Picnic Sessions, el ciclo cultural de Móstoles que da un espacio a la disidencia

Hace dos jueves se daba el pistoletazo de salida a las Picnic Sessions, el ciclo de conciertos y actividades que el CA2M celebra durante todo el mes de junio. Este año, como suele ser habitual, han cambiado de directores artísticos. Al mando se encuentran Mar Rojo y Nerea Pérez de las Heras, que no se conocían previamente, pero que han armado una muestra muy representativa de lo que lo sonoro, lo performativo y la edición más radical y rupturista puede ofrecer en Móstoles. Desde la terraza del centro de arte se lanza este dúo a un trabajo que tiende sus manos en lo participativo y experiencial.

“La interdependencia es el hilo conductor de las sesiones en sus variadas manifestaciones”, comentan las dos responsables. “Desde la relación con la naturaleza hasta las relaciones laborales. El papel del público es primordial para alcanzar la euforia que genera la sensación de comunidad, de pertenencia que yo, tú, nosotras buscamos en una familia, una rave o un sindicato”.

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Directos y performances

Rojo atiende desde las oficinas de Veranos de la Villa, donde también trabaja y prepara el que será uno de los grandes eventos del año. “Huele a calamares”, adelanta la madrileña, de Moratalaz para más señas. Es un día soleado y se la ve contenta. “Siempre tienes el miedo del programador, de si vendrá gente o no”, confiesa. El día de la inauguración lo hicieron con la artista Miss Beige y el colectivo Dembooty, que agitaron de forma conjunta el escenario del espacio artístico. “Fue todo un éxito, había muchas personas haciendo cola en la calle”, admite.

El diálogo de las dos propuestas es un claro ejemplo de las líneas maestras que han querido traspasar las dos comisarías. “Queremos generar un sentimiento de comunidad, que el público forme parte de la acción. Todas las diferentes actividades, performances y directos están pensados para ello”, comenta. Para ese primer evento, Miss Beige acompañó a muchos de los visitantes durante la velada y además participó en algunos momentos de la sesión de Dembooty.

La siguiente semana se programó una sesión que bajo el nombre ‘Fuera de norma’ acercó a dos de las figuras más interesantes de la escena madrileña y andaluza: Costa Abadía y LVL1. La primera, desde su subjetividad y su vivencia como persona con diversidad funcional, se aproximó a lo disidente y a la validación del error. Fue una performance que convirtió "lo raro, lo feo, lo excepcional en estereotipo, ya que frecuentemente, en espacios pretendidamente inclusivos, se ha encontrado excluida", apuntan las directoras del ciclo.

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Por su parte, la rapera del sur, que fue miembro de la desaparecida banda Queer Mafia y que mantiene línea de cercanía con proyectos unipersonales como los de Zebra Katz o Azealia banks, se marcó el objetivo de “mostrar una perspectiva disidente en un género musical dominado en su mayoría por hombres heterosexuales cisgénero”.

Otras de las líneas a explorar será la interdependencia (9 de junio), con Ana Matey y la fiesta Maricas, que comenzó en 2018 en Barcelona, reflexionando sobre la falta de espacios para la comunidad queer y festiva. En Madrid contarán con Jovendelaperla y Berenice, sus sesiones son “como una mezcla explosiva entre Darth Vader y Björk, o como si Berghain abriese una sucursal en Benidorm”, en palabras del colectivo.

El 16 de junio es de Ernesto Artillo y Ece Canli. El primero celebrará el Corpus Christi invitando a la gente a que se toque, a que entre en contacto el uno con el otro. “Se les propondrá hacer de su tacto un lugar de acogida, construyendo así una red de encuentros amables e incondicionales que hará aparecer en conjunto la común unión, el corpus común”, indican las comisarías. La segunda presenta su debut como solista, Vox Flora, Vox Fauna, una muestra de paisajismo sonoro en la que jugar con la voz y la disonancia.

“El diálogo y la interrelación entre proyectos va a ser otra de las vías que queremos promover desde las Picnic Sessions”, indica Rojo, que pone como ejemplo la propuesta del día 23, con Caliza y Andrea Jiménez. “Tras acercarse al movimiento social climático de desobediencia civil Extinction Rebellion, Caliza pone de relieve la magnitud del problema y su inherente relación con el sistema económico y productivo que tendemos a considerar inamovible”, comentan. Mientras que Jiménez, codirectora artística de la compañía Teatro En Vilo, que vio la luz en Londres hace una década, presenta un evento denominado Banco del tiempo que “consiste en una comunidad de intercambio de necesidades por habilidades, sin mediación monetaria ni ánimo de lucro”.

La programación se cierra el último jueves de junio con unas invitadas internacionales: Victória Bemfica, Emily da Silva y Gabriela Clavería. Todas ellas están detrás de Hotpark, una performance de sesenta minutos que se repetirá durante ocho veces para completar la estructura de una jornada laboral. “Llevamos a escena la distopía en la que habitamos: un verano eterno en las playas de Sudamérica, una fiesta exótica para celebrar el caos mientras aguantamos la respiración. En Hotpark compartimos nuestro sudor petroquímico, glorificamos lo banal y ponemos nuestros cuerpos a disposición del éxtasis”, describen las tres.

Mesas de edición

El ciclo también cuenta cada semana con una mesa dedicada a la autoedición. En ella participan no sólo editoriales, sino tiendas de Madrid o proyectos conceptuales de marcado perfil radical. Unas líneas de actuación que llevan celebrándose desde hace unos años y que encuentran en este formato una nueva manera de darse a conocer. “Otros años ha sido un formato más clásico, y vinculado a lo editorial. Pero pensamos que queríamos expandirlo y es por eso que algunas de las personas que intervienen van mucho más allá de lo publicable”, cuenta Rojo.

Entre los invitados estarán o han estado Contado Pierde, un proyecto de difusión de la fotografía, donde también se entremezcla el modo taller y la enseñanza; Cuir Madriz, un fanzine y espacio de encuentros con afinidad transfeminista, anticapitalista y solidaria; Navaja Automática, el proyecto de Gema Polanco de intervención, con la mirada puesta en el bordado de gorras, camisetas o sudaderas; o Extinction Rebellion, “un movimiento internacional y descentralizado de sumisión no violenta, donde se promueve la lucha no violenta y la inacción”, concluye la comisaria.