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Vox recupera su oposición de dos caras en Madrid y sabotea el año electoral a Almeida
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Vox recupera su oposición de dos caras en Madrid y sabotea el año electoral a Almeida

El alcalde vuelve a mirar a su derecha para encontrar apoyos y sacar unos presupuestos clave a ocho meses de los comicios. Pero Ortega Smith no se lo pone fácil, mientras que Ayuso presume de sus buenas relaciones con Monasterio en la comunidad

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, escucha la intervención del portavoz de Vox, Javier Ortega Smith. (EFE/Javier Lizon)
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, escucha la intervención del portavoz de Vox, Javier Ortega Smith. (EFE/Javier Lizon)

José Luis Martínez-Almeida no lo tiene fácil. El primer pleno del Ayuntamiento de Madrid tras el verano dejó entrever un camino sinuoso hacia las elecciones. Con el comodín del Grupo Mixto fuera de juego, y Javier Ortega Smith amenazando con bloquear los presupuestos si el PP no accede a una moratoria de la ordenanza de movilidad, el alcalde comienza a verse sin apoyos para aprobar las cuentas municipales en un año crítico. No solo por los comicios, que se celebrarán en apenas ocho meses. También por la crisis económica y energética. La primera prueba de los populares será rebasar la frontera de los 29 votos, los necesarios para aprobar las cuentas. El escenario es complicado, y todo apunta a una prórroga de las anteriores por falta de avales. Dependen de Vox, pero la formación mantiene su estrategia dura frente al alcalde.

No ocurre lo mismo en Sol. Hace meses que Rocío Monasterio abandonó la confrontación directa con Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, y en esa línea parece que volverá a moverse este año. La portavoz de Vox en la Cámara de Vallecas mantiene lazos políticos y buena sintonía con la presidenta y, a diferencia de la dirección municipal de su grupo, sí se comprometió a avalar las cuentas a cambio de una bajada de impuestos y la reducción del gasto público. Y no es la primera vez: ya lo hicieron en 2021, cuando fueron decisivos para sacar adelante los presupuestos. Pero en el caso del Ayuntamiento, todo cambia: el tono y la estrategia política se recrudecen, y en Cibeles es más común que Vox se lance al cuerpo a cuerpo con Almeida. Una oposición de dos caras, con el mismo partido tomando rumbos distintos en la Comunidad y el Ayuntamiento, que amenaza con sabotear al alcalde el año electoral.

Foto: Rocío Monasterio e Isabel Díaz Ayuso, durante la reunión en la Real Casa de Correos. (Sergio Pérez/EFE)

Las dos plazas en Madrid son muy distintas entre sí. Las opciones del partido frente a una Ayuso en la presidencia –arrasó en las últimas elecciones y se mantiene como favorita indiscutible para 2023– no son las mismas que en el Ayuntamiento, donde tienen más margen para ser influyentes. Eso sí, la dirección nacional de Vox dará la batalla a la baronesa popular por abanderar la Hispanidad, con otro macroevento que contraprograma a la segunda edición del festival que ultima la Comunidad de Madrid para este octubre. Los de Santiago Abascal quieren mantener el liderazgo de este nicho cultural, el de la españolidad. Sobre todo, tras perder el trono de los tribunales frente a la presidenta. Aun así, nada de esto cambia las buenas relaciones entre Monasterio y Ayuso, que Almeida observa mientras busca cómo capear el órdago de Vox.

En el Ayuntamiento, el PP no tiene tanto fuelle electoral como en la Comunidad. El perfil del alcalde, más transversal que el de su compañera de partido, también se presta a que Ortega Smith se lance a la confrontación directa para alcanzar conquistas políticas y electorales. Mientras que en Sol practican la estrategia de la mano tendida, aquí juegan al desgaste. Más ahora, que el regidor se ha visto aislado y falto de apoyos sólidos para aprobar las cuentas del próximo año. Los últimos presupuestos los salvaron los tres ediles carmenistas. Pero esa baza parece haber quedado agotada tras la ruptura del Grupo Mixto, algo que modifica totalmente el tablero para los populares.

Foto: Javier Ortega Smith y José Luis Martínez-Almeida, durante la reunión de presupuestos de 2022. (Ayuntamiento de Madrid)

Sin ellos, el equipo de Gobierno que forman PP y Ciudadanos solo se tiene a sí mismo, y no suma. Así que no hay más opciones que volver la vista a la derecha y atar alianzas con los de Javier Ortega Smith, con cuatro concejales cuyo apoyo permitiría aprobar unos nuevos presupuestos. Pero el partido ya puso condiciones nada más comenzar el curso: reducir las restricciones a vehículos contaminantes en las áreas que contempla Madrid 360. O, en otras palabras, las del propio Almeida, le han puesto una "pistola en el pecho" por algo que no puede conceder.

La Ordenanza de Movilidad Sostenible impulsada por el PP, que reformuló los pilares del Madrid Central de Manuela Carmena, tensionó desde su aprobación las relaciones con Vox, que presentó un recurso para tumbarla a través de sus equipos municipales y autonómicos ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). A la espera de un dictamen, Ortega Smith ya anunció el martes que la suspensión cautelar de las medidas que contempla la norma, entre ellas las restricciones y multas a vehículos industriales o con etiqueta A, será una línea roja para sentarse a negociar con ellos. Al menos, hasta que haya respuesta judicial a sus alegaciones.

Foto: Un coche, accediendo a la zona restringida de plaza Elíptica. (EFE/Mariscal)
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Esto complica las cosas ante un futuro acercamiento con Vox, que ahora mismo tiene la llave de los presupuestos. Aunque hace semanas que Almeida comenzó a lanzar guiños al partido, a sabiendas de que los necesitaría para salvar las cuentas, aún no hay nada escrito. El Gobierno municipal tiene por delante el reto de convencer a un adversario político que, en los próximos meses, puede ser tanto el potencial aliado que aúpe las negociaciones como el principal escollo para sacarlas adelante. Por el momento, la segunda opción parece la más realista, pues el alcalde ya explicó que la suspensión temporal de las multas para vehículos contaminantes, que pedía Ortega Smith, es algo "legalmente imposible". Es más, dijo sospechar que Vox no quiere realmente sentarse a negociar, y ve amagos de bloquear cualquier intento de acercar posturas.

Las relaciones entre el alcalde de Madrid y Javier Ortega Smith llevan tiempo sin ser las mejores. Todo se precipitó tras el acuerdo entre el PP y Recupera Madrid, que la ultraderecha tildó de "traición", y enmarcó el primer rechazo definitivo de Vox a unas cuentas municipales durante el mandato de Almeida. En otras ocasiones se abstuvieron o incluso brindaron su apoyo, pero nunca antes habían intentado tumbar con sus votos unos presupuestos.

Si el vínculo con Ortega Smith no cambia de rumbo, y a la vista está que el camino vuelve a complicarse por las diferencias en movilidad, al PP le quedan pocos aliados en el Consistorio. El propio alcalde admitió que será difícil entenderse con los dos ediles que quedan en el Grupo Mixto tras la escisión de Marta Higueras, que ahora actuará como independiente y ya avanzó su 'no' a los presupuestos. Por sí solos, los votos restantes de José Manuel Calvo y Luis Cueto no serán suficientes, pero es que no están siquiera asegurados, pues fuentes cercanas a Recupera Madrid reconocieron que el inicio del año electoral condicionará algunas decisiones. Además, reiteraron que Almeida aún no ha cumplido con los acuerdos que comprometieron.

Otra opción, por número de concejales, sería Más Madrid (16) o el PSOE (9), pero tanto Rita Maestre como Mar Espinar se desmarcaron pronto de esa posibilidad. "Ni en este año ni en los anteriores hubo intención de pactar con nosotros unos presupuestos", aseguró Maestre en declaraciones a los medios durante el último pleno municipal, poco después de intervenir la portavoz socialista, que también recriminó al alcalde la insistencia de su partido en dar la batalla fiscal al Gobierno frente a otros problemas, cerrando la puerta a negociar cuentas municipales con el PP.

placeholder El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE/Sergio Pérez)
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE/Sergio Pérez)

El aluvión de críticas y trabas desde todos los frentes, a izquierda y derecha, que recibió Almeida al inicio del curso lo dejan prácticamente aislado, en plena cuenta atrás para mayo. Los presupuestos son solo el primer paso, una victoria o derrota inaugural con la que el líder popular podrá reivindicarse, o ser reprochado por el resto de grupos, en los próximos meses. "Me niego a rendirme", aseguró el alcalde este mismo miércoles sobre unos presupuestos que ni se han presentado y con los que se juega no solo unas cuentas municipales, sino también su propio liderazgo.

El papel de Vox será crucial. Y Almeida lo sabe, por eso trata de acercarse a ellos después de un año de relaciones prácticamente rotas. No confía en que sean un socio fiable, aunque nunca dudó en tenderles la mano si así lo requerían las circunstancias. Precisamente, qué tipo de relaciones tener con Vox ha sido siempre uno de los debates internos en el PP desde que la formación de Abascal comenzó a ganar peso. Aunque al alcalde de Madrid, de momento, parece que tampoco le quedan muchas más opciones. La incógnita estará en si el equipo de Ortega Smith optará por acercarse más a la línea de Monasterio, y afianzar relaciones con Almeida, o continuará la senda del choque frontal con el primer edil para sabotearle el año electoral.

José Luis Martínez-Almeida no lo tiene fácil. El primer pleno del Ayuntamiento de Madrid tras el verano dejó entrever un camino sinuoso hacia las elecciones. Con el comodín del Grupo Mixto fuera de juego, y Javier Ortega Smith amenazando con bloquear los presupuestos si el PP no accede a una moratoria de la ordenanza de movilidad, el alcalde comienza a verse sin apoyos para aprobar las cuentas municipales en un año crítico. No solo por los comicios, que se celebrarán en apenas ocho meses. También por la crisis económica y energética. La primera prueba de los populares será rebasar la frontera de los 29 votos, los necesarios para aprobar las cuentas. El escenario es complicado, y todo apunta a una prórroga de las anteriores por falta de avales. Dependen de Vox, pero la formación mantiene su estrategia dura frente al alcalde.

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