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Las visitas al Valle de los Caídos se desploman un 60% tras la exhumación de Franco
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El monumento cotiza a la baja

Las visitas al Valle de los Caídos se desploman un 60% tras la exhumación de Franco

El interés de Ayuso por proteger la cruz y la negociación del Gobierno para sacar a los monjes benedictinos resucitan la polémica en torno al enclave, que ha perdido interés turístico en los últimos años

Foto: Basílica del Valle de los Caídos durante el 20 de noviembre de 2019. (Reuters/Javier Barbancho)
Basílica del Valle de los Caídos durante el 20 de noviembre de 2019. (Reuters/Javier Barbancho)

El Valle de los Caídos vuelve a estar en el centro de la polémica tres años después de la exhumación de Francisco Franco. Isabel Díaz Ayuso anunció la semana pasada su intención de blindar por ley la gigantesca cruz del enclave ante una hipotética actuación del Gobierno de Pedro Sánchez. Y es el propio Ejecutivo quien, como reveló El Confidencial, negocia con la Iglesia la salida de los monjes benedictinos que administran la basílica. La realidad, sin embargo, es que el interés popular por el rebautizado como Valle de Cuelgamuros hace tiempo que cotiza a la baja. Las visitas se han desplomado significativamente en los últimos años, y, desde la salida del dictador, los turistas que acuden al monumento han caído en un 60%.

Sánchez encontró en el Valle de los Caídos una de sus banderas antes de las elecciones generales de noviembre de 2019, y Ayuso está dispuesta ahora a dar la réplica a la Ley de Memoria Democrática con el apoyo de Vox. La polémica y la batalla ideológica se mantienen como reclamo electoral, pero el monumento ha perdido atractivo. Si se toman como referencia los últimos cinco años, según las cifras facilitadas por Patrimonio Nacional, se observa que en 2022 no se llega ni a la mitad de los visitantes de 2018. El enclave recibió entonces un total de 378.875 turistas, mientras que este ejercicio hubo 152.481, contando desde el 1 de enero hasta el 31 de octubre.

Foto: Basílica del Valle de los Caídos. (Reuters/Archivo/J.J. Guillén)

La situación ha dado un vuelco en menos de un lustro. En 2018 y 2019, en plena campaña del Gobierno socialista para exhumar al dictador, las cifras se dispararon a niveles inéditos. En los dos ejercicios se rebasó la barrera de los 300.000 visitantes al año, un dato muy por encima de la media, y la actividad mediática superó cualquier precedente o expectativa, según las memorias de Patrimonio, que gestiona el espacio. Así, en este periodo se atendieron más de 700 consultas de medios de comunicación entre solicitudes de grabación, número de visitas, acontecimientos de actualidad o peticiones de entrevistas. Y el día que Franco salió de la basílica, el 22 de octubre de 2019, se acreditó a más de 80 periodistas.

El desplome es notable. Si bien es cierto que hubo una recuperación importante durante 2021 y 2022 respecto a la pandemia, cuando el lugar estuvo cerrado varios meses, no lo es menos que ni se acercan al promedio del periodo analizado. También si se excluye el pico durante la exhumación del dictador. La media de visitas mensuales en 2016 fue de 21.905, mientras que ahora es de 15.248, según los últimos registros disponibles. En el caso de que noviembre y diciembre siguieran la misma línea, la proyección es que los visitantes del Valle de Cuelgamuros quedarán de nuevo por debajo de los 200.000. Pese a todo, se mantiene en el tercer puesto de los monumentos más populares de España gestionados por Patrimonio, por detrás del Palacio Real y el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Pugna entre Sánchez y Ayuso

La Ley de Memoria Democrática marca los siguientes pasos del Gobierno con respecto al Valle de los Caídos. La norma establece la "resignificación" del espacio, que próximamente pasará a ser “un lugar de memoria democrática con finalidad pedagógica y se reconoce el derecho de los familiares a recuperar los restos de sus ascendientes”. En el texto, sin embargo, no hay ninguna alusión directa a la demolición de la cruz o alguna actuación similar, que es lo que ha motivado el último movimiento de Isabel Díaz Ayuso. La memoria histórica es ya un nuevo frente entre Sol y la Moncloa.

Foto: Basílica del Valle de los Caídos con la cruz en lo alto. (Reuters)

La Comunidad de Madrid anunció la semana pasada su intención de blindar la cruz del Valle de los Caídos. El Ejecutivo autonómico inició en la Asamblea de Madrid la tramitación de una nueva ley de patrimonio cultural, que abre la puerta a blindar el elemento más icónico y singular del enclave, supuestamente porque el PSOE y Unidas Podemos prevén algún tipo de actuación en la recta final de la legislatura. Como informó El Confidencial, el Gobierno de Ayuso ha incluido en el texto la protección patrimonial de “todos los bienes muebles, inmuebles, inmateriales, espacios o elementos que constituyan testimonio y expresión significativos de la identidad, la cultura y las formas de vida tradicionales de la Comunidad de Madrid”.

La clave es la inclusión del patrimonio etnográfico como nuevo elemento a preservar. El artículo 73C de la futura ley considera bienes de este tipo “la arquitectura religiosa, incluyendo los calvarios tradicionales y las cruces, así como los elementos decorativos y bienes muebles relacionados directamente con el bien patrimonial a proteger”. La norma, salvo giro inesperado, saldrá adelante con el apoyo de Vox, que ya ha pedido la declaración del monumento como bien de interés cultural (BIC).

Si la cruz se protegiera, la Comunidad de Madrid atendería una de las reclamaciones de los colectivos a favor de la conservación del lugar, como la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos. La entidad lleva años reclamando a los sucesivos gobiernos que incremente la inversión para frenar el deterioro de la basílica, muy afectada por las humedades y las goteras. También por la falta de mantenimiento en las esculturas situadas en la base del símbolo, con varias fracturas, y por el abandono del funicular que conecta con la parte más elevada del monumento, cerrado al público desde hace años.

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Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica hacen una lectura distinta de la futura norma. Emilio Silva, presidente de la organización, reduce el movimiento de Isabel Díaz Ayuso a un interés electoral para confrontar con Pedro Sánchez. "La cruz no necesita ninguna protección, es un invento suyo porque la ley no dice ni mu sobre eso. No ayuda a nada porque nadie ha pensado en tocarla", declara a este diario.

El Gobierno de Pedro Sánchez no ha anunciado ninguna actuación sobre la cruz, pero la realidad es que el Valle de los Caídos tiene aún un espacio en su hoja de ruta, a un año para las próximas elecciones generales. Como informó este periódico, el Ejecutivo trabaja ya en la salida de los benedictinos, aunque no quiere convertir esta operación en una guerra abierta con la Iglesia y los obispos. La pretensión es que la basílica sea gestionada por otra comunidad, con algunas sugerencias como la de Sant Egidio. Su deseo, en definitiva, es que haya unos monjes "menos fachas" en el lugar.

El Valle de los Caídos vuelve a estar en el centro de la polémica tres años después de la exhumación de Francisco Franco. Isabel Díaz Ayuso anunció la semana pasada su intención de blindar por ley la gigantesca cruz del enclave ante una hipotética actuación del Gobierno de Pedro Sánchez. Y es el propio Ejecutivo quien, como reveló El Confidencial, negocia con la Iglesia la salida de los monjes benedictinos que administran la basílica. La realidad, sin embargo, es que el interés popular por el rebautizado como Valle de Cuelgamuros hace tiempo que cotiza a la baja. Las visitas se han desplomado significativamente en los últimos años, y, desde la salida del dictador, los turistas que acuden al monumento han caído en un 60%.

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