Almeida exculpa a Carromero del espionaje a Ayuso pese a ser el único que dimitió

La comisión de investigación sobre el espionaje a Isabel Díaz Ayuso ha acabado prácticamente igual que comenzó: sin grandes conclusiones y sin aportar detalles o pruebas sobre el papel de los señalados en la trama. Sobre todo respecto a Ángel Carromero, el único de los presuntos implicados que dimitió tras el escándalo. José Luis Martínez-Almeida ha negado cualquier operativo en el Ayuntamiento de Madrid para seguir a la presidenta autonómica o su hermano y ha asegurado que "en ningún caso" se citó al que era el director de coordinación de la Alcaldía en las informaciones que le avisaron sobre lo que estaba sucediendo. "En las informaciones que yo tenía no se apuntaba al nombre de Carromero, sí en los medios de comunicación", ha dicho el alcalde de la capital durante su comparecencia.

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El nombre de Carromero ha centrado buena parte de las preguntas de los partidos de la izquierda en Cibeles, Más Madrid, PSOE y Recupera Madrid (los ediles carmenistas que integran el Grupo Mixto). Por un lado, porque hasta la fecha no se ha explicado por qué dimitió si la investigación interna concluyó que no había ninguna trama para espiar a nadie. Y, por otro, porque el implicado se ha negado a asistir hasta en dos ocasiones a la comisión. "La decisión de dimitir le corresponde a Carromero", ha reiterado el alcalde en diferentes momentos de su intervención, además de señalar que no ha visto ninguna prueba material contra su antiguo asesor. "Si las hubiera, habría sido un cese, no una dimisión", ha añadido.

La sesión ha sido especialmente bronca, con el alcalde de la capital enfrentado a la oposición. Empezó a responder con monosílabos, negando una y otra vez que haya habido siquiera un intento de espionaje en el Ayuntamiento. Después, con el tono socarrón e irónico que le caracteriza, tuvo para todos. Con José Manuel Calvo, del Grupo Mixto, contraatacó preguntándole si había leído el decreto de competencias de Carromero. "¿Es lo único que tiene?", le dijo, reprochándole que se había quedado sin argumentos. Lo mismo que con Mar Espinar, portavoz del PSOE, a quien recordó que el Comité de Ética de la EMVS y la oficina Antifraude han señalado que no hubo ninguna irregularidad. También le reprochó haber convertido la comisión de investigación en un "circo", algo extensible a toda la izquierda.

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Más duro aún fue con Rita Maestre, de Más Madrid, que no había acudido a las sesiones anteriores y buscó el cara a cara con el alcalde de la capital. "Solo ha venido a hacerse la foto", criticó Almeida, tras valorar que los grupos ya tienen las conclusiones de la comisión preparadas. Vox evitó plantear cualquier pregunta y desde Ciudadanos fueran algo benévolos con sus planteamientos. Almeida solo reconoció que podría haber informado a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, de que tenía constancia de una supuesta trama para espionar a Ayuso. "No pasaría nada si se lo hubiera dicho", ha declarado.

El exportavoz nacional del PP ha señalado que las informaciones sobre el supuesto operativo llegaron de "una persona de confianza" suya y de Isabel Díaz Ayuso dentro del partido, aunque ha evitado dar el nombre. Como informó este diario, esa persona fue Alberto Ruiz-Gallardón.

El alcalde de Madrid también fue cuestionado por la ausencia de Joaquín Vidal, responsable de comunicación de la EMT y el único de los trabajadores municipales que no ha asistido a la comisión, aunque también fue citado dos veces. José Luis Martínez-Almeida ha señalado que la incomparecencia del que fue su jefe de prensa hace apenas un año deriva en una "quiebra de confianza" y que no lo cesa porque no está dentro de sus competencias, sino del edil de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. "Si no se hubieran aventurado a incriminar, posiblemente no hubiera tenido problema en acudir a esta comisión, pero venir a someterse a un juicio... Me inclino a pensar que bastantes de los comparecientes han declinado acudir por esto", ha añadido Almeida sobre Vidal.

Última sesión

La declaración de Almeida ha sido la última de la comisión de investigación en el Ayuntamiento de la capital, sin apenas luz sobre el espionaje a la presidenta madrileña y con más ausencias que comparecencias. Este mismo lunes volvió a dar plantón Ángel Carromero, señalado como uno de los nombres clave de la trama y el único cargo de la Administración que dimitió tras las publicaciones de El Confidencial a mediados de febrero.

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Como ya hizo el pasado 4 de abril, cuando tampoco asistió, el que fuera director general de coordinación de la Alcaldía no se ha presentado a la sesión de esta mañana. Tampoco han ido Isabel Díaz Ayuso; el alto cargo autonómico que tramitó la compra de mascarillas con Priviet Sportive, Manuel de la Puente; ni los responsables de comunicación de la EMT y la empresa de Vivienda, Joaquín Vidal y David Fernández (ya fuera del cargo), citados porque el espionaje desde el Ayuntamiento pudo partir de estos departamentos. Sí acudieron la coordinadora de la Alcaldía, Matilde García Duarte, y el jefe de prensa de José Luis Martínez-Almeida, Daniel Bardavío.

Aunque la coordinadora de la Alcaldía no aportó datos significativos sobre el seguimiento al entorno de la presidenta madrileña, negando que existiera una operación orquestada, sí dejó claro que Carromero actuaba como un ente independiente en el consistorio. García Duarte aseguró durante su intervención que no tenía relación con el exdirigente de Nuevas Generaciones y que no tenía la obligación de despachar con ella sobre sus funciones. Ni era su jefa ni coordinaba nada con él. Ángel Carromero, el único que dimitió por el escándalo, era amigo personal de Pablo Casado y era conocido por sus trabajos en la sombra para el Partido Popular.