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Velas y lágrimas por William, el adolescente asesinado a tiros frente a su casa en Villaverde
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Velas y lágrimas por William, el adolescente asesinado a tiros frente a su casa en Villaverde

Sus amigos han hecho un altar-homenaje con fotografías y pintadas en el lugar donde perdió la vida. Sus allegados niegan su pertenencia a las bandas, pero las hipótesis policiales le relacionan con los Trinitarios

Foto: Operativo del Samur para intentar salvar la vida de William. (EFE)
Operativo del Samur para intentar salvar la vida de William. (EFE)

“William no tenía nada que ver con eso, era la persona más buena del mundo”, dice Elena, una joven del distrito de Villaverde íntima del adolescente de 15 años asesinado la noche del domingo en la calle Angosta del mismo barrio. Habían quedado varios amigos en "el parquecito" al final de la tarde, a la altura del número cuatro de la misma calle. Estaban sentados en las mesas del parque, frente al colegio San Carlos, cuando Elena y otra amiga suya fueron a comprar algo de beber a un bazar cercano en torno a las once de la noche. En ese momento escucharon mucho ruido. “Eso no son petardos”, le dijo Elena a su amiga. Escasos segundos después recibió una llamada. “Han pegado un tiro a William”, dijeron al otro lado del teléfono. Cuando llegó, su amigo estaba tendido en el suelo en un charco de sangre.

Lo cuenta entre lágrimas frente al altar-homenaje que han organizado en el lugar de los hechos. Más de 10 velas blancas y rojas, fotografías en la pared, y pintadas con spray donde se puede leer el nombre del joven en color rojo; aunque no siempre le llamaban William. Le apodaron Onguito, por su razonable parecido al cantante urbano dominicano, de donde también era originario el adolescente. Se trata, según Delegación del Gobierno, del último homicidio relacionado con bandas juveniles violentas en la región. Las principales hipótesis de los investigadores relacionan a la víctima con los Trinitarios y al agresor con los Dominican Don't Play (DDP), los dos grupos mayoritarios de la Comunidad de Madrid y protagonistas de las disputas de los últimos meses.

William estudiaba cuarto de la ESO en el Colegio Comunidad Infantil, a escasos 100 metros del parquecito donde fue tiroteado. De hecho, ese centro de estudios había recibido charlas preventivas de expertos sobre las bandas juveniles. Todos sus allegados se han acercado al altar a pesar de la lluvia y el frío de la mañana de este lunes.

Foto:  Foto: Emergencias Madrid

Los testigos relatan que un chico "muy bajito" con una mascarilla se acercó a la mesa donde estaba William y le pegó un tiro. El agresor huyó hacia la parada de metro de San Cristóbal y todavía no ha sido detenido por la Policía Nacional, según fuentes de la investigación. El adolescente entró en parada cardiorrespiratoria y los sanitarios del Samur trataron de reanimarle durante 35 minutos, pero no pudieron hacer nada por salvar su vida. Otro joven, de 21 años, también fue tiroteado en la disputa y fue trasladado al hospital 12 de octubre en estado grave. Evoluciona favorablemente.

Los amigos del fallecido niegan que William Bonilla Vargas tuviera ninguna vinculación con las bandas juveniles, pero la policía investiga el suceso como un posible ajuste de cuentas entre los grupos de los Trinitarios y los Dominican Don’t Play, ambos mayoritarios en la región. Rodrigo llevaba un año sin ver a William, pero le extraña que pudiera tener contacto con las bandas porque era “un chico muy tranquilo”; a veces quedaban para jugar al baloncesto en Palomeras. Una “venganza” es la hipótesis principal que barajan los investigadores. Al parecer, los agresores tenían a la víctima en el punto de mira.

“La madre está destrozada”, continúa Elena. De hecho, residen justo enfrente del parquecito y Jackelin, su madre, tuvo que recibir ayuda psicológica después del suceso. Elena también fue testigo de un machetazo a otro de sus amigos la noche de Halloween. Ninguno sabe explicar qué está pasando en el barrio. De confirmarse la vinculación de William con las bandas, se trataría del sexto fallecido por este tipo de enfrentamientos en lo que va de año, pero esta vez con armas de fuego de por medio. De esta forma, la espiral de violencia se agrava con el uso de pistoles, además de machetes y cuchillos.

Foto: Pepe, jugando en escuela de fútbol CIUDAD DE GETAFE

El suceso se produce exactamente 10 meses después del asesinato de Jaime G., un joven también de 15 años apuñalado en Atocha y que provocó que las bandas juveniles volviesen a estar en el punto de mira de la policía. Sus amigos continúan recordándole en redes sociales y, en su caso, se confirmó que tenía un vínculo con los Trinitarios. Este crimen desató una preocupación en la sociedad. Una madre de dos hijos de apenas 13 años matriculados en el mismo centro que William destaca que "le podría haber pasado a cualquiera" y teme que le pueda ocurrir a los suyos. Apenas dos meses antes de la muerte de Jaime G., la Delegación del Gobierno puso en marcha un Plan Antibandas que se vio reforzado con más de 500 agentes tras el suceso de febrero. En estos meses, la Policía Nacional ha detenido a 1.400 personas, identificado a más de 100.000 e intervenido 646 armas. En la actualidad, entorno a un 40% de los integrantes de estos grupos juveniles son menores de edad, con edades comprendidas entre los 12 y los 23 años, y el 90% de sus integrantes son de nacionalidad española.

"Con carácter general, son encuentros fortuitos entre miembros de bandas rivales los que acaban en agresiones [...] algunas de estas se producen en estaciones de Metro o Renfe porque, al ser menores de edad, se desplazan en transporte público y pueden coincidir en tiempo y lugar con miembros de bandas rivales”, relató la Delegada. Por su parte, el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, instó a González a actuar ante el "repunte" de sucesos en la capital "activando todos los protocolos". En este sentido, Delegación aseguró que el plan "no va a parar hasta que cese la actividad delictiva de estos grupos violentos".

“William no tenía nada que ver con eso, era la persona más buena del mundo”, dice Elena, una joven del distrito de Villaverde íntima del adolescente de 15 años asesinado la noche del domingo en la calle Angosta del mismo barrio. Habían quedado varios amigos en "el parquecito" al final de la tarde, a la altura del número cuatro de la misma calle. Estaban sentados en las mesas del parque, frente al colegio San Carlos, cuando Elena y otra amiga suya fueron a comprar algo de beber a un bazar cercano en torno a las once de la noche. En ese momento escucharon mucho ruido. “Eso no son petardos”, le dijo Elena a su amiga. Escasos segundos después recibió una llamada. “Han pegado un tiro a William”, dijeron al otro lado del teléfono. Cuando llegó, su amigo estaba tendido en el suelo en un charco de sangre.

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