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Los vecinos de Ponzano recelan del Consistorio: "Están montando nuevas terrazas"
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PROBLEMAS DE CONVIVENCIA

Los vecinos de Ponzano recelan del Consistorio: "Están montando nuevas terrazas"

El ruido, la basura y el consumo de alcohol perjudican el ambiente, y la asociación El Organillo de Chamberí pone en duda la medida que ha anunciado el Ayuntamiento de reducir en un 80% las mesas al aire libre

Foto: Un repartidor recorre la calle de Ponzano. (EFE/Fernando Villar)
Un repartidor recorre la calle de Ponzano. (EFE/Fernando Villar)

Pilar Rodríguez, la portavoz de la asociación vecinal El Organillo de Chamberí, está segura de que la calle Ponzano no reducirá en un 80% las terrazas covid a partir de esta semana. Lo tiene tan claro que se ha apostado una cena en un grupo de Whatsapp con sus vecinos. “Dicen que van a quitarlas, pero el jueves estaban montando una nueva. Encima es un bar de copas que abre de jueves a sábado a partir de las 8 de la tarde”, añade.

La vicealcaldesa, Begoña Villacís, anunció este viernes que se reducirán los espacios de las terrazas en las Zonas Ambientalmente Protegidas, es decir, en Chamberí entre Santa Engracia y Ríos Rosas, y Maudes y Raimundo Fernández Villaverde. Según comunicaba, había estado en contacto con el concejal del distrito, Javier Ramírez (PP), quien ha precisado a El Confidencial por correo que se adaptarán a las exigencias: “En aquellos tramos en los que la ocupación de terrazas en banda de estacionamiento supere el 40%, deberemos adoptar las medidas necesarias”.

Foto: Terrazas en bandas de estacionamiento en la calle Menorca. (L.F.)

Además, sobre la ampliación de las aceras, una operación que ha levantado los recelos de los vecinos y de la oposición por si se vuelven a ampliar las terrazas, Ramírez descarta las acusaciones y defiende que el proyecto permitirá un mayor espacio de tránsito peatonal y reducirá el carril de circulación, “lo que eliminará ruido y contaminación”. Esa pérdida de aparcamientos la compensarán con dos actuaciones: con el cambio de estacionamiento en línea a en batería y con la creación de un aparcamiento mixto para residentes.

Las dificultades de convivencia a las que se enfrentan los vecinos surgieron con esta multiplicación de terrazas

Las dificultades de convivencia a las que se enfrentan los vecinos surgieron con esta multiplicación de terrazas, reconoce Rodríguez. “La gente no puede aparcar, por eso el público ha dejado de ser familiar. Le ha ocurrido al bar Fide: "Antes, los domingos venían abuelos con sus hijos y nietos, y en una hora gastaban unos 300 euros. Ahora, para ganarlos hay que servir cañas hasta aburrir”, apunta sobre una clientela joven que consume más bebidas que comidas.

Foto: Terraza covid funcionando este martes en Gazambide

Lo ha percibido Jackie López, encargada del restaurante Vagalume, quien algunas las mañanas tiene que recoger basuras de las calles, restos de fiestas: “Vienen más grupos a emborracharse y el domingo como día para comer en familia ha desaparecido. No apetece estar al lado de unos jóvenes con copas que gritan”. El viernes no había recibido ninguna información respecto al cierre de las terrazas.

placeholder Una de las llamadas terraza covid en Madrid. (EFE/Kiko Huesca)
Una de las llamadas terraza covid en Madrid. (EFE/Kiko Huesca)

Colocar mesas en el exterior fue un alivio durante la pandemia más dura. Según el concejal, se hizo gracias a la flexibilización de criterios de autorización de la Comisión de Terrazas. Con el paso del tiempo, López duda de si sigue beneficiándoles. “Nosotros fuimos el segundo local de la calle que pusimos terraza, pero como no sabíamos cuánto iba a durar lo hemos hecho en peores condiciones. Sin climatización, por ejemplo”.

Lo que López sostiene es que la decisión que se tome, sea mantener o suprimir, tiene que aplicarse por igual. “Queremos las mismas condiciones para todos”, explica. La competencia entre establecimientos es el mayor hándicap, temen que los clientes prefieran estar al aire libre. Es el motivo más relevante, ya que en Vagalume tienen espacio dentro para unas 70 personas y no han percibido una notable mejora económica por contar con más mesas. “Podemos meter a unas 30 más fuera, pero supone contratar a otro camarero, que nos cuesta unos 2.500 euros al mes. Si se vendiera mucho todos los días merecería la pena, pero no es el caso. No nos compensa la terraza”.

Foto: (EFE/Kiko Huesca)

Otro de los inconvenientes son las relaciones con los vecinos. “Hace tiempo vino una patrulla porque nos habían denunciado, aunque el asunto no llegó a ningún lado. Fue una calumnia. Siempre cerramos antes de las doce, a menos cuarto. Nosotros hemos cumplido”, resalta.

La portavoz de la asociación vecinal El Organillo de Chamberí está en desacuerdo. Para explicar lo que ocurre de 8 de la tarde a 12 de la noche utiliza la palabra “desmadre”. “Nosotros pensamos que hay connivencia entre el Ayuntamiento y el sector de la hostelería del centro de Madrid, los grandes inversores”, critica sobre lo que considera un sistema de ciudad donde el residente “no tiene cabida”.

Foto: Una terraza abarrotada en el centro de Madrid. (EFE)

Expone una lista de irregularidades; terrazas sin licencia, locales que tienen que tener doble puerta y carecen de ella, otros que no pueden poner música y lo hacen. “No puedes vivir en un sitio donde todos los días de la semana tienes ruido. Es imposible dormir por culpa de los bares y por las discotecas”, resume sobre un cansancio que lleva a los vecinos a llamar a la policía, a mandar correos y a poner denuncias.

Para la portavoz de una asociación en la que están implicadas unas 1.800 personas, ese ocio es incompatible con la vida cotidiana. “Los vecinos no comemos de los bares, comemos de nuestros trabajos”, resalta sobre las molestias que ocasionan que ellos y sus hijos desempeñen su día a día con cansancio acumulado.

Pese al carácter férreo de sus quejas, se sienten ignorados. “Reivindicamos que se cumpla una ordenanza, pero es que esa misma ordenanza la negoció el Gobierno municipal con la patronal de Hostelería. No se ha negociado con los vecinos, por mucho que lo diga Villacís, es mentira”. El concejal lo niega: “Desde el inicio del mandato, hemos recibido a todo aquel que ha llamado a nuestra puerta: vecinos, asociaciones, entidades…”.

Las fiestas políticas o ciudadanas

El problema del espacio va más allá del día a día y amenaza con afectar a las Fiestas del Carmen en Chamberí el próximo verano. Este marzo los partidos de la oposición, incluido Vox, tumbaron la idea de Ramírez de desplegar las barras por Ponzano, la calle con más bares. Aun así, el concejal de distrito asegura que siguen en pie: “Por supuesto que se celebrarán, si la situación a nivel sanitario lo permite. Los vecinos de Chamberí llevan dos años esperándolo y llevamos meses trabajando en poder ofrecerles un programa cultural de calidad, con programación para todas las edades, con actuaciones musicales, infantiles, deportivas…”.

placeholder Varias personas en una terraza covid de un restaurante de Madrid. (EFE/Kiko Huesca)
Varias personas en una terraza covid de un restaurante de Madrid. (EFE/Kiko Huesca)

Pilar Rodríguez cuenta que para los vecinos esas celebraciones “son una desgracia” si afectan a sus rutinas y a sus espacios de descanso: “La gente no puede entrar en los garajes, los portales están llenos de basura y meadas de borrachos. Son unas calles estrechas donde la gente vive”.

Recuerda que hace tiempo no había casetas de los partidos porque eran fiestas populares y que ahora las asociaciones son marginadas. “En todos los barrios las organizaciones como la nuestra tienen caseta, y siempre habíamos estado presentes en Chamberí”, se queja sobre la reducción que, como adelantó Eldiario.es con la licitación del contrato de festejos, les vetaba su espacio. Piensa en el motivo y deduce que son intereses personales: “El concejal se mueve en otros ambientes, él no piensa nunca en los vecinos”.

Pilar Rodríguez, la portavoz de la asociación vecinal El Organillo de Chamberí, está segura de que la calle Ponzano no reducirá en un 80% las terrazas covid a partir de esta semana. Lo tiene tan claro que se ha apostado una cena en un grupo de Whatsapp con sus vecinos. “Dicen que van a quitarlas, pero el jueves estaban montando una nueva. Encima es un bar de copas que abre de jueves a sábado a partir de las 8 de la tarde”, añade.

Begoña Villacís Pandemia Madrid