad. El seguimiento en la calle fue menor, con apenas unas decenas de jóvenes congregados en el Metro de Ciudad Universitaria. La cita solo se acercó a lo que prometía en el interior de la facultad, al calor de la revuelta estudiantil y los radiadores.
La Universidad Complutense, como ya advirtió este lunes, prohibió el paso a cualquier persona ajena a la facultad de Ciencias de la Información o sin acreditación. Para acceder al recinto había que pasar un doble control. Agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional solicitaban los permisos en un primer filtro, confirmado después por la seguridad privada de la institución. En el vestíbulo del edificio principal se concentraban dos grupos que en ningún caso superaron la treintena. A un lado, simpatizantes populares, con el nuevo líder de NNGG Madrid, Ignacio Dancausa, a la cabeza. Al otro, estudiantes críticos con la gestión del PP en la Comunidad de Madrid. No hubo más que el clásico intercambio de cánticos, la mayoría al límite de la frivolidad. "¡Libertad!" frente a "fuera fascistas de la universidad".
La protesta pecó de sobreactuación en ambos frentes. Y la de Elisa Lozano, la alumna que despreció su título ante todos, fue de matrícula. Eli, como ella se presentó, obtuvo el pasado curso la mejor nota de su promoción, con un 9,28 en Comunicación Audiovisual. "Este premio no lo quiero para absolutamente nada. ¿Para qué lo quiero?", preguntó al auditorio, entre la sorpresa de los asistentes y el rector, Joaquín Goyache. Eli confesó que no tenía pensado ir a recoger la distinción, pero al final cedió en nombre de no se sabe muy bien qué.
Así, declaró su amor a la comunicación audiovisual y al "cine político", pero confundió la realidad con las películas y la crítica con la irreverencia. "Estoy harta de que esto se valore con notas, con votos, con títulos y con dinero", añadió. Acto seguido, dio rienda suelta a sus impulsos y cargó con dureza contra Isabel Díaz Ayuso y contra la propia institución. También contra las figuras paternas cuando daba las gracias a su madre. "¿Alguien sabe mi nombre? El de Ayuso sí", continuó, para acabar defendiendo a los compañeros concentrados. "Ayuso, pepera, los ilustres están fuera", concluyó entre el reproche generalizado y algún aplauso aislado.
Eli, la alumna con mejor nota en Comunicación Audiovisual, renegó de su título ante todos: "Ayuso, pepera, los ilustres están fuera"
Isabel Díaz Ayuso apenas se detuvo en Eli. Solo lamentó que ella y otros estudiantes tengan que vivir momentos de "tirantez" en la universidad, de nuevo en el centro de la polémica por ciertos comportamientos. La presidenta de la Comunidad de Madrid hizo un nuevo alegato por la libertad y la convivencia tras las críticas recibidas por su reconocimiento, injustificado para una parte de la facultad, con casi 1.500 firmas en su contra. "Pocos lugares deben ser plurales como la universidad. La libertad se protege ejerciéndola", subrayó durante su discurso, tras ser condecorada junto al resto de antiguos alumnos de Ciencias de la Información: Arturo Pérez-Reverte, Almudena Ariza, Ángel Expósito, el actor Antonio de la Torre, Rafa Antón, Xurxo Torres y Miguel Trillo.
La dirigente popular dijo sentirse inspirada en los malos momentos por la canción Peces de Ciudad, de Joaquín Sabina, que dice que no debes volver al lugar donde una vez fuiste feliz. Ayuso regresó a su pasado universitario y al menos en apariencia esbozó una enorme sonrisa frente a los insultos de "asesina" de los manifestantes. Fue el único pico de tensión en el pretendido escrache, que no cogió temperatura hasta acabar el acto. Para entonces la asistencia en el edificio principal de la facultad ya era notable y la policía tuvo que personarse en el exterior para evitar que la cosa fuera a mayores.
El tono había subido unos cuantos decibelios y ya nadie parecía ajeno a la protesta. Ni siquiera algunos profesores y trabajadores de la universidad. Allí estaba Rommy Arce, una de las ediles más cuestionadas de Manuela Carmena, arrinconada incluso por la exalcaldesa por la forma y el fondo de su gestión. Liberada de sus responsabilidades como concejal, lanzó algún grito contra los policías y los chavales de NNGG, como una estudiante oprimida más en la Complutense. Lo cierto es que la sobreactuación también fue su fuerte en Cibeles y nunca midió sus palabras por el cargo que ostentaba.
Con la marcha de Ayuso, escoltada entre una nube de cámaras y estudiantes, se acabó la función en la Complutense. Y con la salida de la Policía del campus, también el circo hasta nueva orden. Los comentarios sobre la jornada se concentraban ya en la cafetería, sin gritos ni consignas. Y al calorcito.
El escrache a Isabel Díaz Ayuso en la Complutense quedó muy lejos de las expectativas de los promotores. Cuando uno convoca a sus compañeros como en mayo del 68 se presupone, como mínimo, que la calle sea un clamor. Pero no. La manifestación contra la presidenta madrileña y su título de 'alumna ilustre' de la universidad fue un fracaso. El dispositivo de seguridad impidió este martes el acceso a toda persona ajena a la facultad de Ciencias de la Información, blindada por la Policía, pero protestar al raso en plena ola polar es otra historia. En torno a las diez de la mañana, cuando estaba prevista la concentración, se contaban casi más antidisturbios y periodistas que estudiantes en la zona. Porque Ayuso es muy mala, pero el frío es peor.
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