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Vox descarta la comisión de residencias tras no hallar apoyos en la izquierda
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No la llevará a pleno

Vox descarta la comisión de residencias tras no hallar apoyos en la izquierda

Rocío Monasterio retira la iniciativa solo una semana después de presentarla, a las puertas de la negociación de presupuestos. La tensión con el Gobierno se había disparado en los últimos días

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la portavoz del Vox, Rocío Monasterio. (EFE/Kiko Huesca)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la portavoz del Vox, Rocío Monasterio. (EFE/Kiko Huesca)

La paz entre Ayuso y Monasterio se vio truncada hace una semana. La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid reactivó la propuesta de investigar a fondo el estado de las residencias. Este jueves era cuando debía debatirse si crear, o no, una comisión para indagar en la gestión sanitaria durante la pandemia. Aunque los pronósticos no eran demasiado sólidos. Dependían del apoyo de la izquierda, que no estaba del todo convencida de las condiciones sobre la mesa. Y la apuesta era arriesgada: si salía adelante gracias a estos grupos, Vox daría la imagen de tener más sintonía con ellos que con el PP. Y si no prosperaba habrían puesto en peligro su buen 'feeling' con la presidenta a cambio de enseñar los dientes. Demostrar que presionan. También había una cuestión clave: la decisión podía amenazar el futuro de los Presupuestos regionales.

Al final, dieron marcha atrás. Apretaron, pero no llegaron a ahogar. A dos días del pleno, Monasterio anunció ante los medios que retiraba la propuesta. En las pocas jornadas que transcurrieron desde que ella misma presentó y aparcó la moción, fuentes de Vox reconocen que hubo conversaciones con los populares para hacerles recular. Ambos partidos ya habían admitido públicamente las tiranteces que esta iniciativa despertó entre sus dos equipos, que en muy poco tendrán que cerrar acuerdos para los Presupuestos. Además, las elecciones de 2023 están a la vuelta de la esquina.

Foto: Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio, durante una reunión. (EFE/Sergio Pérez)

Pero el último giro de Vox no sentó nada bien al PP. Menos, después de meses de buenas relaciones. Las desavenencias han sido claras en esta semana, y amenazaron la estabilidad en el bloque de la derecha. Pero en el entorno de Monasterio afirman no entender el sobresalto. De hecho, sostienen que hace un año acordaron con los populares emplazar, y no dinamitar, la creación de esta comisión. En la pandemia, más de 6.000 personas murieron en los centros de mayores en Madrid. Y el 'juicio' político que comenzó entonces aún continúa.

En 2021, las formaciones de izquierda en la Cámara de Vallecas –Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos– se conjuraron para investigar la gestión sanitaria del Gobierno de Ayuso. Querían hacerlo a través de una comisión de investigación, la misma fórmula que ahora rescató Monasterio. Por aquel entonces, Vox se sumó. O más bien, inicialmente anunció que lo haría. Pero un acuerdo con la presidenta determinó, finalmente, su abstención. La investigación se quedó sin suficientes apoyos parlamentarios, y no prosperó. Según fuentes del partido, a cambio obtuvieron el compromiso del PP para retomar la idea más adelante, pero eliminando las exigencias y el sello de la izquierda.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, durante un pleno en la Asamblea de Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En su día, los de Santiago Abascal también impulsaron, a cuenta propia, un pleno para analizar los contratos covid en la Comunidad, tramitados por la vía de emergencia. Esta semana volvieron a las andadas, e intentaron enfrentar de nuevo a Ayuso por su gestión sanitaria. Pero al final, también terminaron cediendo. Aun así, el vínculo con el PP sigue dañado. Y el recelo proviene de ambos lados. Los populares vieron en la última maniobra de Monasterio una táctica electoralista, mientras que en Vox justifican el giro. A la derecha del PP responsabilizan a la presidenta, pues no aceptó de buen grado la comisión a la que en teoría ella misma accedió. Pero no quieren embarrar más aún un año clave.

Los recientes sobresaltos en la política madrileña vuelven a dejar claro que hay alianzas que penden de un hilo. O casi. Más aún, cuando suenan elecciones. El curso comenzó reafirmando la sintonía entre Monasterio y Ayuso en el debate del estado de la región. Meses antes, Vox allanó el terreno para los Presupuestos. Y aun así, todo viró en cuestión de días. Las relaciones no se han roto, pero sí están tocadas. Pese a ello, el partido no cree que esto por sí solo sea motivo suficiente como para retirar su apoyo a las cuentas. Máxime en un momento de amenaza internacional y crisis energética.

Foto: Rocío Monasterio e Isabel Díaz Ayuso, durante la reunión en la Real Casa de Correos. (Sergio Pérez/EFE)

El debate de las residencias

En los últimos días, el debate de las residencias ha vuelto a agitarse. Nunca terminó de desaparecer, pues las incógnitas sobre si hubo o no negligencias por parte de la Comunidad de Madrid siguen ahí. Y vuelven con fuerza cada cierto tiempo. La reaparición del exconsejero de Políticas Sociales de Ayuso por aquella época, Alberto Reyero, ha vuelto a poner foco sobre el asunto. El consejero de Cs dimitó en octubre de 2020.

Tampoco ayudaron a apaciguar las aguas las últimas declaraciones del portavoz del Gobierno y número dos de Ayuso, Enrique Ossorio. "Las familias ya lo han superado", dijo hace apenas unos días sobre lo que sucedió en las residencias en los peores momentos de la pandemia, desatando numerosas críticas. Aún así, la constitución de una comisión vuelve a guardarse en un cajón. De llegar algún día, no parece que sea hoy. La aritmética parlamentaria no facilita obtener suficientes apoyos para sacar adelante una comisión como la que planteó Vox, y que en su día propuso la izquierda.

La paz entre Ayuso y Monasterio se vio truncada hace una semana. La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid reactivó la propuesta de investigar a fondo el estado de las residencias. Este jueves era cuando debía debatirse si crear, o no, una comisión para indagar en la gestión sanitaria durante la pandemia. Aunque los pronósticos no eran demasiado sólidos. Dependían del apoyo de la izquierda, que no estaba del todo convencida de las condiciones sobre la mesa. Y la apuesta era arriesgada: si salía adelante gracias a estos grupos, Vox daría la imagen de tener más sintonía con ellos que con el PP. Y si no prosperaba habrían puesto en peligro su buen 'feeling' con la presidenta a cambio de enseñar los dientes. Demostrar que presionan. También había una cuestión clave: la decisión podía amenazar el futuro de los Presupuestos regionales.

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