Ayuso apuntala con sus consejeros el plan del año electoral: modelo Madrid frente a Sánchez

Isabel Díaz Ayuso se ha reunido este lunes con sus consejeros para apuntalar las líneas maestras del nuevo curso. La cita, celebrada en La Casita de Manzanares El Real, en el embalse madrileño de Santillana, sirve cada año para preparar la estrategia del Ejecutivo autonómico y analizar las medidas de cada consejería. En esta ocasión el propósito no varía, con el matiz de que se produce a una semana del Debate del Estado de la región y a nueve meses para las elecciones autonómicas y municipales. La hoja de ruta para los próximos meses será reivindicar al máximo el modelo de Madrid frente al sanchismo.

Fuentes regionales explican a El Confidencial que el encuentro, celebrado en las instalaciones del Canal de Isabel II, ha servido para trabajar consejería por consejería en las propuestas y actuaciones del nuevo curso. El grueso se ha centrado en la batería de anuncios que se prevé para el Debate del Estado de la región, programado para los días 12 y 13 de septiembre. Si bien desde Sol no han profundizado aún en las medidas que presentará Ayuso, sí han deslizado que tendrán que ver fundamentalmente con sanidad y educación. En el primer Consejo de Gobierno del curso, de hecho, ya se aprobaron nuevas becas y ayudas para el estudio.

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La propia presidenta de la Comunidad de Madrid ya ha dejado claro cuál será el tono durante el año electoral. El pasado viernes, arropada por Alberto Núñez Feijóo en el inicio del curso político en Alcalá de Henares, reivindicó a Madrid como una región "abierta, libre y plural" frente al "autoritarismo" de Pedro Sánchez. De fondo estaban los últimos frentes abiertos desde Sol contra el Ejecutivo central: su rechazo a la "imposición" del decreto de ahorro energético, que será recurrido ante el Constitucional, o el supuesto adoctrinamiento en los currículos de Bachillerato, que también han llevado a los tribunales.

El modelo que Ayuso defiende para Madrid es el mismo que el PP ha desarrollado en la región durante las últimas décadas: rebajas de impuestos y reducir la burocracia. En esa línea, precisamente, van buena parte de las leyes que el Gobierno autonómico tiene sobre la mesa y que deberá aprobar en los próximos meses, como la ómnibus, la de autonomía financiera o la de farmacia, entre otras. En este punto Vox será clave. La semana pasada ya dejó claro que renuncia a ejercer una labor de oposición a cara de perro y optará por un perfil más práctico ante la crisis económica y energética. Tanto, que ya se ha abierto a apoyar los presupuestos de 2023 en la Comunidad de Madrid para adaptarlos al contexto actual. "No estamos pensando en los votos", indicaron desde el grupo que lidera Rocío Monasterio.

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Así, la reunión en La Casita ha servido para articular la estrategia y las medidas que el Ejecutivo regional aplicará antes de las elecciones en todas las consejerías. El eje de la estrategia será la protección de las personas más vulnerables ante la incertidumbre del próximo invierno, en plena crisis económica y energética. Hasta la fecha se ha anunciado la deflactación del tramo autonómico del IRPF y nuevas bonificaciones para familias numerosas en este tributo. Con la incógnita de qué pasará con los centros de atención primaria cerrados durante la pandemia, el Gobierno madrileño también ha aprobado ayudas al estudio para cerca de 600.000 familias, según sus cálculos, y la incorporación de más de un millar de nuevos profesores para el arranque del curso escolar.

La cita ha sido el único evento marcado en la agenda de la presidenta y de sus consejeros este lunes. Todos se han liberado de sus ocupaciones para afrontar esta hoja de ruta. "Es la reunión tradicional y la preparación del Debate del Estado de la región de la semana que viene", apuntan desde el equipo de Ayuso. Otra de las incógnitas que deberán despejarse durante los próximos meses será si finalmente hay algún cambio en la estructura del Ejecutivo. Aunque Isabel Díaz Ayuso ha rechazado en los últimos meses la posibilidad de una crisis de Gobierno, sí dejó abierta la opción de hacer alguna modificación en los puestos de segundo rango, de viceconsejeros para abajo. Todo, sin contar los planes en el PP de Madrid, que en año electoral se confundirán inevitablemente con la gestión de la Comunidad de Madrid.