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Así combate la policía la publicidad de prostitución en las calles de Madrid
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Así combate la policía la publicidad de prostitución en las calles de Madrid

Las actuaciones van desde la retirada con financiación hasta la intervención de la Policía Municipal. Una de las portavoces de la plataforma No Acepto Madrid pide que se cumplan las leyes y que no se tape el problema

Foto: Vista de un coche con varias tarjetas anunciando servicios sexuales. (Cedida)
Vista de un coche con varias tarjetas anunciando servicios sexuales. (Cedida)

Tras el confinamiento, volvieron a proliferar en los parabrisas de los coches aparcados en determinados barrios de Madrid tarjetas en las que se ofrecen servicios sexuales. Son los llamados 'cromos de la prostitución' y aunque puedan parecer elementos anodinos, la Policía Municipal persigue este tipo de prácticas. Es uno de los elementos con los que cuenta el Ayuntamiento para combatir el fenómeno, además de la contratación de personal para su retirada. Las primeras batidas de los agentes comenzaron en 2017 en distritos como Ciudad Lineal, Tetuán y Carabanchel. Pero los vecinos continúan con quejas porque consideran esas medidas insuficientes.

Foto: Vista de un coche con varias tarjetas anunciando servicios sexuales. (Cedida)

“Hay infinidad de leyes que deben cambiar, pero solo pedimos que las cumplan: Los carteles en los coches están prohibidos”, resume Ana Martínez, la presidenta de la Asociación Vecinal Quintana y una de las portavoces de la plataforma No Acepto Madrid, la iniciativa que nació ese 2017 para retirar los anuncios de prostitución de los vehículos. Cinco años después del comienzo del proyecto, tacha de insuficiente las medidas por parte de las instituciones públicas. Por ejemplo, que se castigue a los repartidores de estos panfletos: “Multan a la persona que los colocan a cambio de 10 euros. Es insolvente y ellos lo saben”.

Las actuaciones que lidera la Policía se resumen en cuatro pasos. El primero, según explican a través de un correo electrónico, es la “vigilancia discreta al repartidor” para que les lleve al almacén o la zona de imprenta. “Si no, se le para, se le identifica, se le denuncia, se le interviene la publicidad, y se le pregunta por quién le ha contratado y dónde recoge la publicidad para su reparto”. Un par de ejemplos recientes son casos como el del pasado 19 de abril en Usera, donde la Policía identificó a un distribuidor en las cercanías de un colegio, se le denunció y se intervino el material. Otro fue el 22 en el distrito de Latina. “Lo hicimos con el desarrollo de un operativo a petición de la Junta de distrito, localizando el lugar donde se prestaban los servicios sexuales, entrevistando a las mujeres y ofreciéndoles recursos para salir de esa situación”, explican las fuentes de este organismo.

placeholder Uno voluntario muestra un gran taco de tarjetas retiradas. (Cedida)
Uno voluntario muestra un gran taco de tarjetas retiradas. (Cedida)

A partir de ahí, se intenta tirar del hilo para ir a por la organización que hay detrás, pero se entra en un proceso largo donde intervienen diferentes áreas. “Se denuncia administrativamente por infracción a las ordenanzas municipales, por repartir publicidad en la calle y por ser sexista por la Ley Orgánica 1/2004. Judicialmente, depende más de la investigación y resultados, una vez informada la fiscalía y de la investigación que haga la UCRIF [Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedad] de Policía Nacional”.

Paralelamente, la Policía Local llama a los teléfonos que salen en los flyers para tratar de localizar a las chicas y ofrecerles ayuda, “aunque todas dicen ejercer de manera voluntaria y por necesidad”. Por último, cuando se tienen varios sitios localizados, se pasa toda la información a la UCRIF de Policía Nacional, y son ellos los que organizan la inspección a estos sitios, que suelen ser pisos, para descartar la trata de personas para explotación sexual.

Los flyers incautados han sido “cientos de miles” y en su recogida intervienen las unidades de especialización de Policía Municipal, las de distrito y los propios vecinos. “Más allá de la cantidad, lo importante era donde se entregaban (cerca de parques infantiles, colegios, etc.) y el contenido mismo del flyer”, explica la policía.

Una forma de “tapar el problema”

El otro asunto que nombra la presidenta de la asociación es la actuación de Las Unidades Distritales de Colaboración (UDC), impulsadas y financiadas por el Área Delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana de la edil Silvia Saavedra. Están integradas por entidades o asociaciones sin ánimo de lucro y se encargan de la retirada de los “cromos” de la prostitución –conocidos con ese nombre porque muchos niños los intercambian–. No obstante, para Martínez es una forma de “tapar el problema”: “Lo que no se ve no existe. Queremos soluciones”.

placeholder Voluntarios forman la palabra 'Help' con tarjetas en la plaza de Callao de Madrid. (Cedida)
Voluntarios forman la palabra 'Help' con tarjetas en la plaza de Callao de Madrid. (Cedida)

La Asociación El Olivar es uno de los grupos que reciben dinero del Ayuntamiento para quitar de los coches estos flyers, y nació hace 33 años como un piso de acogida para jóvenes sin hogar. “En un intento de continuar con la labor de acompañamiento de estos jóvenes, se embarcó en distintas actividades relacionadas con la sostenibilidad medioambiental, con el fin de ofrecer posibilidades de inserción laboral a personas con dificultades”, describen desde El Olivar en un mensaje.

Una de estas actuaciones fue la retirada de publicidad de explotación sexual años después del surgimiento del movimiento No Acepto. “Por la importancia que tiene, se decide conjuntamente con la Junta Municipal y el visto bueno del Área de Gobierno para realizarla en los barrios del Distrito en los que se detecta”, añaden.

Divertimento en el barrio

Lo que la representante de los vecinos de Quintana señala como más terrible es que los niños ya ven la prostitución como un divertimento: “Es una falta de respeto a la mujer”. “Se debería pensar en el problema que tenemos los ciudadanos. Los educas en unos valores que se van a la porra cuando salen a la calle”.

La precursora del movimiento No Acepto lo resume con una anécdota. Hace unos años, un compañero hizo una llamada a uno de esos números.

– Hola, estoy interesado en el servicio, pero tengo 15 años– dijo él.

– Cariño, no te preocupes, vente por aquí. Tú, tranquilo– le respondió una mujer al otro lado de la línea.

Desde la asociación han localizado a imprentas de estos flyers y han retirado papeles, pero piden que se tomen medidas profundas y legales. “Limpiaron las calles de prostitutas, pero no de prostitución. No queremos esas mafias en los barrios”, sentencia Martínez.

Tras el confinamiento, volvieron a proliferar en los parabrisas de los coches aparcados en determinados barrios de Madrid tarjetas en las que se ofrecen servicios sexuales. Son los llamados 'cromos de la prostitución' y aunque puedan parecer elementos anodinos, la Policía Municipal persigue este tipo de prácticas. Es uno de los elementos con los que cuenta el Ayuntamiento para combatir el fenómeno, además de la contratación de personal para su retirada. Las primeras batidas de los agentes comenzaron en 2017 en distritos como Ciudad Lineal, Tetuán y Carabanchel. Pero los vecinos continúan con quejas porque consideran esas medidas insuficientes.

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