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Méndez Álvaro, de barrio de yonquis y prostitutas, a ser la nueva City de Madrid
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CAMBIO RADICAL EN 30 AÑOS

Méndez Álvaro, de barrio de yonquis y prostitutas, a ser la nueva City de Madrid

Ni siquiera los responsables municipales esperaban un lavado de cara tan rápido

Foto: Uno de los nuevos edificios residenciales de Méndez Álvaro. (Flickr)
Uno de los nuevos edificios residenciales de Méndez Álvaro. (Flickr)

En octubre hará 30 años que buena parte de las fuerzas vivas de Madrid se reunieron en un descampado. Fue para inaugurar el Corte Inglés de Méndez Álvaro, que a la sazón sería el primero de la zona sur de la capital. Joaquín Leguina, presidente de la CAM; Miguel Ángel Feito, secretario de Estado de Comercio, y el alcalde Álvarez del Manzano, por la parte pública, acompañaron a Isidoro Álvarez, presidente de ECI, y a Fernando Fernández Tapias y José María Cuevas por el lado de la patronal, para echar a andar los 33.600 metros cuadrados de nueva superficie comercial.

Se trata de uno de los últimos capítulos de una fase expansiva iniciada en los años 70, en los que ECI dejó de ser un comercio madrileño para abrir centros en Barcelona, Bilbao o Sevilla. No obstante, este no era como los demás: a diferencia de aquellos, ubicados en las mejores zonas de cada ciudad, el imponente edificio de Méndez Álvaro, de nueve plantas y 150 metros de fachada, estaba en mitad de un asentamiento de drogadictos, prostitutas, ladrones, trileros y toda clase de individuos al margen de la ley.

Tanto es así, que aquel 7 de octubre de 1992 solo se tomaron imágenes del nuevo centro desde el interior: fuera, apenas se había creado la carretera para dar acceso al 'parking' y dos pasos subterráneos para sortear las vías del tren. El resto eran barro, casas bajas y naves industriales degradadas. Era un centro enfocado a que los vecinos de Vallecas, sus vecinos por el sur, pudieran comprar sin necesidad de desplazarse al centro, pero incluso a ellos les daba respeto pisar Méndez Álvaro. "Yo soy de Entrevías y, como comprenderás, allí se veía mucha droga durante los 80 y los 90, pero era distinto: en mi barrio había familias normales, comercios y una mínima presencial policial. Méndez Álvaro era el 'descampao' donde se juntaban los yonquis de Vallecas y Legazpi, con los trileros, carteristas y ladrones de las zonas de Atocha y Centro", dice Lali Rodríguez, una de las trabajadoras que abrieron el centro.

placeholder Aspecto de ECI en Méndez Álvaro. (Google Maps)
Aspecto de ECI en Méndez Álvaro. (Google Maps)

"Pasábamos mucho miedo, sobre todo a la hora de salir. A veces nos quedábamos haciendo tiempo en la tienda, al final del turno, para coincidir con otros compañeros y no salir solos. Por la noche salíamos andando rápido, intentando llegar al paso elevado del tren lo antes posible, escondiendo las bolsas de El Corte Inglés para que no nos las vieran y pensasen que llevábamos algo valioso, cuando a menudo era nuestro uniforme. Se veían fogatas al fondo, nos gritaban, nos perseguían, aparecían coches circulando a toda velocidad... Un drama", recuerda la exempleada.

"Ten en cuenta que los yonquis se pasaban el día allí, consumiendo, y siempre necesitaban dinero para comprar otra dosis. Supongo que antes de ECI —que cuando abrió era Hipercor— se iban a robar al centro o a los alrededores de Atocha, pero de repente les pusieron a 900 trabajadores, más los clientes, caminando por la zona. Ten en cuenta que por entonces apenas se usaban las tarjetas, éramos cajeros andantes para ellos", dice Rodríguez. "Y, dentro del centro, parecido: se nos colaba gente por la puerta, cogía todo lo que le cupiese en los brazos y salía corriendo. Tuvimos que alejar la mercancía valiosa de las puertas; ahora entras y tienes móviles de 2.000 euros casi en el felpudo".

Una pica en Flandes

El Corte Inglés de Méndez Álvaro fue la primera piedra en la recuperación de la zona. Cercano al centro y bien conectado por tren y por la M-30, el flanco sur de Atocha siempre fue un caramelo para los distintos alcaldes, si bien los intentos de activación quedaban en nada por la falta de seguridad. En 1986, el Ayuntamiento intentó dar un empujón a la zona con la creación del Parque Tierno Galván y el Planetario de Madrid, si bien pasarían seis años antes de que Isidoro Álvarez fuese la avanzadilla del sector privado.

José María Ezquiaga, exdecano del COAM, era el responsable de urbanismo en el Ayuntamiento que firmó el proyecto. "Fue una actuación municipal al 100%. En Méndez Álvaro se expropió todo el suelo y después se redibujó la zona. El parque, el Corte Inglés y la estación de autobuses conformaban un eje sobre el que arrancar la zona, que, por cierto, era el horror en algunas partes, con barrancos, escombros...".

Méndez Álvaro fue una boyante zona industrial durante el siglo XIX y buena parte del XX, cuando el sector secundario se arremolinaba en torno a las estaciones ferroviarias para dar salida a su mercancía. Sin embargo, a lo largo de la década de los 70, y especialmente a partir de la crisis de 1975, la industria abandonó sus edificios en favor de otros situados en el extrarradio, donde sus camiones podían circular libres de los atascos de la gran ciudad.

El Ayuntamiento se afanó en recuperar una zona de gran valor, pero enormemente degradada

Así, el espacio entre vías quedó como un escenario apocalíptico, ideal para que los carteristas, timadores y rateros que operaban en torno a la estación de Atocha guardasen y se repartiesen sus botines, y después para que los toxicómanos de la zona sur de Madrid pudiesen pincharse lejos de las miradas inquisidoras de la sociedad. Le siguieron las prostitutas, muchas de ellas también enganchadas a la heroína, y los inmigrantes subsaharianos que no tenían para costearse un alojamiento. El Ayuntamiento intentó frenar la degradación derribando los edificios abandonados, una idea que solo sirvió para empeorar las condiciones de los pobladores de Méndez Álvaro, que pasaron a vivir en carpas, tiendas de campaña y estructuras de cartón y madera.

Incluso años después de la inauguración de ECI, Méndez Álvaro seguía siendo calificado por la prensa como "el gueto más sórdido de Madrid". Durante los veranos de 1995 y 1996, el poblado chabolista, construido bajo el puente de Pedro Bosch, ardió en tres ocasiones, ocasionando la muerte de varios inmigrantes. Como coincidió en el tiempo con la ofensiva del Ayuntamiento para su desalojo, en Madrid cundió el rumor de que eran incendios provocados por los interesados en la revalorización de la zona.

Los hechos nunca se investigaron, en parte porque los interesados en el repunte de Méndez Álvaro eran básicamente todos menos los inmigrantes, y la zona repuntó. En 1997 se construyó la Estación Sur de Autobuses, junto a El Corte Inglés, que hoy cuenta con una cincuentena de líneas, 1.500 destinos en España y otros 500 en el resto de Europa y Marruecos; es la estación con más tráfico de España.

La nueva 'City'

Hoy Méndez Álvaro, una pequeña parte del barrio de Delicias, es una de las zonas en las que más ha subido el precio del suelo. El valor del metro cuadrado se duplicó entre 2002 y 2009 y ha vuelto a hacerlo en 2021. Por la amplia avenida central, no hace tanto plagada de cundas y heroinómanos con prisas, hoy acoge las sedes de Repsol, Amazon, Mahou, Adif, CHL o Ericsson. En los próximos años, cuando se construya en los solares disponibles, será la zona con mayor concentración de oficinas de la ciudad, solo por detrás de la Operación Chamartín en el norte.

Incluso el prestigioso Norman Foster, capaz de lo mejor y lo peor, ha querido figurar en este proceso de transformación. Su estudio se encuentra rediseñando una vieja nave industrial para Acciona, en lo que aspira a convertir en "las oficinas del siglo XXI".

"En toda mi vida profesional nunca he visto un cambio tan radical como el de Méndez Álvaro", afirma Ezquiaga. "Y en su momento no fue un proyecto nada popular. Se concibió como una operación de reequilibrio urbano para llevar al sur los elementos de calidad del norte, pero muchos no lo veían, porque el sur siempre ha tenido un estigma".

Lanzada la zona y en plena ebullición, esta semana se ha sabido que el Corte Inglés pionero dice adiós. "Para mí, la marcha de ECI significa el fin de una era. Se nota hasta en los hábitos de consumo: ese centro se creó en un tiempo en el que íbamos en coche a comprar, pero ahora se prefiere ir andando a pequeñas superficies", dice el arquitecto. "Pero siempre tendremos que agradecerle haber sido tan valiente, cuando nadie quería construir en Méndez Álvaro. Ahora hay tortas por el suelo, claro".

En octubre hará 30 años que buena parte de las fuerzas vivas de Madrid se reunieron en un descampado. Fue para inaugurar el Corte Inglés de Méndez Álvaro, que a la sazón sería el primero de la zona sur de la capital. Joaquín Leguina, presidente de la CAM; Miguel Ángel Feito, secretario de Estado de Comercio, y el alcalde Álvarez del Manzano, por la parte pública, acompañaron a Isidoro Álvarez, presidente de ECI, y a Fernando Fernández Tapias y José María Cuevas por el lado de la patronal, para echar a andar los 33.600 metros cuadrados de nueva superficie comercial.

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