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El olvidado barrio de Madrid que clama por unos servicios públicos que no están ni se les espera
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El olvidado barrio de Madrid que clama por unos servicios públicos que no están ni se les espera

Los primeros vecinos en llegar eran conscientes de que al principio iban a carecer de colegios y centros de salud, pero consideran que ya son suficientes para que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento empiecen a mover ficha

Foto: El Cañaveral. (Cedida)
El Cañaveral. (Cedida)

Vivir sin coche en El Cañaveral es toda una odisea. Con más de 10.000 vecinos censados, el barrio madrileño todavía no cuenta con infraestructuras públicas esenciales que cubran derechos básicos como la sanidad o la educación. Es cierto que ya está en marcha la construcción de una escuela infantil, pero no tiene colegio, instituto, centro de salud ni polideportivo. Aunque los terrenos están ya cedidos para levantar estos equipamientos, ni la Comunidad de Madrid ni el Ayuntamiento de la capital han sacado a concurso las licitaciones necesarias para iniciar los proyectos.

El Cañaveral es un barrio de reciente creación, constituido en 2017 en el distrito de Vicálvaro, que ya cuenta con 10.559 personas censadas, a las que habría que añadir otras 3.000 que ya viven allí pero no han actualizado su empadronamiento. Los primeros vecinos en llegar eran conscientes de que al principio iban a carecer de servicios públicos, pero consideran que ya son suficientes para que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento empiecen a mover ficha. "Entendemos que estamos en un barrio nuevo y que nos cueste menos el piso por estar un tiempo sin tener servicios, pero claro, la gente que lleva cinco o seis años sigue sin nada", apunta Marta Llorente, presidenta de la Asociación de Vecinos Cañaveral.

placeholder Protesta de los vecinos de El Cañaveral. (J.M.)
Protesta de los vecinos de El Cañaveral. (J.M.)

La previsión es que, cuando finalice la construcción de las 14.000 viviendas planificadas, se alcancen los 52.000 habitantes. "¿Van a construir el primer colegio cuando seamos 50.000 y necesitemos tres centros?", se pregunta Marta, que achaca a las administraciones públicas "una falta de previsión que no tiene ningún tipo de consecuencias políticas". Esta sensación de hastío es compartida por todos los vecinos, que este domingo se echaron a la calle para clamar, principalmente, por un centro de salud y una escuela pública. "No tengo esperanza de que en cuatro años haya un colegio en mi barrio", lamenta Marta.

Para llegar al CEIP Winston Churchill, el colegio público más cercano dentro del propio distrito, hay que recorrer unos 6 kilómetros y se tarda alrededor de 10 minutos en coche o 30 en transporte público. Andando es impensable. Los padres también pueden decidir llevar a sus hijos a algún centro de Coslada o San Fernando de Henares, pero al no tratarse de su municipio de residencia, disponen de menos puntos de acceso. En cuanto al centro de salud, el más próximo dentro del distrito es el de Villablanca, que también está a 10 minutos en coche y 30 en transporte público. Aunque, como en Madrid hay libre elección sanitaria, pueden elegir ir a algún centro de salud más cercano, como el Jaime Vera de Coslada, que está a unos 6 minutos en coche o 35 en transporte público. Aunque está a unos 3 kilómetros de distancia, por lo que ir andando supone alrededor de 40 minutos.

Ahora bien, otra de las quejas vecinales se centra en el transporte público, que se demuestra muy necesario por la lejanía de las dotaciones públicas. Actualmente, solo cuentan con una línea de autobuses interurbana (290) y otras dos de la EMT (159 y E5). Estas últimas pasan con una frecuencia de unos 15 o 20 minutos entre semana y de 30 minutos durante el fin de semana. "Solo dan servicio a la zona oeste, toda la zona este y la sur están incomunicadas", se queja Marta. Llevan meses demandando alargar los trayectos para dar cobertura a todo el barrio y añadir más líneas, pero la respuesta siempre es la misma: "No hay dinero, no hay conductores, no hay coches". Los vecinos también han propuesto, sin éxito, alargar el nocturno que llega hasta Vicálvaro para tener transporte por la noche.

Sí parece que pronto van a conseguir dos reivindicaciones que llevan tiempo luchando: el aumento de autobuses para reducir los tiempos de espera y la instalación de marquesinas en las paradas. Así lo asegura el Ayuntamiento de la capital, que recuerda que hace poco se creó una nueva línea de la EMT (E5) que conecta el barrio con la plaza de Manuel Becerra. Mucho más lejos de cumplirse está otra de sus principales demandas, la ampliación de la línea 2 de Metro, que corresponde a la Comunidad de Madrid.

Esta tesitura obliga a una amplia mayoría de los vecinos a coger el coche para casi todo. Y en este punto también hay problemas. Aunque no existe ni un solo semáforo en todo El Cañaveral, el principal escollo para la conducción son los bloques de hormigón, una solución temporal para guiar el tráfico que lleva instalada desde el inicio. El Ayuntamiento se comprometió a retirarlos en junio de 2020, pero siguen colocados en algunas calles, provocando leves accidentes casi a diario, según las quejas de los vecinos.

Desde el Área de Desarrollo Urbano sostiene que ya se han retirado aquellos bloques de hormigón que estaban en las obras de urbanización ya recepcionadas, pero que el resto depende del Área de Movilidad y Medio Ambiente. En cualquier caso, la presidenta de la asociación vecinal advierte de que "la gente está aburrida de tener que dar cinco vueltas para entrar a su garaje y empieza a cruzar por el medio de los bulevares con los coches".

Teniendo en cuenta que alrededor de la mitad de las parcelas de pisos que se están construyendo en El Cañaveral tienen algún tipo de protección oficial, los habitantes se muestran especialmente sorprendidos por la carencia de dotaciones públicas: "No tiene ningún sentido que si tú, como Ayuntamiento, vas a traer a gente que tiene pocos recursos, no le ofrezcas ningún servicio". Y es que una parte de lo que se ahorran estas familias en el pago del alquiler o la compra de la vivienda deben gastarlo en gasolina, abonos transporte, taxis o escuelas infantiles privadas.

Competencias repartidas entre Ayuntamiento y Comunidad

Las diferentes asociaciones vecinales llevan meses batallando con las instituciones, pero aseguran que el argumento es siempre el mismo: no son suficientes habitantes. Por poner negro sobre blanco, a la Comunidad de Madrid le corresponde la construcción de centros de salud, colegios e institutos; mientras que el Ayuntamiento tiene competencias en las escuelas infantiles y polideportivos. "Cuando la dotación es del Ayuntamiento, va más rápido que si es de la Comunidad", sostiene Marta, que tiene buenas palabras para el concejal delegado del Área de Desarrollo Urbano del Consistorio, Mariano Fuentes: "Tiene predisposición, pero está con las manos atadas".

A preguntas de El Confidencial, Mariano Fuentes niega que desde el gobierno autonómico estén poniendo trabas para avanzar en los proyectos. No obstante, reconoce que el Ayuntamiento ya "ha terminado todos los expedientes de cesión de suelo a la Comunidad de Madrid para la construcción de un centro de salud, un colegio público, un colegio concertado y un instituto público". Por lo tanto, la pelota está ahora en el tejado de la Puerta del Sol.

Este periódico se ha puesto también en contacto con diferentes áreas de la Comunidad de Madrid. Desde la Dirección General de Urbanismo y la Consejería de Medio Ambiente han negado que sus departamentos tengan competencia alguna en la construcción de los servicios públicos de El Cañaveral, mientras que desde la Consejería de Sanidad y la Consejería de Educación no han trasladado respuesta.

placeholder Protesta de los Vecinos de El Cañaveral. (Asociación de Vecinos Cañaveral)
Protesta de los Vecinos de El Cañaveral. (Asociación de Vecinos Cañaveral)

Mientras tanto, en lo que respecta a sus competencias directas, Fuentes asegura que "se aprobará próximamente el parque central de El Cañaveral, con más de 40 hectáreas de zonas verdes, además de incluir toda la red de zonas verdes perimetral en la gran infraestructura verde que será el Bosque Metropolitano". De igual modo, mantiene que pronto se construirá "la primera instalación deportiva básica, con campos de futbol sala y baloncesto, con un presupuesto de 600.000 euros, un parque canino, así como un polideportivo". Son todo infraestructuras necesarias, pero aún no están en marcha. Además, los vecinos focalizan sus demandas en los servicios sanitarios y educativos, que corresponden a la Comunidad.

También existe un pequeño conflicto en la reparación de la rotonda de entrada que conecta al barrio con la carretera M-45 y que comparten dos municipios de distinto signo político, Madrid (PP y Ciudadanos) y Coslada (PSOE). Esta glorieta está repleta de bloques de hormigón que provocan atascos en las horas punta y accidentes cuando el tráfico está más desahogado y los vehículos circulan a mayor velocidad. En la parte que le corresponde, en el trozo que pertenece al término municipal de la capital, Mariano Fuentes sostiene que las obras de mejora ya han comenzado, pero no se ha alcanzado ningún acuerdo con el consistorio vecino para habilitarla por completo.

A los vecinos les importa poco quién tenga que construir qué. "Al final te van dando excusas a ver si cuelan, pero es que no cuelan porque estoy viendo lo que pasa en otros barrios de Madrid donde sí están proyectando servicios", argumenta Marta Llorente antes de reconocer que a veces se siente cansada porque después de tanto tiempo de lucha no ve casi avances. De todos modos, no piensa arrojar la toalla y deja un mensaje para los políticos: "Que se pongan a trabajar en El Cañaveral".

Vivir sin coche en El Cañaveral es toda una odisea. Con más de 10.000 vecinos censados, el barrio madrileño todavía no cuenta con infraestructuras públicas esenciales que cubran derechos básicos como la sanidad o la educación. Es cierto que ya está en marcha la construcción de una escuela infantil, pero no tiene colegio, instituto, centro de salud ni polideportivo. Aunque los terrenos están ya cedidos para levantar estos equipamientos, ni la Comunidad de Madrid ni el Ayuntamiento de la capital han sacado a concurso las licitaciones necesarias para iniciar los proyectos.

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