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Feria de San Isidro | Vientos de cambio

Bastante más de media plaza en tarde mucho más fresca que las anteriores, con viento muy molesto toda la tarde: volvieron los vientos a Las Ventas, lo que impidió cualquier atisbo de éxito

Foto: El diestro Daniel Luque. (EFE/Mariscal)
El diestro Daniel Luque. (EFE/Mariscal)

Plaza Monumental de Las Ventas, 24 de mayo de 2022.

17ª de la Feria de San Isidro.

Bastante más de media plaza en tarde mucho más fresca que las anteriores, con viento muy molesto toda la tarde: volvieron los vientos a Las Ventas, lo que impidió cualquier atisbo de éxito.

Seis toros de Valdefresno, de entre 553 y 588 kilos, todos cinqueños largos. Muy bien presentados, con el trapío habitual de la casa. Hondos, serios, astifinos y con cuajo, y con la mirada de enfado que hace respetable esta ganadería a ras de plaza. Pitado el complicado y destemplado segundo por algo más estrecho y falto de fuerzas. Bajos, pero con kilos, tuvieron movilidad, pero no resultaron fáciles. Tendentes en general a mostrar más mansedumbre que virtudes a lo largo de los tercios.

Foto: El novillero Jorge Martínez. (EFE/Osés)
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Daniel Luque, de grosella oscuro y oro, silencio y ovación tras aviso.

José Garrido, de verde jade y azabache, vuelta al ruedo tras aviso y silencio.

Juanito, de lila y oro, que confirmaba alternativa, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.

Gran par en el segundo de José Chacón, que fue muy ovacionado.

Una diferencia térmica en pocos metros cuadrados. Un allá ocupo ese espacio. Un vacío inexplicable con el que lucha la física. Un empuje hacia la nada para rellenar toda ausencia. El viento es la manifestación de que todo hueco existe y todo hueco se completa, y que el vacío no dura más allá de pocas décimas. No me meto en esa cuántica que habla de la materia, la oscura que andan descubriendo, ni en que no existe la nada, ni en nada que no pueda explicar que todo viento lo ocupe, faltaríame universo, física, discurso y, de usuario de YouTube, conocimiento.

Me remito simplemente a la vulgar meteorología. Esa que dice que es mayo y que igual hace un infierno, que te mojas, que te hielas. Hoy Eolo dijo ahí voy. Estas son mis referencias, el tardo-telediario que está acabando a las cuatro informaciones del tiempo, el parte de cada hora que rellena las emisoras de la obsolescente radio y la app de Maldonado que es la que más recauda, publicidad de por medio. Y dos horas y media expuesto en tendido alto del uno pensando que hoy volvería la meteorología de julio. Que ayer me sobre manga larga y hoy me hiele con 'fachaleco' es fruto del quinto mes en la duda de ofrecer plano franco a nuestra estrella. De tarde de ser una carne más de hispana barbacoa, a tarde de ya si eso mañana traigo bufanda. Es el jodido Fahrenheit en trance de no encontrarse. Es ese Celsius indeciso con vocaciones de Kelvin que igual te hiela de frío que te asa impenitente. Puede que un buen resumen es que es la primavera. Es el tiempo que manda en mayo y en el que San Isidro impera la sorpresa de encontrarte con déficit de calorías o con más grados de la cuenta. Puede que esté exagerando, pero no ayudó mi 'outfit' elegido para playa bajo sol de San Lorenzo de 12 de la mañana.

Contra viento inoportuno, toros de serias hechuras. Embestidas ciclotímicas, frío, calor y nubes. Pitones en pararrayos, pechos que paran borrascas, cuajo que te dejan helado y empujes de grado siete. Oleadas como rachas y arranques como tormentas, los toros de Valdefresno resultaron tan variables como la previsión del tiempo que se hace en estas fechas. Con más nubes que bravos claros evolucionaron a mansos y acabaron encapotados, amenazando tormenta y con la luz de un nublado. Cambió el tiempo y cambió tendencia de tardes de cierto éxito, de entretenimiento y fiesta que veníamos disfrutando.

Contra la inclemencia del tiempo, y la inclemente mansedumbre, disposición y el paraguas de un oficio 'todotiempo'. Aguantaron el chaparrón los tres toreros sin duda. No llegaron a mojarse, pero porque no hubo lluvia. Es difícil exponerse hasta en tarde soleada y si hay viento es imposible poner la muleta adecuada. Esa veleta tan roja, esa vela a barlovento, esa bandera ondeando delante de tal ejército, pide paz y pide tregua que te permita encontrar mejores meteorologías para afrontar otras guerras. Si no hay repetición esperas en la trinchera-despacho meses de ocasión mejor. Me temo que es lo que le va a pasar a esta sufrida terna víctima del ventarrón que hoy no pudo desventar Las Ventas.

Los toros no fueron fáciles, el tiempo en nada ayudó. El viento siempre descubre y nunca te da la opción. Por eso ha sido tan triste su primera comparecencia tras dos semanas de sol y tranquilidad atmosférica. La del viento me refiero. Con toros que sin ser buenos podrían haber dado triunfos, algunos a contrapelo, y toreros que sin viento, y planchadas las muletas, no habrían salido planchados de su paso por la feria.

Vino el viento avisador de que en mayo cambia el tiempo. Venía siendo tan bueno que solo le cabe, advierto, que pueda ir a peor.

Plaza Monumental de Las Ventas, 24 de mayo de 2022.

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