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La cesta de la compra de los hippies: así luchan estos madrileños contra las grandes superficies
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"buena calidad, buenos precios, buena gente"

La cesta de la compra de los hippies: así luchan estos madrileños contra las grandes superficies

La Osa, en el barrio de Tetuán, tiene un objetivo claro: consumir de forma “consciente” y con productos de calidad. Para acceder hay que ser cooperativista y trabajar tres horas al mes

Foto: Arantxa y Rubén, a veces cajeros, a veces clientes. (A.F.)
Arantxa y Rubén, a veces cajeros, a veces clientes. (A.F.)

"¡Cóbrale las naranjas a esta chica!", dice Villa, un hombre de mediana edad y el gurú del supermercado La Osa, una cooperativa de casi 1.400 socios en la ciudad de Madrid. Habla con Arantxa, una de las participantes del proyecto participativo. Villa es la cabeza pensante de este gran local que alberga productos de todo tipo, pero más ecológicos. La idea es que los vecinos de Tetuán puedan acceder a productos de cercanía y calidad con un consumo "responsable". Una filosofía anti grandes superficies y formas de explotación alimenticia para ingerir productos más saludables.

Pero para acceder, hay que registrarse, pagar una cuota de 100 euros al año y trabajar tres horas al mes. "De esta forma, a veces estoy yo de cajera y otro día me atiende otro vecino, es una gran familia", señala Arantxa. La sensación es de que se llevan todos genial. Hablan por los pasillos mientras hacen la compra: pasta a granel, espinacas de Gumendi y huevos de una ecogranja de Palencia. La revolución cooperante ha llegado y Tetuán quiere transformar la industria. Un universo distópico con tomates de la huerta y leche (casi) recién salida de la vaca. Pero, ¿está funcionando?

Foto: Los supermercados trasladan la bajada del IVA. (EFE/Zipi Aragón)

El ecosuper lleva en funcionamiento desde finales de 2019. La llegada de la pandemia, asegura Villa, les afectó "muchísimo". Poco a poco, se han ido instalando en el barrio y aseguran que "los comercios locales son nuestros aliados, no nuestros enemigos". Pero todo iba a ser ecofriendly. En tiempos de inflación y alza de precios, deben ajustarse a los gustos y poder adquisitivo de todos los vecinos. Incluyen, también, otro tipo de marcas. "Sabemos que algo no funciona cuando coge polvo. La coca-cola siempre se vende, y aunque haya gente en contra, tenemos que adaptarnos a todos".

La cuestión es que, en la mayoría de los casos, los productos 'bio' suelen ser más caros

La cuestión es que, en la mayoría de los casos, los productos bio suelen ser más caros. Se suman varios factores que afectan a La Osa. La escalada de precios de los últimos meses afecta de lleno a las familias más vulnerables; aunque la tasa de variación anual del IPC de diciembre se sitúa en el 5,7%, más de un punto por debajo del mes anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística. No obstante, el dato más preocupante que arrojó el INE el pasado 13 de enero fue precisamente el coste de los alimentos: registraron la tasa más alta desde el 1994, con un 15,7% interanual.

placeholder Villa, muy feliz con las naranjas valencianas. (A.F.)
Villa, muy feliz con las naranjas valencianas. (A.F.)

Eso, teniendo en cuenta la ubicación geográfica del supermercado, entorpece en cierto modo su expansión. No todos en el barrio pueden pagar los precios de los productos sostenibles. "Hay que poner en balanza la calidad y el precio", continúa Villa. Y por eso, también, la variedad de productos. Un vecino puede comprar la carne más saludable pero llevarse un bote de tomate Orlando. "Lo que buscamos es que no tengas que ir luego a otro supermercado a lo que te falta. Nuestro principal fuerte es la gente del barrio", señala.

Desde la OCU ven el fenómeno como una opción que podría consolidarse si se extiende a más barrios

Tetuán tiene una población de 157.433 habitantes. A los cooperantes de La Osa les gustaría seguir creciendo dentro de la zona, aunque los participantes vienen incluso de otros barrios. Es el caso de Rubén, que se desplaza desde El Pilar para hacer la compra. "Si voy a otro súper, me siento mal. Comprar hay que comprar, pero aquí me siento más responsable", señala. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ven el fenómeno como una opción que podría llegar a consolidarse si se extiende a más barrios. "Ahora mismo hay muy pocos supermercados y los cooperativistas muchas veces participan más por activismo que por conveniencia, especialmente si tienen que desplazarse a hacer la compra a un barrio diferente".

placeholder Todo tipo de marcas de tomate frito. (A.F.)
Todo tipo de marcas de tomate frito. (A.F.)

Pero lo cierto es que trabajar en el propio establecimiento no es una opción para todos. "Por calidad, tipo de oferta y precios no son una mala opción, pero exigen un compromiso añadido en horas de trabajo, que pierde un poco su sentido si no hay una relación de compra habitual", continúan desde la organización. Eso es precisamente lo que le chirría al profesor de finanzas del Centro de Estudios Financieros de Madrid, Juan Fernando Robles. "Como iniciativa está muy bien, pero no todo el mundo puede dedicar tiempo a trabajar en el sitio donde compra". Considera que más allá de su nicho de mercado, no tiene mucho recorrido. "Diría que es algo marginal. La gente intenta cosas y me parece muy loable, pero el mercado es más agresivo".

Arantxa explica que se asoció porque quiere pagar “justamente” teniendo en cuenta los costes de producción

Quienes forman parte de La Osa apelan especialmente a una cuestión de prioridades. Si bien los precios son discutibles, la calidad no lo es tanto. Arantxa explica que se asoció porque quiere pagar "justamente" teniendo en cuenta los costes de producción de ganaderos, agricultores y proveedores. "Básicamente, cambias pagar un producto de cercanía, a sí que te ahorras el coste del transporte de la cadena de suministros, por ejemplo", señala Villa. Arantxa empezó a participar en diciembre de 2019, apenas dos meses después del inicio del proyecto. "Me gustaba no solo alimentarme bien, sino estar con gente con los mismos intereses que yo. Además, el tiempo no es para tanto. Son tres horas el mes y ya aprovechas y haces la compra grande".

Tres euros más que Mercadona

El coste de la cesta de la compra de los hippies varían, como todo hijo de vecino, en función de los productos que se escojan. Dentro de lo ecológico, llevamos 3 naranjas, un litro de leche, 4 huevos, carne de pavo, espinacas, una hogaza de pan de 500 gramos, una tableta de chocolate. En lo convencional, cogemos cuatro latas de Mahou y un paquete de azúcar. El tique final es de 21,96 euros.

placeholder Una compra de 21,96€. (A.F.)
Una compra de 21,96€. (A.F.)

La cuenta en Mercadona, con los mismos productos, desciende a 18 euros, sin obviar que hay 3 kilos de naranjas y 6 huevos. "A veces parece muy caro, pero muchas veces el coste varía solo un euro", señala Villa. En este caso, han sido tres. El fenómeno se produce precisamente cuando multitud de clientes han denunciado en redes sociales que este supermercado convencional ha incrementado notablemente los precios en las últimas semanas.

Los datos no dicen lo mismo. La OCU apuntó el pasado 17 de enero que, a grandes rasgos, todos los súper estaba cumpliendo con la rebaja del IVA en productos básicos. "Podemos concluir de nuestro somero sondeo online que en la mayor parte de los casos se ha hecho bien la transición de precios y en algunos casos, incluso, se ha ido un poco más allá", señalan en su web. Además, este artículo de El Confidencial matiza que no todas las bajas se realizaron de forma homogénea e inmediata; pero que los productos no afectados no han incrementado su precio para compensar la pérdida del 4% de IVA (efecto anticipación). Villa reivindica que La Osa, además de aplicar la rebaja del IVA, redujeron un 3% el margen comercial. De esta forma, se están acumulando dos medidas diferentes que pueden hacer que sí se note en el bolsillo del consumidor a diferencia de la competencia. La Osa tiene un 23% de margen medio.

El futuro es incierto, pero Villa es optimista. Mantiene que cada vez son más los ciudadanos que se preocupan por su alimentación y por un consumo sostenible. "Nuestro lema es buena calidad, buenos precios y buena gente".

"¡Cóbrale las naranjas a esta chica!", dice Villa, un hombre de mediana edad y el gurú del supermercado La Osa, una cooperativa de casi 1.400 socios en la ciudad de Madrid. Habla con Arantxa, una de las participantes del proyecto participativo. Villa es la cabeza pensante de este gran local que alberga productos de todo tipo, pero más ecológicos. La idea es que los vecinos de Tetuán puedan acceder a productos de cercanía y calidad con un consumo "responsable". Una filosofía anti grandes superficies y formas de explotación alimenticia para ingerir productos más saludables.

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