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Los médicos de Madrid elevan la presión tras un mes de huelga y con las negociaciones enredadas
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ATENCIÓN PRIMARIA Y PEDIATRÍA

Los médicos de Madrid elevan la presión tras un mes de huelga y con las negociaciones enredadas

Este jueves se retomaron las negociaciones entre el Comité de Huelga y la Consejería de Sanidad tras semanas sin avances: "Vamos a encerrarnos hasta que venga alguien que sí que pueda hablar de problemas y soluciones"

Foto: Miembros de Amyts, sindicato convocante de la huelga indefinida de médicos de Familia y Pediatras en Atención Primaria. (EFE/Zipi Aragon)
Miembros de Amyts, sindicato convocante de la huelga indefinida de médicos de Familia y Pediatras en Atención Primaria. (EFE/Zipi Aragon)

La clave para desencallar la huelga que desde hace un mes mantienen médicos y pediatras de Atención Primaria en Madrid está en el dinero. O más bien, en la inversión. El enredo en las negociaciones entre el Comité de Huelga, encabezado por el sindicato Amyts, y la Consejería de Sanidad para frenar las protestas que suscriben casi 5.000 facultativos va camino de convertirse en un tren sin rumbo. Los primeros piden aumentar el presupuesto en centros de salud para contratar más personal y mejorar las condiciones asistenciales, mientras los segundos abogan por encontrar otras soluciones. "En todo hay un acuerdo, pero el sindicato siempre se descuelga porque quiere más dinero", reprochó este jueves en la Asamblea el consejero, Enrique Ruiz Escudero.

Tras dos semanas de contacto cero entre ambas partes, el jueves se fraguó una reunión in extremis que trajo algunas sorpresas. Como, por ejemplo, el golpe sobre la mesa de los representantes médicos al ver que no había acercamiento alguno. "Vamos a encerrarnos hasta que venga alguien que sí que pueda hablar de problemas y soluciones", anunció en un breve receso la portavoz de Amyts, Ángela Hernández. Un encierro que en la noche de este jueves aún continuaba (comenzó en torno a las 13.30 horas) y llevó incluso a la Policía Nacional a personarse en las dependencias de la Consejería, donde tenían lugar las conversaciones.

La delegada de Atención Primaria de Amyts, Susana Rodríguez de Cos, reprochó que la Comunidad de Madrid y la Consejería de Sanidad hubiese señalado al sindicato médico encerrado en la Consejería y les hubiese tachado de "okupas". "No nos queda otro remedio que permanecer aquí encerrados hasta que nos den las garantías necesarias de negociación", apuntó. "Por el momento, nadie ha acudido a negociar", remarcó por la tarde la portavoz de Amyts.

No es la primera vez que los sindicalistas reclaman un "interlocutor válido" durante las negociaciones. Aunque en frente tenían a la directora general de Recursos Humanos, al director general de Procesos Integrados y a la gerente de Atención Primaria desde hace dos meses –la anterior dimitió a pocos días de ponerse en marcha el polémico nuevo modelo de urgencias extrahospitalarias–, esgrimieron que el debate no era real, y que los representantes enviados por la Comunidad de Madrid no tenían margen de negociación. "Están ahí, convidados de piedra", criticó Amyts durante el receso.

Pocas horas antes de comenzar el nuevo cara a cara entre la Administración madrileña y los médicos, alrededor de una decena de sindicatos, asociaciones y organizaciones sanitarias de toda índole se reunían en la sede de Amyts para exhibir fuerza y unidad ante la prolongación de la huelga. Allí acudieron para denunciar el burnout –las consecuencias fisiológicas del desgaste profesional– al que según ellos se ven abocados muchos especialistas por las condiciones laborales en Medicina de Familia y Pediatría.

Foto: Huelga de los médicos de Familia y pediatras de Madrid. (EFE/Daniel González)

Las dificultades para la conciliación en Atención Primaria, las trabas burocráticas para ofrecer consulta, las vacantes sin cubrir entre especialistas –cosa que la Comunidad siempre atribuyó a una escasez genérica de facultativos– fueron nuevamente cuestiones sobre la mesa. Y en los presupuestos autonómicos está una de las principales claves: si la Administración no es capaz de destinar al menos 42 millones de euros más para financiar la Atención Primaria madrileña, no habrá forma de llegar a un acuerdo. En concreto, reclaman que este dinero sirva en su totalidad para contratar y pagar al personal: 12 millones para cubrir todos los turnos de tarde, y el resto para "complementos económicos", sin llegar a especificar más.

Si ese dinero no llega, la huelga no parará. Esa fue la reivindicación y principal línea roja de los facultativos para dar cerrojazo a las protestas. Pero, eso sí, también advirtieron que no con ello se solucionarán todas las carencias económicas que a su juicio arrastra la Atención Primaria. La situación ha llegado a un punto tan complejo que lo óptimo para ellos sería destinar hasta una cuarta parte de todo el presupuesto autonómico, que para el próximo año se ha cifrado en unos 25.700 millones de euros.

Foto: Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid. (EFE/Víctor Lerena)

No obstante, las cuentas autonómicas no están aseguradas. A la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que hasta ahora siempre tuvo garantizada su aprobación gracias al respaldo de Vox, se le está complicando el final del año. Los de Rocío Monasterio ya han anunciado que votarán en contra de la propuesta presupuestaria de la Comunidad de Madrid, algo que ha desatado un enfrentamiento abierto entre las dos formaciones.

Son los dos principales frentes que tiene la líder madrileña a las puertas del año electoral. Las protestas de la marea blanca y los rifirrafes con Vox. En Amyts fueron claros al decir que el fin de las protestas estará ligado a una mayor inversión sanitaria, pero la financiación ha sido precisamente la patata caliente durante todas las negociaciones.

La clave para desencallar la huelga que desde hace un mes mantienen médicos y pediatras de Atención Primaria en Madrid está en el dinero. O más bien, en la inversión. El enredo en las negociaciones entre el Comité de Huelga, encabezado por el sindicato Amyts, y la Consejería de Sanidad para frenar las protestas que suscriben casi 5.000 facultativos va camino de convertirse en un tren sin rumbo. Los primeros piden aumentar el presupuesto en centros de salud para contratar más personal y mejorar las condiciones asistenciales, mientras los segundos abogan por encontrar otras soluciones. "En todo hay un acuerdo, pero el sindicato siempre se descuelga porque quiere más dinero", reprochó este jueves en la Asamblea el consejero, Enrique Ruiz Escudero.

Salud Isabel Díaz Ayuso